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Channel: Piñazo e frente
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Godzilla vs Gojira

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Godzilla y el imaginario colectivo post-dictadura Quien haya transcurrido parte de su infancia en las bellísimas épocas de la recién renacida democracia, recordará los espantosos dibujitos (exceptuando casi en forma única a Los ositos Gummies) que debíamos ver. Sobre todo aquellos que pasaban, no recuerdo si en el 87 u 88, cuando la “sequía” (o alguna excusa así) hacía que los canales pudieran empezar a trasmitir recién como a las 17 o 18 y teníamos que conformarnos con el espantoso programa de “Horacio y Gabriela”. Después de condicionar de esa manera nuestras percepciones artísticas, no era raro que hasta nos divirtiéramos con una animación que debería tener 5 acetatos por minuto, de la cual el canal estatal repitió los mismos 4 capítulos más o menos por diez años y cuyo personaje era Godzilla.
Como en otros aspectos de la realidad mundial, el Uruguayo promedio quedó entonces manipulado y condicionado ideológicamente para creer que Godzilla era una especie de pichicho faldero de la tripulación del Calyco (nunca quedó muy claro a qué se dedicaba la variopinta flota del mismo, ni de dónde sacaban los fondos para su extensa y poco motivada travesía), en desabridos capítulos que repetían más o menos el siguiente esquema: 1) El ejemplar capitán Majors y su tripulación a la moda de los setenta arribaban a lugares recónditos y de seguro comunistas. 2) Un agente perturbador del orden y la paz mundial que actancialmente funcionaba como oponente, surgía por diversos e indistintos motivos: contaminación, manipulación genética, invasión extraterrestre, surgimiento de seres de otras edades geológicas por la apertura de una placa tectónica causada por un terremoto, error al cultivar soja transgénica, pudrición de garrrapiñada abandonada cerca de un volcán, etc. 3) Después de que la Dra. Queen (¿qué hacía entre tantos machos en altamar tan tranquila?) daba una explicación pseudocientífica de lo ocurrido y que los otros personajes hacían estupideces intrasecendentes, cuando las papas quemaban y pudiendo haberlo hecho antes, el Capitanzucho apretaba un Walkie Talkie que tenía por ahí en la bragueta y Godzilla, que se ve que no tenía nada que hacer, aparecía de abajo del agua sea donde sea que estuvieran, funcionando actancialmente como ayudante (de los giles del Calyco, que a su vez funcionaban de ayudantes de la humanidad toda, salvándola de los peligros antes nombrados, como del el Sida y el Cólera, la enfermedad de las manos sucias). 4) Luego surgía una secuencia del siguiente tipo que ocupaba unos treinta minutos de los veinte de cada capítulo: el Capitán Majors enunciaba (dirigiéndose a la Dra. Queers: “Doctora Queen, dígale a Bruce que le diga a Pete, que le diga a Godzuki (dinosaurito que era a godzilla lo que Paturucito a Paturuzú), que le diga a Godzilla que traiga un Tang de naranja”. Luego veíamos a la Dra. Queen que se dirigía a Bruce de la siguiente manera: “Bruce, dile a Pete, que le diga a Godzuki que le diga a Godzilla que traiga un tang de naranja” y así, la orden se iba extendiendo en forma jerárquica como conviene a todo trámite burocrático serio. 5) Finalmente, Godzilla, del que nunca supimos el origen, motivación vital u otras credenciales importantes, vencía al oponente gracias a indicaciones de la tripulación tan importantes como la arriba citada (era un idiota que sólo servía por los músculos y los rayos láser de los ojos) y se restablecía el equilibrio inicial. 6) Como final extendido, alguien en el Calyco hacía un comentario más murguero que los de “Horacio y Gabriela” acerca de algo de lo ocurrido en el capítulo, como para demostrar cómo habían vencido el peligro y que superados estaban y se quedaban unos 85 minutos riéndose con poca convincencia, mientras la cámara se iba alejando en una escena panorámica memorable.
Esto, a nivel sociológico y semiótico (¿que se pensaban? ¿que no iba a ser otro nabo de los que analizan “semióticamente” algún fenómeno masivo para decir que también es arte y no sé qué como para jerarquizarlo y hacerse el intelectual cool?), nos lleva a comprender por qué el Uruguay cambio el vector ideológico de la tripulación del Calyco pero sigue confiando creyendo y pidiendo por el esquema actancial de “Godzilla” y también, por qué en el imaginario popular, el vilipendiado reptil (o algo así) sigue siendo una combinación de este patovica zapallo de la animación o el cameronesco de la película yankee de los noventa, así como creen que esa mierda llena de metaanfetaminas del “Avatar” es ácido lisérgico, ignorando clásicos como la “bicicleta” y “los simpsons”, verdaderas generadores de apertura de conciencia, imaginación y buena cabeza.
Godzilla era originalmente un “Bicicleta” y no un “Avatar” El primer film sobre Godzilla del año 1958, hecho en Japón, que es el que le da la vida al vilipendiado ícono cultural, no es ninguna chotada, aunque como película tampoco es candidateable al Oscar (por suerte, si no sería una porquería mainstream). Japón recién salía de la guerra y de la bomba atómica ¿vio? Godzilla, aparentemente era malo pero no. Comienza con una preposteración en que David Martin, periodista yankee, cuenta que no entiende como los sobrevivientes pudieron zafar del monstruo, pero sin nombrarlo, lo cual descontextualizado podría ser perfectamente tomado como una alusión a los sobrevivientes de las bombas nucleares. Godzilla, de hecho, surge por la presencia de estroncio 9 en la antes inviolada naturaleza marítima de Japón. Semióticamente (jajaj), godzilla y los avatatres (jajajaj) que provoca, sean quizás un simbolismo de violación a a la naturaleza que hace surgir fuerzas “vengativas” (concepto humano mal aplicado a la naturaleza) o destructoras de ella misma. Recuerden la sarta de ficciones paranóicas que desató por ej. el viaje a la luna, como advertencia acerca del pasaje de rosca del humano al invadir ciertas leyes de la naturaleza y más que nada, al obtener ciertos conocimientos vedados de la misma, como el viaje por el espacio o la energía atómica). En este bellísimo film, del cual no contaré todo el argumento, también podemos ver, como pese al derrotero que sabemos que Japón comenzaba a transitar, los creadores sentían una gran desilusión del uso de la tecnología, el racionalismo y el aparato burgués capitalista de gobierno (ellos se lo fumaron en todas sus formas imperialismo dictatorial, democracia y hasta como colonia) para llevar al hombre al “Terror” del que habla Theodor Adorno (me hago el crack citando gente que capaz que el lector no conoce y no explico lo que dicen ni quien son, jajajajajaj). Hay, a su vez, una revaloración de conocimiento “primitivo”, cuando los nativos de isla de Odo (que no tienen nada que ver con la guerra, la radioactividad ni nada pero son los que se morfan todo), se pasan diciendo que “Gojira”, que es como se llama realmente nuestro amiguito, es un monstruo de su mitología que sale a pararle el carro a los humanos cuando se suben al Pony y le joden su hábitat y finalmente tienen razón. No obstante, la idea y la forma de vida dependiente del “progreso” ya está instalada y el hombre lucha contra sus propias consecuencias negativas (Gojira), primero por medio del bombardeo, luego, viendo que esto no funca, acuden a la bombas de oxígeno de Gansu (uno que boya ahí en la película haciéndose el Mesías), pero éste debe sacrificarse hundiéndose en las profundidades junto con sus bombitas brasileras , muriendo junto a Gojira; lo cual muestra que los ponjas no son boludos: el retorno a la naturaleza no existe, y si bien el sacrificio por el restablecimiento del equilibrio es una cristiandad bárbara y el cristo de Gansu no redimió un pomo a Japón ni a la humanidad, tampoco fueron como unos (lease el sustantivo que designe a cualquier nacionalidad de la tierra, incluyendo a los japoneses) a destruir como si fuera malo lo que ellos mismos crearon, si no que se hicieron cargo. Y sí. Qué iban a hacer.
Luego de esta película (que es donde Gojira debería haber muerto para quedar bien parado, aunque me encanta la bizarrez clase B de los otros films japoneses, que son como treinta y lo peor es que los vi todos), el personaje y la historia medio que se desvirtúan un poco. Si uno los mira con un ojo sólo y sin ver el primero. Los japoneses, que de a poco se convierten en la Cameronesca-avataresca sociedad que generó y a poyo con prostituta complacencia la modita occidental de los cosplayers que de cien 80 son Naruto y 20 Lolitas que después se van a bailar electrónica pseudo-gótica a las “Bewares” porque no levantan en W ni en los bailes de cumbia y juran que son trisexuales, seguro pasados de merca o de avatar, generaron una serie de películas acerca de las que no me voy a extender mucho, ya que en interné pueden encontrar un extenso artículo que no sé quién hizo pero que está por todos lados, en que se molestan en pelotudeces tan grandes y poco sustanciales como explicar que el chillido de Godzilla lo hacían con una puerta medio oxidada. A modo de ejemplo considérese: 1) “Gojira Vs. King Kong” 2) “La invasión de los Astro-monstruos” 3) “El hijo de Godzilla” 4) “Godzilla Vs. Mecagodzilla” (I, II y III) 5) “Godzilla 2000”, etc. todas ellas con distintos grados de efectos especiales desde los terribles (a mi me gustan más) a lo bastante hollywoodense, con una época retro en que teniendo recursos para hacerle buenos efecto le hacen unos efectos deprimentes, justamente porque son a drede. En dichas películas vemos a Godzilla generalmente como un monstruo que se la da con otros monstruos, pasando sin mucho fundamento de bueno a malo y dos por tres a patovica de los seres humanos voluntaria o involuntariamente.

Los que queremos a Godzilla Luego de discurrir con una amenidad tan cool e intelectual sobre la percepción mayoritaria sobre Godzilla en el Uruguay, sobre sus encumbrados orígenes y su posterior decadencia, diremos (escribiremos) unas palabras más sobre la herencia cultural del dinosaurio mutado.
Como pueden ver si observan cualquier casa de bizarreces del palo, Godzilla es ya un ícono cultural de esos que no se sabe ni de dónde salen originalmente como Jack (de The nigth before christmas) o Hello Kitty. Podemos encontrar desde muñecos hasta tazas de Godzilla, pasando por remeras pins y de seguro artículos eróticos, aunque por suerte todavía no los he visto, aunque sí me tocó ver la casa de lencería al por mayor Godzilla, cita en el barrio de los judíos, con una muy bien impresa gigantografía en que el monstruo compartía el espacio gráfico con unoas chongas siliconeadas en tangas.
Gracias a Tenno, el personaje no es sólo el motivo de un montón de artículos comerciales, si no que variados artistas lo han tomado como inspiración o referencia. Por ejemplo, Tim Burton, que es fanático de lo más viejo de sus films lo hace a aparecer en su primer película (“La gran aventura de Pee Wee”) y obviamente toma algo del primer film en su recurrente temática acerca del monstruo y la alteridad. Ray Bradbury (el Vargas Llosa de la Ciencia ficción que luego se convirtió en su Paulo Cohelo), dijo por ahí que se inspiró en Godzilla para su cuento y su film “La sirena de la niebla”. Una sarta interminable de productos audiovisuales ponjas y luego occidentales se basan en peleas entre monstruos o robots o ambos de tamaño descomunal, desde Mazinger a los Power Rangers, pasando por Evangelion y también por el capítulo de 31 minutos en que los japoneses compran el canal y Calcetín con rombos man se debe hacer gigante para pelear con un monstruo que destruye Tokio varias veces por semana.
La música también a visto a Godzilla dentro de ella, por ejemplo en la banda, justamente denominada “Gojira”, como en la muy inteligente letra de Sepultura “Biotech is Godzilla”, que dice más o menos así: “Cumbre de Río en el 92/ vagabundos secuestrados/ a escondidas/ teníamos formas de salvar el mundo/ pero otros tenían otros planes secretos./ Biotecnología/ ¿Qué decís? / Despojando el Amazonas/ de las células de la misma vida/ en la fiebre del oro de l nuevo Gene-sis/ los nativos no tendrán nada/ Biotecnología es Godzilla/ Mutaciones cocinadas en laboratorios/ dinero-experimetos locos/ nueva comida + medicina/ nuevos gérmenes + accidentes!/ como Cubatao/ la ciudad más contaminada del mundo/el aire derrite tu cara/ niños deformes todo alrededor/ La biotecnología/ en si no es tan mala/ como todas las tecnologías/ está en malas manos/ a las corporaciones degolladoras/ no les importa/ cuando montones de gente muere/ de qué están hechas/ biotecnología/ ¿Es Sida?/ ¡Parenlo!” Lo cual demuestra que más o menos captaron la idea del Godzilla original.a nivel personal mis reflexiones acerca de Godzilla me llevaron a discutir con gente que aprecio mucho, que por más que me digan que soy un cuadrado y que tiene excelentes controles de calidad, si intentan poner un reactor nuclear en Uruguay como mínimo me tengan que meter en cana antes de que efectivamente lo hagan.



Jorge "Pollito" Manco.

Ceci n'est pas un article de la science-fiction

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Este artículo no quiere repetir las diatribas en contra de la percepción deforme de los hechos artísticos en el público uruguayo en general, ya que esto mismo ya lo hicimos en el artículo sobre Gojira. Lamentablemente, no sé si por mi perspectiva inmadura, negativa y obsesivamente crítica (lo cual está mal, ya que estamos en una época de cambios y progreso y hay que mirar todo de forma cool y progresista), no puedo abarcar mi objeto de estudio sin remitirme necesariamente al marco socio-cultural en que estoy inserto y eso me hace ver con mucho odio y frustración que por lo menos no hayan ganado los Ingleses en 1806, para que hoy pudiéramos robarle su excelente cultura a Irlandeses, Escoceses y Galeses y decir que es nuestra. Este artículo vinculado con la Ciencia Ficción no se va a referir a la producción de literatura, cine o lo que sea vinculado a dicha corriente en nuestro país, como tampoco a analizar el fenómeno en general o en un caso particular, ni tampoco a lanzar el revolucionario manifiesto de la Ciencia ficción uruguaya con algún aditamento ideológico de tipo político, como C.F. con gauchos o ambientada en un rancho marginal, para decir que estamos haciendo algo de afuera pero nuestro, copiado pero original y servil al poder pero con esa pseudo-rebeldía pedorra que nos caracteriza. El artículo, más bien se centrará en las reflexiones que me produjera una escena que vi (o quizás viví, nunca lo sabrán) y que plasmo a continuación. El joven docente de Literatura (joven porque no es un viejo de mierda chupabolas del sistema, ya que de hecho tiene 9 años de experiencia), que hasta se atreve a vestirse como se le antoja, tener pelo largo y barba (ya estando recibido) y decirle a los alumnos que también le parece un desastre que en un liceo público los obliguen a usar uniforme, se encuentra leyendo. La directora del establecimiento se acerca al joven docente, esperando ver algo como Mario Benedetti, estos novelones realistas nuevos con bobadas “tolerantes” sobre mujeres, indios y gueys o un clásico del estilo de Shakespeare o Cervantes. La directora se encuentra con que el joven lee “La balada de Beta 2” de Samuel R. Delany, encima en una edición que tiene un dibujo muy bien logrado ¡con una calavera con cabellera y ropa, que sostiene una pistola de rayos, con una actitud lacónica y soñadora, con el fondo de un sol naciente! ¡Fantasía! ¡Imaginación! ¡Fuera de una óptica infantil! ¡Y con un esqueleto! ¡Qué locura satánica! La directora, entre la risa, el asombro y la desaprobación (sobre todo esto último) pero con una despectiva sonrisa de superioridad en la careta, pregunta al joven docente qué lee, a lo cual el joven explica sin muchas ganas y viendo la actitud de la otra, que es una novela corta de ciencia ficción, aclarando que el género le gusta mucho (la C.F. es de hecho una corriente pero incluso los docentes son tan imbéciles que como todos los críticos le llaman género, ellos también aunque esté mal y si el joven le decía corriente a la directora no iba a entender de qué le hablaba e iba a pensar algo vinculado a enchufes). Riéndose (quién sabe de qué) la directora, que como el joven profesor es docente de literatura, le dice: - ¡Aaaaaaaaay! A mí la verdad que si me hablás de un Ray Bradubury... ¡Me saco el sombrero! Pero la Ciencia Ficción en sí no me parece... (sonido entre risa y atragantamiento con semen del inspector) Yo la verdad que no leo nada de Ciencia Ficción. ¡No! No le encuentro valor alguno. Y se retira sin que el docente le conteste nada más que un seco “bueno”, ya que para qué se iba a molestar en intentar dialogar con una persona así. Sin embargo el joven reflexiona e incluso confirma ciertas reflexiones que rondan en su cabeza hace tiempo: 1) Como con las vanguardias y sobre todo “Los futuristas y surrealistas (los de verdad, no Dalí ni Lorca)”, los docentes de muchas asignaturas se llenan la boca hablando de la C. F. e incluso abriendo juicios de valor condenatorios, cuando simultáneamente pueden (muchos deberían) llegar a reconocer que no conocen aquello de lo que están hablando y apenas lo han leído. 2) Como ocurre con Dalí y Lorca al hablar de las vanguardias, la gente cree que conoce C.F. por haber leído al viejo pedorro de Ray Bradbury, que debería haber muerto ya en los sesenta cuando se volvió Corin Tellado con un robot y un platillo volador o dicho más catedráticamente, es tan representativo de la C.F. Como Mark Twain de la novela pornográfica Bielorusa del siglo XVII. Incluso quienes conocen un poquito más no llegan a saber ni quién corno es Spinrad o Vonnegut, Mc Kee Charnas y de seguro capaz que ni sacan a Matheson (y no estoy hablando de autores menores o poco conocidos) y si más o menos manejan a Aldiss, Asimov o Dick es sólo a partir de los films jolibudenses que se ruedan sobre sus textos. Y ni les hables de sub-corrientes dentro de la C.F. Como el Cyber punk (menos del Steam Punk) porque con mucha suerte conocen y sólo de nombre a Gibson y en cine deben pensar que el mayor exponente es “Robocop” de Verhoeven, sin soñar que la mayoría ni deben conocer que exista algo como cómic o animé (le deben llamar “dibujitos chinos” a cosas como Pokemon y Naruto) y menos cómic o animé Cyber o Steam Punk. 3) De lo anterior se desprende que el horizonte de expectativas del promedio del uruguayo e incluso del profesor de literatura uruguayo, ante una obra de Ciencia Ficción es encontrarse con una berretada pulp de esas que pasan en la tele, llena de tiros de rayos láser, argumentos rayanos a la estupidez, refrites de historias medievales y románticas, maniqueísmo... digamos, con algo del estilo de Ben 10. 5) Vinculado con el ítem anterior y siguiendo la cadena lógica, la gente se puede tomar la libertad poética de decir -por ejemplo- que a) Mario Levrero fue el creador de la Ciencia Ficción uruguaya (no porque hiciera mierda pulp, si no porque al no ser realismo y necesitar encasillarlo les salta por ahí, sin más) o b) que la película Eraserhead de David Lynch es una práctica de C.F. Surrealista en un decorado futurista y a veces hasta Cyber Punk. (en serio, hasta lo llegué a ver escrito) Y también c) a repetir la manga de huevadas del manual para mediocres sobre C.F. que escribiera Álvaro Miranda, en el cual afirma que en la Biblia los carros de fuego son elementos de C.F. (no es un pensamiento original de él, lo copió) y de seguro también la metáfora “En tanto que de rosa y azucena / se muestra la color en vuestra frente”, ya que remite a la eugenesia para convertir seres humanos en humano-vegetales simbióticos. 7) Que en el Uruguay, la poco transitada corriente sea sobre todo reconocida por el público por el deprimiente corto (que en realidad es un videoclip de Snake) “Ataque de pánico”, vacuedad cagada de efectos especiales que catapultó a sus creadores de la O.R.T a Hollywood. O con suerte a las discusiones entre Sanchiz (con el que comparto varios puntos) y Bayeto, cuando mucho a los cuentos de realismo mágico bolchevicoso con elementos de C.F. Bradbureanos de los integrantes de la desaparecida revista “Smog”. 10) Eso lleva a que el público general desconozca casi del todo un inimaginable mundo en el que las temáticas, procedimientos literarios y sobre todo la reflexión y proyección sobre temas, no sólo científicos, si no sociológicos, filosóficos, antropológicos y un larguísimo etcétera, se presenta con una variedad, vigor y originalidad cada vez mayor e incluso probablemente con más fuerza que en cualquier otra vertiente de la Literatura contemporánea. Lo cual por ende lleva a que 11) La mayor parte de la población uruguaya desconozca uno de los ejercicios de especulación y epistemología más ricos de la creación humana hasta la fecha y de seguro (aunque no niego que existan otras formas de llegar a las mismas conclusiones), como seres humanos siguen siendo unos cavernícolas que no pueden proyectar su pensamiento más allá de lo meramente factible y “pensable” por los ideologemas dentro de los que están insertos, generalmente, formas de embrutecimiento impuestas por el sistema para controlarlos y hacerlos bestias que producen y consumen sin poder cambiar nada en sí mismos ni afuera. De manera tal que los tipos son tan borregos, que como con muchos elementos que podrían apoyar la emancipación individual y colectiva, terminan creeyendo que la C.F. son los Power Rangers o una futilidad así, ignorando que desde los adelantos tecnológicos pensados antes de su existencia real por Verne, pasando el Gran hermano y el estado tecnológico totalitario disfrazado de socialismo de Orwell, hasta el concepto de Internet que Gibson vislumbrara (entre otras cosas) en Neuromante, el mundo está lleno de fenómenos prefigurados y sumamente reflexionados por la C.F. No obstante, para esa misma gente, quedan sin ser algo más que una imposición vertical o un hecho social inevitable, mientras obviamente, una pequeña minoría los utiliza de forma nociva para los demás y beneficiosa para si mismos, sin que nadie pueda evitarlo. Bueno, al final el artículo sí terminó rozando una cantidad de puntos que yo dije que no iba a tocar, cuando arranqué diciendo que no quería putear de vuelta mi querida sociedad. Pero que el marco del objeto de estudio... pará. ¿Cuál era el objeto de estudio? Bueno, no sé. Me parece que me fui un poco para cualquier lado.

Jorge "Pollito" Manco.

El atake del RE

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El ataque del Re Fermín Guillermezky Della Giovanpaola no introducía su miembro viríl en un receptáculo anatómico llamado comunmente “vagina” o en otras cavidades anatómicas útiles al fin del placer sexual, conocidas generalmente como “ano”, “boca” “cerebelo”, “cavidades cóncavas o inconexas”, “agujero para meter las pilas de una muñeca barbie de tu prima que se dejó olvidada en la piscina”, o nombres así, pasibles de estar involucradas en relaciones tanto hetero como homo sexuales. No. No lo hacía como desde hace 50 años y eso que tendría veintidós o veintitrés. Esto generábale una malsana ansiedad por no ver satisfechos sus deseos instintivos más básicos, aparte del de supervivencia animal y consumo de celulares animal. En otras palabras, necesitaba mucho coger. Para acceder a tan soñada instancia ideó un plan (con dulce de leche), sumamente complicado como encontrar una abeja africana en un sobre de tiempost, además de inconcebiblemente sofisticado y sutilmente invencible. Un año estuvo el perseverante maestro de la estrategia, yendo a clases de guitarra en el instituto Walter Chango y cuando al fin había aprendido el acorde de Re (D en cifrado americano), tomó su guitarra, el afinador “Creep” adquirido en el local “Do Re Mi” de dieciocho de Julio casi Eduardo Acevedo y puso sus dedos en posición de Re, al tiempo que empezaba a tocar dicho acorde, por un período de tiempo que pocas personas creerían creíble en una situación en que hubieran sabido cuan largo sería el período de tiempo durante el que tocaría en el momento en que este comenzara a tocar y no al final de dicho período de tiempo, instancia que en este caso no era tal, si no todo lo contrario. Días estuvo su familia escuchando con agrado como su hijo (para la madre y el padre), hermano (para la hermana) y tipo que a veces le daba comida y sacaba a cagar (para el perro), con una ejemplar fuerza de voluntad como aprendida en el libro “Trabajo”, practicaba y practicaba sus lecciones de guitarra arpegiando, tocando en bals, rasgueando desesperadamente a distintas velocidades y con mayor o menor swing el reiterativamente reverberante re sin restringirse en su reincidencia. Mas en un momento, el agrado se tornó fastidio, cuando durante quince días sin parar el joven Fermín Guillermezky Della Giovanpaola tocó Re, sin parar para comer, dormir, ir al baño o bañarse y sin nunca considerar si quiera el aumento de un semitono hasta llegar a un Re sostenido y menos aún tocar un Mi. A punto de perder la cordura y quedar flagos, expulsaron cruelmente a su hijo de su casa y le hicieron una denuncia pidiendo a la policía una orden judicial para que Fermín Guillermezky Della Giovanpaola no pudiese acercarse a menos de doscientos metros de cualquiera de ellos o conectar su guitarra electroacústica a un parlante con la potencia necesaria para que les llegara el sonido a sus torturados oídos. Si bien la justicia falló a a favor de los Gonzáles (que era la familia de Fermín Guillermezky Della Giovanpaola), estos exigieron que se le pusiera una tobillera con chip GPS para que la policía pudiera estar siempre informada de la ubicación geográfica del individuo y así evitarse la molestia de trabajar en hacer patrullas o cosas así, aunque de seguro tampoco le darían bola al sistema GPS por chatear por celular con chongas de esas que anda con milicos para sacarle retención judicial y fue entonces, que Fermín presentó una demanda por daños y perjuicios al estigmatizarlo con tal tobillera (sin nunca dejar de tocar Re) y fue a los tribunales que fallaron a su favor , con tal de sacarlo de la sala y no escuchar más el monótono y reiterativo Re recio cual retama. Con el dinero que Fermín Guillermezky Della Giovanpaola recibió al ganar la demanda pudo gratamente vivir de Rentas sin preocuparse por su manutención económica ni trabajar ni ninguna de esas cosas a las que los hombres maduros se deben dejar someter sabiamente para bien de si mismos y de la comunidad; y dedicarse a tocar el Re. Poco a poco, el intolerante fenómeno de saturación y denuncia que Fermín sufriera con su familia se fue extendiendo a lo largo, ancho alto y otras dimensiones de la sociedad toda, siendo expulsado luego de haber quedado fuera de su familia, de su barrio, luego de su ciudad, su departamento y su país y ganando sin falta todas las contrademandas que hacía hacia los grupos sociales que lo discriminaban. A esta altura, de forma directamente proporcional a su persecución discriminativa por grupos y comunidades enteras, su fama mediática crecía y crecía, llegando incluso a llegar a generar no sólo simpatía entre grupos melómanos, si no incluso a inspirar un nuevo estilo musical (el Reísmo), que si bien intentó emularlo, nunca tuvo la habilidad técnica necesaria para tocar un acorde tan complicado por tanto tiempo. Las disqueras famosas a nivel internacional buscaron que Él les permitiera grabarles su primer disco pero un artista tan genuino, genial, under, reticente y retardado como Fermín no tranzó con éstas, ni con Santaolalla ni con las “independientes”, aumentando aún su fama y convirtiéndose en el paradigma de artista fiel a sí mismo, al declarar que no grabaría para nadie que le sugiriera que comercializara un poco su música poniéndole algún Fa o un La menor que queda bárbaro al lado del Re y sugiriéndole cambiar su estética a algo más Juan Carlos Jobim. A esta altura, Fermín Guillermezky Della Giovanpaola ya tenía el dinero y la fama suficiente como para tener unas cuanta supermodelos y chongas por el estilo deseosas de que se las embutiera y dejarse de joder, sobre todo después de ganar en los Records Guiness de la cerveza por ser el ente en toda la galaxia que más tiempo ininterrumpidamente había tocado el Re. Pero Fermín Guillermezky Della Giovanpaola tenía un plan mucho más ambicioso y no era de aquellos que se conforman con quedarse a la mitad del camino. Cuando ya las mismas Naciones Unidas tenían miedo de seguir discriminando a Fermín Guillermezky Della Giovanpaola y quedar fundidos luego de prender una contrademanda del mismo, hubo de agregarse un nuevo Derecho Humano en la declaración el cual rezaba : “Todo Fermín Guillermezky Della Giovanpaola tiene derecho a tocar ininterrumpidamente el Re sin que nadie si quiera ose intimidarlo, interrumpirlo o recriminarle si quiera con el pensamiento.”, gracias a lo cual Fermín Guillermezky Della Giovanpaola tuvo la ciudadanía universal, derechos nobiliarios y casi la total impunidad de hacer lo que quisiera en todos los países del mundo conocido. No obstante, las actividades de nuestro ídolo se remitían a ir de un lado al otro tocando el Re sin parar ni si quiera cuando defecaba o se hacia la paja con los pies en vez de las manos. En cualquier parte del globo la gente vivía atemorizada e irritable, sin saber si de pronto Fermín Guillermezky Della Giovanpaola no se aparecería de atrás del parrillero y se sentaría para siempre en la azotea de la familia a tocar el RE sin dejarles concentrarse en la conversación o el partido y en ningún parlamento los responsables encargados de gobernarnos a partir del contrato social que nadie sabe cuándo firmó con quién, podían terminar de discutir sobre las medidas para evitar la guerra civil; porque sabían que en algún momento de la discusión un representante sería corrido por un mástil de guitarra electroacústica semi folk y el micrófono sería violado por horas y horas por una lluvia de Re como un castigo bíblico. Cuando el mundo entero, tenso, conflictuado y sin los nervios necesarios para poder solventar la más mínima necesidad de subsistencia ya se hallaba ante el borde de una Tercera Guerra Mundial, todas las naciones del mundo se juntaron para decidir como acabar con Fermín Guillermezky Della Giovanpaola y saber que nación era la culpable de su actual estado de implícito dominio mundial. Fue entonces que Fermín Guillermezky Della Giovanpaola comenzó a aparecer desde el estrado de cada uno de los representantes por turno, haciéndoles creer a los demás que cada nación en la que el guitarrista monocorde aparecía era la culpable y complotadora en el dominio mundial de Fermín Guillermezky Della Giovanpaola; el cual luego lo entregaría la nación en cuestión. Habiendo desatado así la Tercera Guerra Mundial (y sin dejar de tocar el Re), Fermín Guillermezky Della Giovanpaola -que no tuvo que enrolarse en el ejército gracias a un nuevo Derecho Humano para sí mismo (que logró tocando el Re en la cabecera de la cama del presidente de Francia por tres días seguidos)-, se refugió en un búnker y esperó a salir recién, cuando del holocausto al que desde siglos ha la humanidad se encaminaba inevitablemente, sólo quedasen como sobrevivientes una sensual y hermosa enfermera digna de la película fetiche más kitsch de la historia, el último soldado agonizante y él mismo, el guitarrista monocorde. La enfermera, comprendiendo que de ella dependía repoblar la nueva humanidad en la tierra y viendo que sólo le quedaba la opción de reproducirse con el soldado agonizante o con Fermín Guillermezky Della Giovanpaola, diciendo apresuradamente “Si tenemos algo capaz que se puede arruinar nuestra amistad y yo la verdad que no te quiero perder como amigo”, comenzó a intentar una delicadísima técnica de reanimación al soldado agonizante, que requería la más completa calma y concentración. Y entonces saboreando ya su victoria, Fermín Guillermezky Della Giovanpaola comenzó a tocar el Re con toda su alma, un Re rotundo, incansable, el Re más realmente reíco de la historia reconocida. Tanto Re, destrozó de los nervios a la sensual enfermera, que desesperadamente intentaba revivir al soldado y no tener que coger con Fermín Guillermezky Della Giovanpaola, hasta que confundida, en vez de hacerle respiración boca a boca al joven miliciano, le amputó el miembro viril con un estetoscopio haciéndolo morir de una hemorragia y también de asfixia al introducirle por error su propio intestino grueso en las venas en vez del cateter del suero. Fermín Guillermezky Della Giovanpaola, triunfal y sin dejar de tocar el Re, comenzó a bajarse los pantalones utilizando los dientes, mientras la joven enfermera gritaba cosas como “¿Qué pretende de mí señor?”, “No puedo estoy menstruando y vamos a manchar las sábanas” y “Perdoname mi amor tengo un dolor de cabeza terrible”, frases que de nada le sirvieron cuando Dios, con su voz de trueno dictaminó desde los altos cielos: “¡Creced y multiplicaos, necesito porno en vivo y ya no hay más foros de sex-cam!” Y nuestro común antepasado Fermín Guillermezky Della Giovanpaola, repobló la tierra con la sensual enfermera, logrando además su principal objetivo de ponerla como un conejo, una y una y una y otra vez, una vez tras otra, sin ya nuca dejar de tocar Re; ahora ya por costumbre. 

 Jorge "Pollito" Manco y Piero Di Dorenzi

comics de mierda en la flia!!!! 17 y 18 de noviembre

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Bueno, resulta que el comics de mierda de setiembre de este año, lo vamos a terminar presentando ahora porque no tuvimos tiempo de imprimirlo, lo cual es muy bueno: cuanto más como la mierda mejor. Este numero cinco, edición especial por nuestro añito de vida (todavía nos cagamos en los pañales) tiene las acostumbradas pelotudeces de las historietas cuando se quieren hacer las pro: tapa a colores, más páginas y la misma mierda de contenidos con otro envase (por lo menos nosotros somos sinceros y lo decimos). Su presentación será en la Flia (feria del libro independiente y analfabeto), el próximo fin de semana (avisamos con pila de tiempo eh?). En el affiche están los datos de cómo dónde cuándo ir y que llevar como vestimenta formal.
Aparte de C.D.M, el trapo o caballete de piñazo e frente capaz que aparece con unas cosas raras, algunos libros de cuentos y mutaciones que hemos publicado hace unos meses con nula propaganda y obviamente; por suerte también podrán ver otras cosas buenas de la F.L.I.A. si van (no tan buenas como C.D.M. y piñazo e frente en general) Para muestra les dejamos fragmentos de sorete de C.D.M 5:
Humor Pelotudo páginas y páginas de pelotudeces de la mano de mi, Piero y el Seba.
De regreso, Nosferatu Pirógena historia gótico cyber punk con manteca, surgida de las fuliginosas mentes de mi y el presenta
El único y más hermoso El Capitán sorete (también conocido como Pablo Gómez), nos manda desde Barcelona un rejunte de sus dos Fanzines homónimos y una historia inédita "El hombre bueno y el perro abandonado" ¡para cagarse de risa!
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El gabinete higiénico del Dr. Jan Svankmajer (Vol. 5) No diremos nada, el misterio es esencial (de vainilla)
secomoelpato.org Lucas se va a la mierda con este comic de la concha de la lora NO SE PIERDAN LA FLIA Y CDM 5 O LO LAMENTARÁN

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Pacientes lectores y lectoras del humilde fanzine conocido popularmente como Cosas Raras: Quiero comunicar públicamente mi frustración infinita, ya que nuestra máquina infernal conocida por algunos como "impresora" decidió que era bueno morir agonizantemente y hasta nuevo aviso no podremos tener más ejemplares del número 1 ni poder concretar el número 2. 
Para que puedan soportar la tortuosa vida sin leernos, les dejo algunos adelantos de Cosas Raras 2. Nos vemos pronto.

La mejor editora del universo: Werdy























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Audriana Záñez
Una vez me quemé con aceite caliente pero muy caliente y me quemé mucho pero muchísimo. El sartén no se dio vuelta pero la enrome empanada que pretendía sacar de dentro de él se cayó como una bomba de entre los tenedores con que la aprisionaba y su volumen desplazó de golpe casi todo el aceite para afuera. Mi fortuna, es de todas formas irreprochable: tuve los reflejos, la velocidad o la suerte suficiente como para saltar para atrás y que el vómito de aceite hirviendo me llegara al brazo muñeca para arriba y no a la cara. Y vaya si esto último marcó una importantísima diferencia. La quemadura hubiera tenido severísimas consecuencias si no hubiera recordado de golpe un curso de primeros auxilios que había hecho hace años y que nunca recordaba para nada. Metí el jarro lo más rápido que pude en una jarra de agua, helada hasta que se me enfrío lo suficiente para que ya no ardiera y después de robar abundante áloe en una iglesia de cerca de mi casa (en el curso habían hablado de cremas asequibles en Farmacias y al lado de la iglesia había una pero yo no tenía plata), me embadurné el brazo en su savia, la cual mi piel devoraba como un borracho el vino. A la tardecita, la quemadura no me picaba, ni me ardía, ni se había infectado. Eso sí, me había salido una ampolla que no quiero describir de manera figurada. Para que se tenga una idea objetiva, sólo diré que era casi esférica y que lo hubiera sido si en mi brazo, por debajo del nivel de la piel hubiera tenido unos cuantos centímetros cóncavos. Tenía un diámetro de unos cuatro centímetros y unos tres de altura , o sea de hinchada con respecto a mi muñeca. Era grandotota. Mi ampolla y yo nos llevábamos muy bien. Pasé mucho tiempo mirándola, apreciando sus cambios de tamaño, los brillos y la traslucidez que tomaba con la incidencia de la luz, apreciando su suavidad y textura, pasándole el dedo, acariciándome la cara con ella o lamiéndola; mientras atravesaba uno de los períodos más complicados de mi vida. En su senectud, mientras apreciaba los cambios en aspectos ya mencionados como su textura, etc., acostumbraba moverla rítmicamente y como la piel estaba ya floja y el líquido se amontonaba colgando abajo, yo embromaba diciendo que tenía tres huevos. Finalmente, la vi llorar líquido por mi brazo para abajo, del cual tomé unas gotas y luego dejándome una cascarita que se caía de a poco, dejando ver pedazos de piel nueva (me comí unos pedacitos de esa cascarita y la recomiendo es saladita y crocante). Antes de hablar de Audriana Zañez, voy a decir unas palabras más sobre mi ampolla y yo, relativas a las reacciones de la gente ante la misma (la ampolla, no Audriana). En las primeras ocasiones de mostrar mi ampolla al mundo, las caras y las reacciones fóbicas de los demás me molestaban bastante. En la calle, en los negocios, en el trabajo y sobre todo en el ómnibus parecía tener una especie de estigma del demonio, ante el cual ponían un pavor que indignaba y daba ganas de preguntarle si es que nunca habían tenido una ampolla o razonado que como las hay chiquitas también las hay enormes, aunque es evidente que pensaban que debería ser un cáncer, lepra o sida. A su vez (y esto me molestaba más) junto con el desagrado que mostraban por haberlos expuesto a tal macabro espectáculo o peligro mortal, no podían dejar de mirar la ampolla con un morbo parecido al de los que miraban a los fenómenos en los circos del cine expresionista. Pasado un tiempo, mi enojo fue desplazado por una extraña necesidad de disfrutar y aprovechar la situación. Valiéndome de la estupidez de la gente, ponía la ampolla bien expuesta cuando me sentaba en asientos dobles del ómnibus y lograba así viajar sólo, incluso en ómnibus repletos y en viajes largos, mientras guachitas de doce años y viejas se quedaban paradas adelante del asiento mirándome fijamente el brazo pero agarrándose del fierro bien estiradas como para que la ampolla no las rozara. También logré pasar antes en la cola del supermercado, cuando al verme sumarme a la fila, la gente se acordaba toda de golpe que se había olvidado de algo. En un momento pensé en pegarle un rectángulo de cartón alrededor de la ampolla y pintarlo como si fuera una tele, para que se sintieran todos más a gusto con el marco adecuado al tipo de espectáculos que les gustaba consumir pero el desquicie en mi no fue el suficiente en ese momento. Si mi ampolla había generado tanto en los demás, no imagino lo que ella podría haber suscitado ante los ojos crueles de la gente, ni cuanto o qué habrá sufrido en su vida. Cuando encontré a Audriana (que en ese momento no se llamaba así), estaba volviendo a “Las cuevas” y mi vida había cambiado mucho con respecto a una o dos semanas antes, cuando aún tenía la ampolla. Como le puede pasar a cualquier uruguayo y sobre todo a aquellos que no se bajan los pantalones ante la espiral ascendente de la esclavitud a la economía de consumo y “bienestar” social (aunque también le puede pasar a los que sí se los bajan), me había convertido en un indigente. Fue en ese entonces que nos conocimos pero antes que nada, debo explicar quién era ella, aunque de esto me enteré después de conocerla. Nació con 27 años en Febrero del año 1968. Desde su nacimiento fue un ser bastante peculiar. Por ejemplo, su sexo era tan difícil de determinar como el de un gatito bebé, por lo cual las parteras, médicos, padres, madres, tutores, etc. estuvieron pasándose el neonato unas buenas horas, discutiendo y estando seguros sólo por un rato de si el bebé era nena o varón; para luego mirarlo bien de vuelta y concluir que estaban equivocados una y otra vez, como si a propósito la criaturita cambiase de sexo para embromarlos. A tal punto llegó la indecisión del bebé por presentar genitales externos de uno u otro género que todo el hospital estaba en la sala de parto, debatiendo e incluso corriendo apuestas acerca de si tenía un clítoris superdesarrollado o un pene atrofiado, hasta que el nosocomio entró en caos y tuvieron que parar las elucubraciones para atender recién operados que corrían por el pasillo buscando morfina, embarazadas que habían parido solas y muertos sentados en la sala de espera. Dada la indecisión de los adultos, decidieron ponerle Gabriel, cosa que si era varón tuviera nombre de varón y si era nena se lo escribían Gabrielle y se lo pronunciaban igual, para no desacostumbrarla y que no respondiera como cuando a los perros les cambian de “Manchita” a “Auringonvalo”. Este cuidado por parte de sus progenitores de poco sirvió, ya que como sabemos, al cumplir la mayoría de edad, nuestro personaje cambió su nombre al de Audriana, que quedaba muy bien con su aspecto de mujer con bigotes prolijamente afeitados todos los días. En el registro civil, la tarea fue más penosa, ya que el estado se negaba a poner casilleros que escaparan a las dicotomías maniqueas y en ningún formulario había un cuadradito que dijese “Hermafrodita”, “Androgino” o “Indefinido”, aunque de seguro ahí también se les armaría porque no sabían cual de esos tres era Gabriel(le), que aún no era Audriana. Si bien podría contar un montón de peculiaridades en la vida de este ser (considerando que no las sé todas, si no serían muchísimas más), debo aclarar que sólo me concentraré en la dimensión de su existencia que más me llamó la atención cuando recién la conocí y que sólo comprendí mucho después, no sólo porque me contara o explicara, si no por una cantidad de percepciones irracionales y no trasmisibles que ustedes de seguro nunca podrán lograr de mí, ni del contacto con Audriana como el que yo tuve, dado que ya no está entre nosotros. Es extraño de explicar pero en sus palabras, más o menos lo que le pasaba que al tener una formación anormal en el lóbulo temporal no percibía el paso del tiempo, ni tenía demasiado desarrollada la capacidad intelectiva para poder asumir la demarcación arbitraria del tiempo por parte del ser humano (era común que de joven dijera que llegaba en quince minutos y llegara en quince días), por lo cual en su interior había algo que luego los especialistas (véase Bascher, 2012, pag. 52 y ss.) convinieron en llamar “Edad sistémica interna”, que la mantuvo en los veintisiete años desde su nacimiento hasta muchos años después. Luego de que Audriana ya no estuviera entre nosotros, hablé con Cantos, quien había tenido acceso a las poquísimas publicaciones sobre el tema y algunos estudios sobre Audriana que en su momento fueron de reducidísima circulación y luego fueron destruidos. Cantos me dijo que Meyer, citando a Kakalios aseguraba que parte de la temporalidad en el ser humano devenían de la percepción interna de esta especie acerca del paso del tiempo en forma consciente o inconsciente, ya que carecemos de la temporalidad no lineal o “descontrolada” de los animales y más aún de la nula noción del tiempo de vegetales y minerales. Cuando Gabriel(le) vivía en sus veintisiete años permanentes (nunca se llegó a e explicar el por qué de esto), al parecer tenía una vaga conciencia de tener esa edad, que no coincidía con su edad cronológica y una sicología acorde a la misma pero no obstante por más que pasaran los años nunca pareció a aparentar más de los quince años que físicamente adquirió a los dos meses de nacer. No sufría desgaste físico, mental ni ninguno de los asociados al crecimiento en el ser humano. Cuando hablábamos sobre lo que Meyer decía que decía Kakalios, yo le dije a Cantos que más que una falta de conciencia o capacidad de comprensión del tiempo humano, que trascurre linealmente “hacia adelante” y como tendiendo a un “progreso” o “fin”, la diferencia en Audriana radicaba en que algo cerebral, físicamente la hacía inmune a dicha temporalidad y de ahí radicaba su conciencia de un tiempo distinto y negador del nuestro; ya que muchas personas en coma o con deficits de coeficiente intelectual no comprenden o perciben el mismo y sin embargo envejecen, al menos físicamente, como cualquiera. Cantos me dijo que hablaría de eso con Pérez y luego de un tiempo me dijo que Pérez había leído una teoría similar en Jameson (1999 pag. 329 y ss.), la cual luego de conseguir muy dificultosamente una fotocopia del libro consulté y vi que no sólo coincidía con la mía, si no que incluso lo fundamentaba con citas de Bascher, que increíblemente afirmaba que Cantos le había dicho anteriormente a Meyer y Engelman algo que sólo yo sabía, a saber, la creencia de Audriana de que parte de su inmunidad al tiempo devenía de las épocas en que siendo Gabriel(le) componía temas en guitarra que en vez de tender a desarrollarse en el tiempo tendiendo a un final y bla, bla, eran más bien como una especie de cosa circular y que no puedo explicar con palabras. Como yo le había dicho a Pérez una vez, Jameson decía que Bascher decía que Cantos le había dicho a Meyer y Engelman que esa forma de componer música, justamente devenía de su formación anómala (yo diría diferente) del lóbulo temporal y no lo contrario, o sea, que su peculiaridad en cuanto al paso del tiempo deviniera de que ella compusiera ese tipo de música o que no tuviera conciencia de nuestra delimitación del tiempo. En todo caso lo importante es que cuando conocí a Audriana (que aún era Gebriel(le)) tenía 27 años hace 38 y físicamente parecía de no más de quince. De todas formas, hablaré de esto más adelante, ya que quiero explicar mi posición sobre lo que finalmente ocurrió con Audriana, aunque luego de su desaparición ya nadie pareció ocuparse o interesarse por el tema. Si bien Lockhart tanto en su libro como en su programa de televisión, se encargó de asentar en el imaginario colectivo, una historia absurda y romanticona de una especie de Audriana como un travesti alienígena que un día se quedó esperando un artículo en la caja de un supermercado embrujado, ya que nunca se había percatado de que para comprar algo debía dar dinero a cambio y que en esa espera comenzó a tomar conciencia de la temporalidad y por tanto murió voluntariamente, desilusionado/a de la forma de vida humana; los hechos fueron muy distintos. Poco tiempo después de conocer a Gabriel(le), me contó que había conocido o se había enamorado de un hombre. No puedo afirmar si este hecho y los que vienen a continuación tienen una relación causal o sólo fueron hechos cercanos o yuxtapuestos temporalmente pero lo cierto es que la próxima vez que vi a Gabriel(le), su indefinición se había cambiado por una marcada femineidad, aunque eso si, ella era una mujer extraña de apariencia pero ahora ante cualquier control médico se podía constatar que tenía todos los órganos propios de una mujer sin que sobrase o faltase ninguno, más allá de que sus hormonas no eran exactamente las que se encontraban en el cuerpo de los demás seres humanos de ningún sexo. Su mentalidad en muchos aspectos retornó a la de una chica de quince años (aunque muy inteligente y madura) y luego de tres años, cuando uno ya veía una chica de dieciocho, decidió desobedecer a sus padres y pedir un cambio de nombre ante el estado para rebautizarse Audriana. El crecimiento de Audriana se comenzó a notar como nunca antes y si bien para alguien de 42 años no estaba mal aparentar 18 o 19, aunque siempre seguí considerándola una persona sumamente inteligente y elevada por sobre la mediocridad común, comenzó a a tener algunas actitudes entre divertidamente desquiciadas y superficiales que algunos identificaron con manipulación mental y otros con brujería y yo no sabría decir con qué, aunque poco importaba ya entender del todo a un ser que se había transformado en otro y aparentaba casi treinta años menos de los que tenía. Por ejemplo, cuando sus glúteos empezaron a caerse, era común que cuando Audriana estaba interesada en que alguien que la estaba mirando de atrás viera la elogiada colita que tenía a sus 15/27, agarrara dos pedazos de papel que siempre llevaba consigo, recortados más o menos con el tamaño de su cola actual y los mostrara, para cuando la persona los miraba, superponerlos hasta lograr el tamaño adecuado, haciendo que al volver a mirarle el trasero, la persona viera el tamaño logrado por el papel y no el que había visto anteriormente (lo presencié personalmente y también lo cita Ikuri, 2008). Lo cierto es que más o menos por esta época, Audriana comenzó una relación con un hombre, aunque nunca me confesara quién era este hombre o si la relación era real, virtual o imaginaria. Poco a poco, ligado a estos últimos cambios en su ser, Audriana decidió emanciparse de sus padres octogenarios y comenzó a procurarse un trabajo. Esos fueron días duros para mi amiga. Recuerdo largas conversaciones algo doloridas en que ella sola, de a poco o con mi ayuda se empezó a dar cuenta de cosas que nunca había tenido en cuenta o siquiera pensado o imaginado. Al prinicpio, yo empecé a pensar e una brutal falta de sentido común o un retraso mental pero escuchándola bien, comprendía que muchas veces el problema es que yo (y todos los demás) tomábamos por dados a causa de la costumbre, cosas sumamente absurdas e irracionales. Creo que la decadencia de Audriana, tuvo algo que ver con el trabajo. Aunque lo entendía sumamente absurdo, no le quedó otro remedio que someterse a que su tiempo, el tiempo en el que se desarrollaba su vida fuera invertido más de lo que ella podía soportar en hacer lo que otros le exigían que hiciera a cambio de una paga que no le devolvía el tiempo, que ahora estaba entendiendo que se le iba, sin alcanzarle ni siquiera para reponer energías antes de volver a trabajar. Creo que por esa época intenté explicarle que todo eso la humanidad lo sabía y lo sufría desde hace años y no sé si fui yo que le presté “El capital”. Sólo me acuerdo de la cara de Audriana, tirando el libro para cualquier lado y diciéndome algo como “No entiendo porque si todo el mundo lo lee tanto las cosas siguen siendo igual que antes pero a lo zorro”, haciéndome sentir como un imbécil. Audriana, poco a poco empezó a vivir como todos. Aprendió a apurarse para llegar a la hora que el reloj debía marcar para tomar el ómnibus, a darse cuenta de que no le quedaba tiempo para todo lo que hacía antes de que su tiempo fuera de aquellos para los que trabajaba. Comenzó a engordar y perder su belleza aceleradísimamente. Aunque hasta el último día yo la consideré una persona sumamente inteligente e interesante, su siquis también empezó a ajarse lentamente, como su humor y su personalidad. La última vez que estuve en su casa, en su tiempo de licencia laboral la encontré abúlica, tirada en la cama, con la apariencia de una mujer de sesenta años o más y la cabeza apoyada e un Dvd de Stephen Hawkings, otro de la película “El extraño caso de Benjamin Button” y una edición nuevita de “El retrato de Dorian Gray”. Un montón de macetitas, vasos y floreros con plantas y algunas bolsas de tierra ocupaban una gran parte del cuarto. No sé si estaba desvariando, aunque me lo pareció en un primer momento. Me hablaba algo de unas investigaciones que estaba haciendo intuitivamente y que eran su última alternativa o salida, no recuerdo bien que palabra utilizó. Me decía que si se alimentaba de vegetales en estado puro, no hacía nada más que yacer en el agua hasta generar sustitutos orgánicos de raíces y luego se metía en tierra, procurando que le llegara agua y sol por un buen tiempo, probablemente se convirtiera en una planta; proceso al que no se sometería antes de olvidarse del todo del asunto del tiempo, para no contaminar biológicamente por dicha estructura mental la nueva forma de vida en la que se convertiría. Ese día, sin que yo le diera demasiada trascendencia, Audriana se despidió de mi “por las dudas”. Un buen tiempo después, la familia de Audriana (que no sabía de mi existencia), de alguna manera se enteró de mi y me contactó. Me explicaron que “Audriana ya no estaba más entre nosotros” pero en ningún momento hablaban de que hubiese muerto e incluso me preguntaban si sabía a dónde se podía haber ido. Como empecé a entender que el “no estar más entre nosotros” capaz que no era el eufemismo que esperaba pregunté que mierda le había pasado y me explicaron, no de muy buena gana, que había desaparecido sin dejar rastro y que las únicas pistas que encontraron fue ron un montón de plantas sumamanete extrañas, procedentes sobre todo de África (y algunas desconocidas), tierra con procesos químicos rarísimos y agua por toda la casa. Sin nunca declararlo del todo, creo que los padres me dejaron entrever que no les sorprendía para nada que Audriana se hubiera transformado en una planta y me dijeron con algo como una enorme paz que si bien las plantas estaban en alguna oficina de investigación estatal, ellos se habían quedado con algunas macetas y brotes sacando raíces en vasos de plástico y hasta me regalaron unas semillas que sacaron de una enorme flor que ningún perito supo decir qué era con certeza. Ahora que saben quién es o era Audriana, vuelvo al día en que la conocí. “Las cuevas” era un lugar donde unos pocos pordioseros nos refugiábamos del calor o de las excesivas lluvias y eran en realidad, los huecos entre la estructura caída de un puente sobre un arroyo seco, pasando un baldío de espinas y pasto alto como una persona a un costado de la ruta nueva. No sabría decir por qué, pero todos los que íbamos ahí, éramos por así decirlo, pichis con alguna profesión o estudio y no me sorprendió ver algo como una silueta de alguien dibujando adentro de una cueva, lo cual no es común ver en los pichis de otros lugares. Obviamente luego de enteré de que ella no era una pichicoma, si no que había ido ahí simplemente a dibujar. Sin embargo, reitero, no me sorprendió ver esa figura dibujando, muy borrosa. No me sorprendió cuando al acercarme vi una figura flaquísima con una cara que no se sabía si era de un varón afeminado o de una nena, un pecho de hombre delgado y una delgadísima joven de la cintura hacia abajo. No me sorprendió nada de eso, ya que en ese momento estaba casi tan ciego como ahora pero a diferencia del hoy, no tenía lentes y podía ver cualquier cosa. Me sorprendió justamente, que no la vi con los ojos, si no con el olfato. No sé cómo explicarlo pero la percibí, la conocí con la nariz y no con los ojos. En ese momento mi olfato se agrandó, se volvió un sentido tan o más potente que el de la vista y el oído juntos, saliendo de su más o menos relegada posición y me pareció que podía conocer los detalles más ínfimos del ser de Audriana (perdón de Gabriel(le)) por los olores. Sentí algo como mil aromas mezclados al mismo tiempo pero si quisiera hacer una especie de descripción simbolista, una truchada al estilo de las “Correspondencias” de Baudelaire o del capítulo 8 del mismo Dorian Gray, me quedaría corto, de la misma forma que si describiera los perfumes por características o similitudes con otros conocidos por mí o por los demás seres humanos. Así que esta parte de la narración que podía se genial, sólo va a ser una explicación desabrida de que no podrán saber lo que percibí a menos que la huelan a ella o sólo accederán a algo más o menos parecido si huelen esta flor rara que nació de las semillas que me dieron sus padres y que tengo acá al lado mío en mi nueva casa. Y esto último me hace pensar que no es nada raro que se haya convertido en plantas. El día que la conocí, pensé que si yo había vivido lo que viví con la ampolla, que viviría ella con ese perfume de su propio cuerpo (todavía no sabía todo lo demás) pero pronto supe que sólo yo lo sentía. Ese día, como hasta hoy, pasó por primera vez lo que pasa sólo con recordarla, mi ampolla crece de vuelta por una instante en que la recuerdo, un instante que dentro de mi, dura hasta años si me lo permito pero que el reloj marca como uno o dos segundos siempre y que era lo que me pasaba también, cada vez que la veía, unas pocas veces en que nos cruzamos unos segundos del reloj, aunque para nosotros hayamos estado conversando días, semanas o años.

Gente Peluda

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Les dejo unos birujillos de gente peluda y no tanto. 













Sebastián Martínez

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Gato en el tiempo
Roberto estaba cocinando, cuando vio lo que se temía desde hace un rato y no se había detenido a comprobar todavía. Ernesto, su pareja, había recordado cerrar la puerta espacial (más conocida como “puerta” a secas por todo el mundo) después de rezongos y todo tipo de aleccionamientos por parte de Roberto, pero había olvidado otra vez cerrar la puerta temporal, conocida también como transportador temporal doméstico, que hace tiempo no se cerraba de forma automática como debería. Y el gato, logró lo que venía intentando desde hace tiempo, siempre fallando sólo por la intervención de Roberto: escaparse, escaparse en el tiempo. Roberto no sabía si enfurecerse o deprimirse. Amaba al gato casi como a si mismo y si sabía que era casi imposible recuperar al gato después de escaparse por la puerta espacial con toda la gente hambrienta que había por la calle aún en su barrio caro, sabía que recuperar al gato escapado hacia algún lugar en el pasado era aún más complicado. Los paseos temporales al pasado eran todo un lujo, que si bien podían permitirse de vez en cuando eran carísimos. Que la puerta hubiese quedado abierta significaba a) que Ernesto se había escapado al pasado (de seguro buscando un amante), sin decirle nada, gastando plata sin consultarle; plata al fin y atambién vlviendo a mentirle y ocultarle cosas b) que la puerta, como ya les habían asegurado que no pasaría, había quedado abierta (vaya a saber uno desde cuándo) y la exposición al flujo retrotemporal había estado corriendo sin que nadie la usara, lo cual sumaba más plata perdida c) que para recuperar el gato, tendría que gastar aún más dinero, sumado a lo que había malgastado secretamente y luego por error Ernesto, sumado a lo que todavía debían de su ida al recital de Madona en el 2000; seguramente quedando en bancarrota. Roberto se sentó, preparó un té y pensó. En un momento, la tristeza fue superada por la furia y estuvo a punto de usar sus células telefónicas para llamar a Ernesto y recriminarle hasta el asco la situación, insultarlo, descargar su ira y hacer que arreglase todo de alguna manera, que volviera del trabajo en hora y con la cola entre las patas durante una semana, trayéndole regalos todos los días hasta que al fin, él decidiera perdonarlo, aunque supiera que la promesa de cambiar no duraría mucho más que otra semana. Pero cuando estaba por llamarlo, canceló la comunicación. Ya no había caso. Ernesto había vuelto a buscar chongos no robóticos de los que había en el pasado, probablemente a pagarle a alguna estrella muerta del cine porno o alguna de esas cosas que ya había hecho. Roberto terminó el té y conectó la puerta física en función teletransportación. Llegó a la oficina de Hipotecas Tecnológicas del Estado (Hi.T.E.) y luego de esperar unas horas y que los funcionarios robóticos se equivocaran varias veces al indicarle la ventanilla virtual, al fin pudo consultar el saldo de la deuda, con fines a hacer un nuevo viaje. -Actualmente la cuenta xc-658745876521485/7 a nombre de Ernesto Revogliatti con usufructuo compartido de Roberto Muñoz, por ususfructuo de tecnología hogareña en el orden de la incursión física en el retroflujo temporal asciende a 280.000 Gills Americanos. No podrá realizarse una nueva incursión en el retroflujo temporal hasta saldar o asegurar de alguna forma dicha deuda, ya que excede el monto de deuda tolerable descrito en el artículo ttp-2364587/55 del contrato de retroflujo temporal doméstico, estimado en los 200.000 Gills americanos. El robot no emitió otra palabra, ya que no tenía una nueva orden o consulta que evacuar. Roberto quedó escuchando el zumbidito del C.P.U. funcionando sin parar. -¿Cual es el valor de nuestro actual inmueble si nos puede proporcionar la información? -¿En Montevideo o en Punta Argentina? -preguntó la máquina. Roberto se quedó mudo un momento. Aparte de todo, Ernesto tenía un bulín en Punta Argentina y no se lo había dicho. -El de Punta Argentina por favor. -Asciende a 300.000 Gills Americanos. -Hipotéquelo para realizar un nuevo viaje en el tiempo por favor. Soy el esposo de Ernesto -dijo Roberto acercando su pulgar al ojo láser, aunque la máquina ya lo tenía registrado. El resto del día se le pasó en los trámites y controles para el viaje. Declaró que antes de fijar el destino debía pedir un rastreo para saber en que momento y lugar estaba su mascota. Quedaron de comunicárselo al día siguiente. Roberto volvió a su casa y se acostó. Ernesto llegó tarde y borracho, incluso cuando el padre de Roberto había muerto el día anterior. Es verdad, a Roberto no le había importado mucho esa muerte, ya no sabía si lo que sentía por su padre era odio o indiferencia o si el amor incondicional que sentía por su madre lo había enemistado interiormente con su progenitor, al punto de desear su muerte, como reparación de la muerte de su amada madre. Pero la desidia de Ernesto ya le parecía demasiado. Lo dejó desplomarse en la cama sin comentarle nada y al otro día, luego de recibir la información del paradero de su gato, partió a su viaje. Que los herederos de Pintos Risso lo resucitaran para que Ernesto y él tuvieran el prestigio de poder comprar un nuevo apartamento del legendario arquitecto estaba muy bien pero que la puerta temporal quedara mal cerrada y su gato se hubiera perdido, estaba muy mal. Y lo que más lo incomodaba era que su gato se hubiese ido, como por alguna macabra coincidencia a la casa donde su madre lo daría a luz, unos meses después, donde encontraría -quizás- a su gato y tendría la hermosa posibilidad de ver nuevamente a su madre, a su hermosa, amada madre. Pero también, tenía la fastidiosa posibilidad de cruzarse con su padre, del cual hace sólo dos días había pensado librarse para siempre. Mientras pensaba en tal embrollo, la interfase entre su puerta temporal y el pasado había terminado. La luz verde se encendió y atravesó el umbral. Un segundo de transmaterialización después apareció en el fondo de aquella antigua casa, que le traía tantos recuerdos... sin embargo, las instrucciones grabadas en sus células de disco duro eran precisas, lo dejarían en el fondo en un momento en que nadie saldría a verlo (si era discreto y no hacía ruidos ni hablaba) tan sólo por unos veinte minutos, que deberían alcanzarle para llamar de alguna manera y recuperar de alguna manera a su gato, trepado en la rama del árbol de la vecina, que pasaba por encima del muro y llegaba a su antigua casa. Luego de esto, era muy probable que lo descubrieran y en esta ocasión, no había pagado una identidad o coartada temporal como para sacar barata la situación, como lo había hecho al viajar a ver a Madona o ir de vacaciones al desaparecido Caribe con el ingrato de Ernesto. Ni bien se decidió a buscar el árbol, que no recordaba, sintió un maullido detrás de él. Misha estaba ahí, mirándolo y maullando muy insistentemente, ya que en su vida se había subido a un árbol y probablemente no tenía idea de cómo bajar. Roberto no tenía ganas de que nadie del pasado sacara la cabeza por la ventana para ver qué le pasaba al gato maullón que había en el fondo pero tampoco sabía qué hacer. Muy despacito, sin hacer ruido al caminar, se colocó debajo de la rama y empezó a susurrar el nombre del gato, mientras estiraba sus brazos, como indicándole que podía bajar y que él lo atraparía. -Misha, Misha -susurraba Roberto, casi sin que la voz saliera de sus labios e intentaba acercarse cada vez más a la rama, poniéndose en puntitas de pie. Pero el gatito, no hacía mas que dar vueltas en la misma rama y maullar cada vez más fuerte sin dar señales de considerar si quiera el hecho de saltar. Roberto, escuchando algo como el crujido de una silla en el interior de la casa, sin saber a dónde meterse, mientras sentía a su madre diciendo algo como “Hay un gato lastimado en el fondo”, saltó y se colgó de la misma rama en que estaba Misha, tratando de subirse al árbol. Pero no sólo que la rama se quebró y se cayó de culo contra el piso de hormigón, si no que en el interín, Misha que se cayó con él, lo arañó todo y una vez en el suelo, había vuelto a saltar, yéndose a la casa de la vecina, la misma vieja de mierda que le cortaba el pelo cuando era chico. Su madre estaba frente a él. La vio en contrapicado y no pudo creerlo. Era mucho más hermosa de lo que la mostraban las fotos de su juventud y no dudaba que eso generara los envidiosos comentarios en el barrio, seguidos por su abuela de que su madre de joven era una putona. Su madre, estaba entre nerviosa y conmovida, preguntándole con paranoia de robo qué hacía ahí, mientras su cara demostraba algo parecido a la compasión, el reconocimiento o incluso el afecto. Su abuela, que llegó como una exhalación desde su casa en el frente del terreno, con los ruleros puestos, vociferaba algo de llamar a la policía, mezclado con algo como “ahora te traés los machos por el fondo”. Los segundos pasaban eternamente, como en un tiempo subjetivo o cámara lenta, mientras que él, sin poder responder, observaba fascinado a su madre, sin sentir pudor de pensar más que nunca, en que ella hubiera sido la única mujer con quien se hubiese acostado en su vida. - Estaba tratando de agarrar a mi gato, se escapó y estaba subido en esta rama de acá -dijo señalando al suelo, cuando pudo reaccionar. Su abuela lo empezó a increpar, diciendo una cantidad de cosas acerca de la policía, casi tirándosele arriba con el índice en alto, moviéndose a toda velocidad pero su madre, primero hablando y al final gritándole, le dijo que parara, que estaba lastimado y no había hecho nada, a lo cual, su abuela se fue hecha una furia para el frente, diciendo de que como siguiera con las putonerías iba a hablar con su abuelo para echarla de la casa. Roberto estuvo a punto de mandar la señal para volver a la interfase y luego a su casa pero no pudo. Su madre, lo ayudó a levantarse y le dijo que entrara a desinfectarse los cortes, le preguntó si necesitaba que llamara a un médico y si no se había roto nada. Él, no sabiendo entre qué optar y mordiéndose por aprovechar la oportunidad de estar con su madre una vez más, le dijo que primero necesitaba ubicar el gato y se encaramó al muro para tratar de verlo. Rastrilló con la mirada el fondo de la vecina pero el gato no daba señales de encontrarse en ese lugar, aunque por lo menos sabía que no podría irse de aquel tiempo en particular, más que con el trascurso del mismo. Cuando se quiso acordar, su madre estaba atrás de él, con un botiquín de primeros auxilios. El botiquín amarillo, con una cruz medio rosada mal estampada en la tapa tratando imitar la de la cruz roja, aquel botiquín con olor a alcohol en gel con que tantas veces le había curado raspones de juegos y arañazos -justamente de su gato de infancia-, aunque con los colores mucho más vívidos y menos gastados que en la época de su niñez o en su memoria. Su madre lo curó, como en su infancia, hasta con el mismo cariño le pareció. Le pareció tanto, que en un momento vio los ojos de incomodidad de ella y percibió que su cara era como últimamente ponía sólo ante su gato y ya hace años que no podía poner ante Ernesto. - Gracias -dijo remándola-. Muchas gracias. Tengo que irme a buscar a mi gato. La madre, no le soltó el brazo arañado y él no se pudo mover. -No quiero ser negativa pero si está en lo de la vecina del fondo... -¿Si está en lo de la vecina del fondo qué? -preguntó él, luego de que ella no terminara la frase. -No se lo va a devolver. -le dijo su madre- . Se lo hizo a varias personas del barrio. Incluso a nosotros. Gato que llega a su casa, lo encierra y si alguien va a buscarlo niega tenerlo y se lo queda y después de un tiempo un gato se acostumbra... y ya no hay qué reclamar. -Sí... -dijo Roberto con tristeza, recordando que esa vecina era así- Lo peor es que cuando estaba en el suelo, Misha saltó y oí un portazo... Con lo que lo quería y lo cuidaba... Roberto estaba como un par de meses después para ella y unos veinte años antes para él, llorando ante su madre. -¿Cómo se le escapó? -dijo su madre con pena. -No se me escapó a mí. Er... mi pareja dejó la puerta abierta... ¡Mi ex-pareja! -gritó Roberto, decidiéndose en ese mismo instante y redoblando el llanto como un marrano. Su madre primero lo miró desconcertada pero después, inesperadamente, como si supiera que iba a ser su hijo, lo abrazó, lo abrazó sin decir palabra hasta que se pudo calmar. Cuando se calmó, miró a su madre y vio a su madre mirándolo a él. Abochornado, con una especie de temor fantástico, se levantó del suelo donde estaba arrodillado como un autista e insistió con que se iba. -¿Y dónde vive? -preguntó su madre- si llego ver al gato o lo puedo agarrar le aviso. Roberto, agarrado por sorpresa, inventó lo primero que se le ocurrió, pensando o recordando como estaban comunicados los techos de la cuadra, como para que fuera creíble que había llegado siguiendo al gato por las alturas. -Allí, dijo señalando para el fondo de la cuadra, donde recordaba de niño, había una palmera gigante en un patio mínimo y alguna cara de un viejo desdentado. -¿En lo de Nuñez? -preguntó su madre desconcertada- Nunca lo vi ahí... -Es que … es que estoy de visita -dijo Roberto, sin entender si mentía o no. -¡Ah! -dijo ella, como entendiendo algo- ¿Es el nieto de Don Nuñez? ¿El de Soriano? -Claro -dijo Roberto -fascinado ante la sonrisa de su madre. -¿Y cómo se llama? Así le aviso. -Roberto -dijo él, detestando tener que utilizar el nombre del asqueroso de su padre- me tengo que ir -insistió. Pero no puso irse en un largo rato. Recordaba de niño lo único terrible de su madre. Cuando algo se le metía en la cabeza, era capaz de llegar a los límites de la demencia por conseguirlo. Como resultado, Roberto estaba acostado desnudo, sin poder dormirse, en la cama de su madre, después de haberse acostado con su madre, que al fin y al cabo, era bastante putona o s ehabía perdido de amor ante él, que era bastante parecido a su padre, su supuesto único amor de la vida. Sentía culpa, sentía perplejidad, sentía que no había sido dueño de sus actos y a su vez sentía la satisfacción que nunca había sentido antes en su vida, sentía que luego de penetrar y dejarse penetrar tantas veces, en la primer y única vagina que penetró o penetraría, había alcanzado algo inigualable, no sólo a nivel físico, si no a nivel metafísico. Se sentía capaz de todo, de volver a su época y terminar con Ernesto, de dejar de ser un mantenido y tener una vida independiente. Hasta se sentía capaz de sobrellevar la pérdida de Misha. Pero no se sentía capaz de soportar ese momento, el momento en que su padre, que a esa altura estaba ya con su madre, reclamando su posesión de macho heterosexual cabrío, apareciera y tuviera que completar la historia de Edipo al revés, matándolo; aunque ganas no le faltaban. En una mezcla de emociones condensadas, tuvo el impulso automático de levantarse de la cama y empezar a vestirse y en seguida enviar la señal para volver. Pero su madre, que no estaba tan dormida se despertó. -¿Ya te vas? -dijo con una voz de cachondez y sueño que nunca le había escuchado y que lo hacía sentir un poco de embarazo. -Sí. Me tengo que ir... ¡Tengo que irme a trabajar!-casi gritó, sin atreverse a mirar a su madre y caerle entre la piernas nuevamente. -¿En qué trabajás? - preguntó su madre, con una voz de gatita mimosa insoportable. Roberto, desquiciado por querer zafar de la situación iba ya a enviar la señal. Pero su malicia, su rencor pudieron más y dándose vuelta le dijo: -Soy marino de interfase. Marino de interfase, eso es lo que soy. Y te advierto -dijo, endureciendo su voz-, que lo nuestro no va a ir a ningún lado. Siempre me estoy embarcando, de uno a otro lado y los marinos de interfase tenemos una aventura en cada puerto y lo de hoy no fue más que una aventura, así que no me esperes más. Estaba nuevamente a punto de mandar la señal, cuando la cara de su madre era capaz de generarle compasión a Hitler, por lo que lo detuvo en la idea de pedirle perdón o inventar una mentira más piadosa, sólo por un segundo. Pero nuevamente el rencor pudo más y agregó: -Si alguna vez pretendés tener una relación con un marino de interfase, no sueñes con que vaya a serte fiel, ni que te vaya a durar -sentenció y lamentando tener que irse así, salió del cuarto y cuando ya no lo veía, mandó la señal. En un nanosegundo había aparecido en la cámara de interfase, ese contradictorio lugar fuera de todo tiempo y lugar, que la Hi.T.E insistía en adornar como una patética sala de espera e un dentista o algo así. En un par de segundos, estaría de vuelta en casa y eso lo estabilizaba un poco después de lo vivido. Pero de golpe, pensó en lo que había hecho antes de irse. Si su madre hacía caso a su último discurso y lograba hundir a su padre, si su madre lo dejaba y nunca lo concebían, el mismo desaparecería ni bien cruzara la puerta... Mientras el escalofrío le recorría el escroto, pensó, sin embargo, en que la idea era absurda y que la Hi.T.E. tendría previsto ese tipo de paradojas. De hecho en los folletines virtuales de contratación, todo ese tipo de paranoias heredadas de películas de Ciencia Ficción antigua (Conocido como “Síndrome del Sonido del Trueno o SST) se desmentían con mil explicaciones que él no había nunca leído con demasiada atención, sólo advirtiéndose que se prohibiría y abortaría cualquier viaje en que uno se cruzase consigo mismo por la posibilidad de generar una paradoja espacio temporal que desestabilizara el flujo temporal lineal. Era evidente, que si su madre no siguiera con su padre, él nunca habría existido, por lo cual, tampoco hubiese podido estar para evitar su gestación, a menos que la Hi.T.E tuviera desperfectos en su barrera de contención de transferencia entre realidades paralelas, lo cual sería demasiado hasta para este ente desastroso. Pasó un segundo. Era lógico que de hecho, su madre (que era bastante infiel) no sólo no le hiciera caso, si no que de hecho, ya podía estar embarazada de él en ese momento. Suspiró de alivio. Pasó otro segundo. Por lo menos si el resto de la gente que está usando la interfase en este mismo momento pudiera verse conmigo, pensó. Si pudiera ver a todos los demás podríamos hablar pero la tecnología todavía no da con el clavo para que las puertas individuales puedan coexistir en un viaje físico simultáneo y... ¿Pero unos segundos hablar no alcanza? Pensó también de golpe en que hace rato no el daba de comer al gato y de golpe recordó que lo había perdido y sintió ganas de llorar que casi no pudo contener. Pasó otro segundo. La interfase había llegado a su fin y en la pared de la salita de espera aparecía su puerta temporal, idéntica de uno y otro lado. Al otro lado de la puerta lo esperaba su comedor. Ahí estaba Ernesto, a punto de reprocharle algo. Pero no lo dejó hablar y selló definitivamente y sin vuelta atrás su separación. Su hermano lo acogió en su casa, durante un momento de crisis tan grande, anteponiéndose por compasión al malestar que había entre ellos ya hace años. Su hermano no tenía una puerta temporal, ni un vertedero temporal de basura, ni casi nada que se le pareciera en su modesta casa y de tenerla, Roberto no sabía si le hubiese dado el coraje ara pedírsela, cuando estaba viviendo a sus costillas, porque ni siquiera tenía un trabajo. Pero de hecho sí, se la hubiera pedido, o la hubiese usado sin permiso, con tal de volver a ver a su madre. Era ilógico, era enfermizo pero en los últimos días casi que no podía pensar en otra cosa. Así que decidió ir a buscar un empleo, el primero que le ofrecieran y donde lo aceptaran, para poder usar una puerta temporal pública. Ese día, mientras esperaba respuesta en la segunda oficina a la que acudió, varias reflexiones acerca de su viaje en el tiempo (que era lo que absorbía su mente permanentemente), cuajaron de golpe en su cabeza, todas en el mismo momento. Todo había pasado porque había perdido a Misha en el tiempo. Amaba a Misha porque lo hacía recordar a un gato de su infancia, que justamente se llamaba Misha, en honor al cual había bautizado su gato de adultez, el que se había quedado la vieja de mierda del fondo. Y el primer Misha era, justamente, el gato de la vieja del fondo, una vieja de mierda que le robaba los gatos a todo el mundo y tenía una peluquería donde le cortaba el pelo, llena de gatos robados y olor a pichí de gato, una peluquería que en un momento tuvo que cerrar porque no le daban los números, quedándose más aún sin un Gill y teniendo que regalar todos sus gatos; siendo que Roberto se quedó con Misha, que no era otro que Misha, que ya existía unos veinte años antes de existir. Si Misha se quedaba unos veinte años en el pasado, Ernesto tendría que pagar todos los años que Misha había vivido durante la infancia de Roberto (unos nueve o diez), con retroactividad de permanencia en el pasado de un objeto que estaba ahí por su responsabilidad. Tenía, no sólo que ir a satisfacer la morbosa necesidad de ver a su madre (sólo verla, no volver acostarse con ella, se lo juraba; quizás verla aún un poco más joven), si no a recuperar al gato, ya que si no, Ernesto no iba a aguantar la toma y le haría pagar a él. Pero... dejarse sin uno de los mayores consuelos en su infancia, cuando su padre, con la excusa de ser marino de interfase, aparecía un par de horas cada año, enloquecido, de mal carácter y diciendo incongruencias. ¿Y cómo podría hacer eso, si Misha era Misha, sin alterar el pasado? Era evidente que Misha ya había estado toda su infancia, por lo que era evidente también, que nunca lo iba poder agarrar y traérselo al futuro en el pasado. Y las causas podían ser tres: que nunca más viajara la pasado, que el gato fuera un maestro del escape o que él no lo trajera por propia voluntad, como había decidido hacer. Y las ideas se le cortaron de golpe, cuando un tipo lo llamó y le dijo que estaba adentro, que viniera al otro día y que lo necesitaban para unas changas como marinero de interfase. Cuando tuvo el dinero para su primer incursión en el pasado, entendió que su madre estaba embarazada de él y que se tenía que casar con ella, aunque le parecía bastante inaceptable ser el padre de sí mismo. Se visitó cada vez que pudo, sabiendo que se estaba odiando por no estar ahí y sabiendo que dos días antes de que él fuese su propio padre, él moriría, mientras también dos días después partiría a engendrarse; aunque no se imaginaba cómo iba a ocurrir una paradoja tan grande según la Hi.T.E. Y se acordó de la Hi.T.E. y de Neo Pintos Risso y las puertas temporales que cerraban mal y concluyó que la Hi.T.E. Tenía muchísimos más problemas de lo que reconocía y encaró la llegada al primer día de escuela de si mismo gritándose en su infantil cara: -¡¡¡¡Me recontra mil cago en la puta Hi.T.E!!!!

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Secta alucinógena
No sé qué pasó con los hongos esa vez. Mi trabajo como cocinero se estaba empezando a prender fuego. Era claro que me estaban por despedir y justo en ese momento yo estaba teniendo que alquilar una pieza de pensión, ya que Paula se había decidido a separarse de mí, quedándose con la casa. Caminé por el monte sin encontrar nada y la luz del sol ya se estaba apagando, así que decidí irme, yéndome por otro camino más rápido por donde las vacas no pasaban comunmente. Fue entonces, que entre unos árboles había un hueco sin pasto, piedras, nada y que estaba iluminado por los últimos rayos del sol como en esas escenas trascendentales de las películas donde aparece la salvación. Era un hongo enorme pero muy enorme y con unas estrías blancas que no eran comunes. No me imaginé que pasto podría haber comido la vaca que pasó por ahí, pensé en seguida que sólo había pasado por ahí a cagar y en seguida pensé también en que me habían advertido que me podía matar si me comía cualquier hongo que encontrara sin estar seguro. Pero ya estaba sentado en el círculo de tierra formado por los árboles como paredes, me senté con mi botellita de agua y cuando salió la luna yo estaba masticando y pensando que no tenía ya nada que perder. Me desperté y no recordaba nada, nada de nada. Estaba entre un pequeño grupo de árboles. Me incorporé y vi que mi camisa estaba manchada de vómito y cuando intenté meter la mano en los bolsillos y sacar unas hojas de sauce que siempre llevaba para el dolor de cabeza, vi que mis bolsillos estaban llenos de pasto, no tenía billetera, llaves, plata documentos ni nada, sólo pasto, un pedazo de hongo y una tira de tres condones sin caja en el bolsillo de atrás. Empecé a caminar y cuando salí de entre los árboles lo primero que pude hacer era preguntarme a dónde había ido a parar y trataba de hacer memoria pero no me acordaba de nada de nada. A mi alrededor se extendía un campo pelado con algún fardo de pasto sin levantar, donde no se veía un alma, de hectáreas y hectáreas de largo. Caminé haciendo pequeños descansos durante como una hora y ahí empecé a ver unas plantaciones de maíz que no se terminaban nunca pero por suerte, supuse, para el otro lado se veía una casita y también un caminito que desembocaba en un costado de la misma y que venía cortando los maizales desde más allá de donde me alcanzaba la vista. Al rato, cuando llegué a la casita golpeé la puerta pero nadie me abrió. Sin intentar abrir la puerta de lata que estaba cerrada por afuera con un alambre, me tiré en el suelo a recuperar el aliento. Me dolía la cabeza y unos cuantos músculos y tenía la boca hecha una lija. Entonces sentí un ruido, inconfundiblemente el ruido de un motor y abrí los ojos. Instantes después vi que por el caminito venía una cuatro por cuatro con dos personas en la caja y una en la cabina y cuando me paré y les hice señas, vi que un escopetazo le daba a la pared al costado de mi cabeza, un segundo después de escuchar la detonación. Contando con que tenían el sol de frente y ni me debían ver muy bien aparte de estar muy lejos, deduje que los que venían en la camioneta tenían flor de puntería y no lo pensé mucho cuando salí corriendo para atrás de la casita, que más bien era un ranchito. Cuando rodeé el ranchito sentía un escopetazo atrás de otro y a los tipos poco menos que ahullando. Miré para todos lados y s eme hizo obvio que no tenía para donde disparar y ellos sí y que no iban a esperar que les explicara que no era un chorro, si no que estaba perdido, así que a lo único que atiné fue a empujar una ventana y meterme para adentro del ranchito, esconderme, encontrar otra arma o aunque sea algo que me sirviera de escudo hasta que los tipos dejaran de pegar tiros y me escucharan. Pero no vi en el interior del ranchito nada que me sirviera de arma (por lo menos contra una escopeta) y tampoco de escudo. La edificación era una sola pieza donde había un water, una pileta al lado de una mesada con un armario de madera abajo y una cocinilla a gas arriba, una silla de madera podrida, varios machetes, una caja con herramientas hasta el tope y un ataud adentro del cual se veían apelotonados una huija, pelucas, cometas de papel aluminio, libros, cráneos de vaca y unas cuantas cosas de adoradores del diablo de película de los ochenta. Cuando me pude meter hecho un ovillo adentro del placardcito de abajo de la mesada escuché los portazos de la cuatro por cuatro estacionada frente a la casa y me di cuenta que para mayor comodidad, en un costado del lugar había un hueco en el piso de tierra donde me metí y quedé parado, con los ojos a la altura de las rendijas de las puertas. Aunque con la visión muy limitada por las rendijas vi como dos tipos con un aspecto muy fuera de lo corriente entraban a las puteadas entre ellos. La discusión se zanjó cuando uno de ellso de barba negra le dijo al otro (que era flaquito y rubio) que de seguro era una comadreja y que habían visto cualquier cosa, que los peones sólo venían de mañana en época que no era de cosecha y que era muy difícil que alguien hubiera podido entrar con la cerca eléctrica, los perros y todo eso. Los tipos salieron y ahí pude reparar en que el olor a podrido y la humedad que sentá en los pies venían de que el pozo donde estaba parado estaba lleno de cenizas y huesos de animales con pedazos de carne aún, que a su vez tenían agua por arriba. Algún mosquito empezó a picarme pero me aguanté hasta escuchar la camioneta arrancar de nuevo o por lo menos un silencio total y prolongado durante un buen rato. Pero seguía oyendo la conversación del barbudo y el rubio, que ahora se acercaba a la puerta. Cuando la puerta se abrió, venían tratando de entrar una cosa con contorno de cuerpo humano en vuelta en una plastillera. Evidentemente, comprobé que era un cuerpo humano cuando los brazos se zafaron de adentro de la plastillera y al correr la bolsa, apareció una mujer de unos treinta y pico, que si no estaba muerta estaba desmayada. Desde entonces, las rendijas no me sirvieron, ya que por lo que escuchaba, entendí que la habían sentado y atado en una silla en la pared que daba al costado de la mesada y el placard donde yo estaba escondido. Por lo que escuchaba y por todas aquellas películas que había visto y que ahora no me generaban la más mínima gracia. No ver era peor. Nunca pensé que pudiera estresar tanto el saber que dos personas esperaban a que una tercera despertara para empezar a torturarla y que era peor escuchar lso gritos sin ver la sangre pero imaginándola sin proponérselo, de mil maneras distintas y no de la única manera en que la vista me lo hubiese presentado. Cuando la mujer dejó de gritar, yo tenía las extremidades entumecidas de nervios y la garganta cerrada de contener los gritos, mientras mi mente desbordaba con la posibilidad en imágenes de un vientre abierto y con las tripas colgando, un cuerpo tajeado y quemado hasta el infarto y un millón de cosas más. El miedo era tal, que sólo después reparé en que lo que le gritaban a la mujer mientras le pegaban y torturaban era rarísimo, una sarta de cosas sacadas de libros conocidos (aunque muchas se me deben haber pasado), representaciones de reclames del año 76 o por ahí y hasta canciones de cantantes como Luis Miguel y la presentación del programa “Los Telettubies”. Después, los muchachos se corrieron a mi campo de visión y vi como tranquilamente se ponían unas máscaras que sacaban de adentro del ataúd (quedando sumamente grotescos, ya que las máscaras eran de tiernos animales y ellos tenían la ropa llena de sangre. Ahí sacaron alguna botella e no sé qué lugar, brindaron con unas copas llenas de polvo y empezaron a masticar hongos que traían en los bolsillos mientras cantaban sin parar algo como ”pichirrichichí porropopopo, pepepepe alepe tepes pichirrichichichí porropopopo, pepepepe cucu cucu aú”, hasta volverse un mantra angustiante y sicótico. Durante una hora o más sólo cantaron, después vino un gordo (el que manejaba el camión y aún no había visto, de seguro) y les dio un par de órdenes,se cambiaron la ropa, dejando la manchada e el suelo y salieron. Un rato después sentí los portazos de la cuatro por cuatro y el motor alejándose. Estaba muy incómodo, picado por los mosquitos hasta tener ronchas por todo el cuerpo y me había orinado los pantalones. Pero no podía moverme ni reaccionar. Cuando pude hacerlo estaba anocheciendo. Pude ver que la mujer estaba desnuda, tenía la cabeza intacta, caída sobre su cuerpo lleno de cortaduras, quemaduras y moretones pero sin ninguna tripa afuera. Aunque no sabía cómo iba a sacarla fuera de la estancia donde parecía que estábamos, no quería dejar que la mataran y extrañamente, aunque los días anteriores había pensado lo contrario, tampoco quería morir yo. Entonces, venciendo el miedo, levanté la cabeza de la mujer para comprobar si no la habían degollado. El cuello estaba ensangrentado pero o tenía ningún corte. En ese momento, la mujer empezó a abrir los ojos. Lo más rápido que pude, le empecé a desatar las manos de atrás de la silla y también la cintura, para no perder tiemp y huir ni bien reaccionara del todo. Pensé que iba a gritar creeyendo que yo era uno de sus torturadores, entonces me acerqué y le dije bien bajo: “No soy de ellos, tenemos que salir de acá.” pero cuando la mujer pudo hablar (y mucho mejor de lo que creí que podría) me dijo bastante molesta: -¡Sí, ya sé que no sos uno de nosotros! ¿Qué hacés acá? ¿Qué viste? Mi mente concluyó rápidamente que estaba en problemas y traté de salir corriendo pero estaba tan histérico que di un paso atrás y me caí de culo, quedándome ahí por un buen rato. La tipa se levantó de la silla, rengueando un poco de seguro por el dolor, agarró un machete y declaró: - La puerta está cerrada por afuera o me decís quién sos y qué hacés acá o te mato. Yo podría haber agarrado un machete también pero no pude. -Me perdí, me comí un hongo y cuando me desperté estaba acá. No sabía dónde estaba ni como salir. Los vi llegar y emepzaron a dispararme entonces me escondí en ese placard... -dije, señalándolo- No soy policía... déjeme ir y le juro que no digo nada a nadie, ni si quiera sé qué pasó, ni dónde estoy, me saca vendado y me deja en alguna ruta y ya está... -dije suplicante y atropelladamente. La mujer, estuvo mirándome unos momentos y yo empecé a llorar de histeria. Entonces, muy maternalmente, ella se acercó, me abrazó y me dijo que me tranquilizara hasta que logré hacerlo. - No me mate -dije cuando pude hablar. - Desnudate -dijo la mujer con total tranquilidad. Yo me quedé de nuevo sin reacción, entonces ella, levantando el tono y el machete volvió a decirme que me desnudara. Me desnudé y la tipa empezó a sobarme, chuparme y refregarme como si estuviera demente (era bastante esperable que lo estuviera). Mi pene reaccionó sólo por mecánica y cuando vi que soltaba el machete. Desesperado, viendo que la penetración se hacía inminente me estiré hasta mi ropa a buscar los preservativos que no sé por qué estaban ahí y ella no puso objeción. La primera vez fue bastante traumatizante pero las otras dos, yo ya estaba metiéndosela con ganas y sólo después de que se habían terminado los preservativos pensé que me la situación me estaba volviendo loco o que había reaccionado así por algún mecanismo de defensa ante el miedo pero no pude pensar más porque me dormí como si me hubiera muerto. En algún momento del día nos despertamos escuchando el motor de la cuatro por cuatro. Yo apenas podía moverme, estaba débil y el hambre me estaba haciendo un agujero en el estómago. Pero ella, como una exhalación, se me tiró arriba y sin levantar el tono me empezó a dar órdenes y yo supe que de no cumplirlas me las tendría que ver con ella, probablemente algo que sería más jodido que vérmelas con el barbudo y el rubio. Yo sólo pensaba en meterme en mi escondite pero antes tuve que dejarla atada en la silla. Los nudos los hice de cualquier forma y después me mandó llevarme mi ropa y los preservativos adentro del placard. Me metí en el placardcito y todo empezó de nuevo. Esta vez empezaron a cantar ”pichirrichichí porropopopo, pepepepe alepe tepes pichirrichichichí porropopopo, pepepepe cucu cucu aú” antes de pegarle y hacerle de todo a la tipa. Yo me sentía más nervioso que el día anterior de pensar qué demonios estaría pasando y en qué me había metido y cuándo podrías salir, si es que podía. El asunto es que el estómago me estaba crujiendo de hambre y estaba realmente débil, a punto de desmayarme. Adentro del pozo del placard los mosquitos me estaban comiendo, había cada vez más olor a podrido y un calor sofocante, así que sin poder evitarlo, tuve un vahído cortísimo y se me dio la cabeza contra la puerta del placard. Mi suerte fue tal que cuando los tipos ya me habían sacado del placard dispuestos a matarme, ella se soltó sin problemas las ataduras y les dijo que yo era su protegido, a la vez que ellos veían los condones usados en mi mano (no sé por qué no los había tirado en el resto de la imundicia), por lo cual, en vez de lastimarme o algo de eso, empezaron a tener una larga discusión acerca de “las reglas”. Los dos hombres la acusaban a ella de haber mantenido relaciones con alguien de fuera del culto y encima en período de prueba ritual, durante el cual se tendría que haber quedado atada hasta que ellos llegasen. Ella, a su vez, les decía que ya los dos primeros días del rito (el día anterior y el día en que estábamos) habían tomado el néctar sagrado y comido “la seta” sagrada (ella le decía así a los hongos) después y no antes de darle el castigo sagrado y que no había sido un error, que lo habían hecho para disfrutar la cópula, dejando de ser sagrada así y que había preferido no denunciarlos, pero que eran culpables de una alta traición al culto. Ellos siguieron diciéndole que en el caso de la gran sacerdotisa la traición de ella había sido aún peor y yo, seguía ahí en el medio. -¿Y a quién me van a denunciar? ¿A la gran sacerdotisa que soy yo misma? -¡No! -dijeron los otros sin perder tiempo- Consultémoslo con el hongo sagrado. -¡Ajá! -dijo la otra con sorna- ¿Y quién es la que interpreta los mensajes que envía la seta sagrada? Los otros se quedaron un tanto despicados, ya que se notaba que ella misma era también la que les diría lo que decidía el hongo y se notaba que aunque no explícitamente, aunque sea sin nunca decirlo, sabían que las interpretaciones estaban algo flechadas por el intérprete. -¡Justamente! -dijo con bastante malicia el gordo, luego de unos segundos y contra toda predicción- si todavía no terminamos el ritual anual de castigo sagrado y no lo volviste a superar ¿Cómo sabemos que todavía sos la gran sacerdotisa? -Terminen el ritual y lo veremos. Si sigo siendo la gran sacerdotisa, las faltas de todos quedarán perdonadas y nadie más las recordará -dijo la mujer, quedándose con la última palabra,aunque siguieron discutiendo un rato. Yo que seguía colgando como un muñeco de trapo de los terriblemente fuertes brazos del gordo, con mi ropa y los preservativos en la mano, aunque temía interrumpir les solté: -¡Por favor! No entiendo nada ni me importa nada de lo que estén haciendo, véndenme y déjenme cerca de San José, vuelvo a casa solo y me olvido de esto para siempre. -¿De San José? Estamos en Rivera y estamos en época de ritos, no tenemos tiempo. Aparte vos vas a entrar el rito. Vas a ser mi pareja ritual -dijo sin posibilidad de réplica la mujer. El gordo y el rubio me ataron en una silla, se encajaron unos hongos entre pecho y espalda y le hicieron lo mismo que el día anterior a la mujer, que aunque dentro de las reglas del juego se suponía que debía ser violada y torturada, se veía que la violación no le desagradaba para nada, aunque cuando los tipos la penetraban en pelo por todos lados, igual no parecía gustarle tanto como conmigo durante la noche. Los tipos se fueron casi al anochecer, diciendo cualquier idiotez y seguramente todavía en plena alucinación. La mujer, que por lo que había oído, se tendría que haber quedado atada a la sillita, se desató (no sé como hacía), me desató y vi que lo de anoche se iba a repetir. Yo no quería agarrarme un sida, ni ser la pareja ritual ni de ningún tipo de la líder de una manga de sicópatas desquiciados, por lo cual intenté poner toda mi fuerza en encontrar la rendija que me permitiera huir. -Ahora que viste lo que ningún mortal fuera del culto a visto -empezó a decirme la tipa con poses actorales y palabras fuera de lugar a la situación-, tenés que unirte o morir. -Claro, lo entiendo -dije que yo, que sabía que a los locos no se los contradice. -Nuestro culto tiene un reglamento estricto que vas a conocer más adelante cuando seas iniciado formalmente ante la comunidad... lo de ayer es suficiente para mí pero la comunidad y los reglamentos lo exigen. Básicamente esta secta me fue dictada por una visión de la seta alucinógena, que es en estas tierras la manifestación directa de la Gran Diosa y de los espíritus de Tlaloc, Huitzilopochtli y otros seres otrora, venidos de Ganímedes, para instaurar el culto que por siglos el poder y la masonería nos ha ocultado para dominarnos. Nuestro culto gira en torno al consumo de las setas alucinógenas y las visiones son interpretadas por mí, la gran guía, a fin de llevar al culto a la misión trascendental que hace diez años se nos encomendó... -¿Y cuál es esa misión? -pregunté, ya que veía que la pausa era larga y pronto me iba a intentar montar. -No sabemos aún, nuestra misión consiste justamente en descubrir esa misión... - me dijo la mujer, mientras empezaba a citar de nuevo todo tipo de dioses y supercherías ridículas sin conexión. Cuando pude la interrumpí y le pedí permiso para ponerme ropa y comer algo. Estaba temblando de frío, aunque sabía que hacía un calor terrible y también me estaba muriendo de hambre. La mujer me miró con una notoria pesadumbre por tener que esperar para complacer su ninfomanía pero me lo permitió. Sin embargo, como no era estúpida, me permitió salir a buscar comida (durante su castigo ritual no podía comer ni beber, mientras la violaban y torturaban tres días) pero no sin antes ponerme en el pie una cadena con un grillete que ató a la reja de la ventanita del fondo del rancho, ya que tampoco se le permitía salir del lugar sagrado. A pesar de la luz de la luna, que parecía una bombita de 25 watts, estaba débil y no veía mucho al principio. No sabiendo qué hacer para escaparme, iba a la vez mirando que podía agarrar de ese terreno pelado para comer. Los maizales estaban mucho más lejos de lo que podía alcanzar encadenado de esa forma y en el suelo no había ni una cucaracha muerta. Cuando de golpe, vi una cosita asomándose por un agujero en el suelo: un apereá.sin desesperarme, aunque me daba lástima, agarré una piedra del suelo, manoteé el bichito y le rompí la cabeza. En los bolsillos tenía pasto, así que sin lugar a dudas podría hacerme un apereá con pasto, como ya lo había hecho en la crisis del 2002. fue cuando me iba como disparado para adentro, con el roedor muerto en la mano que ahí, en frente mío y como iluminado por la luna vi el hongo más grande que hay visto en mi vida, con unas extrañas estrías rojas y me volví a preguntar que pasaba con esos hongos que crecían donde no había ninguna vaca y sin embargo eran hongos de bosta de vaca. Me quedé mirándolo y empecé a sentir que algo había en eso que pasaba con los hongos. Me acordé de un amigo de Tacuarembó que también comía cucumelos cada tanto y me había dicho algo como que a veces uno come un hongo por algo y que aparece en otro lugar donde a su vez hay un hongo que está ahí por algo y que uno te va llevando al otro por un caminito de hongos que te lleva a algún lado, literal o metafóricamente. Me metí el hongo en el bolsillo, sabiendo que lo iba a necesitar pero no sabiendo para qué. No fue tan fácil cocinar usando herramientas por utensilios de cocina y una tortera como olla pero por lo menos encontré algunas aromáticas regadas en la mesada y la miserable bizarreada que había inventado por hambre tenía un olor exquisito. Cuando lo estaba terminando, vi que la sacerdotisa, que no tenía que comer, tenía sin embargo los ojos vidriosos de deseo. -¿Qué es? - me dijo con la voz quebrada. -Apereá. Con pasto -contesté y ya , olvidándome de probarlo esperé que se distrajera para empezar a picar pedacitos del hongo rojo en el agua que todavía no se había evaporado. Sentí mucha lástima por aprovecharme de su hambre pero no había alternativa. Al primer bocado que le dio se puso roja pero no se dio cuenta y al segundo bocado se cayó al suelo, se empezó a retorcer y a arañarse el cuerpo, creándose unas cortaduras sangrantes peores que las que los otros le hacían con machetes y al rato quedó quieta, dura y violeta. En mi vida había pensado que alguna vez tuviera que matar a alguien y esa primera vez, me sentí peor por estar tan tranquilo y poco arrepentido que por haber matado a alguien en sí. Estaba sumamente tranquilo, lúcido y en vez de irme de ahí como pudiera hacerlo, decidí contagiarme de la locura de estos imbéciles y pensar que yo tenía la misión divina de cortar de golpe la lengua de cualquiera que le atribuyera sus enfermedades mentales a los dictados de los nobles hongos que me habían salvado la vida. Cuando sentí la camioneta pincharse con los clavos que había enterrado verticalmente e el suelo, casi en la puerta del rancho, salté por la ventana para atrás del rancho y me quedé escondido ahí, el rato que estuvieron puteando por tener que cambiar la avería. El barbudo y el rubio entraron y empezaron a llorar, mientras yo me tiraba arriba del gordo que cambiaba la rueda y le atravesaba el cuello con un machete. Los de adentro, aunque estaban llorando deben haber escuchado al gordo gritar, porque cuando tranqué el rancho por afuera sentí como que empujaban la puerta desde adentro. La presión de los cuerpos contra la puerta me facilitaba más las cosas. Subí a la cabina de la cuatro por cuatro, agarré una de las escopetas y los baleé atravesando la puerta, sin necesidad de encararme con ellos para apuntarles. Cuando abrí, los cuerpos me cayeron en los pies y por las dudas los rematé. Después de comerme unos paquetes de galletitas rellenas que traían en el vehículo, ya sin nada más que hacer ahí, decidí terminar de comerme el pedazo de hongo con estrías blancas que aún guardaba en el bolsillo y ver dónde me despertaba esta vez. Mientras mordía, me pareció ver que de un agujero en la tierra, un apereá salía y me guiñaba un ojo, aunque no necesitaba ya de ninguna aprobación. Sí había un camino de hongos, que a su vez era mi salida más fácil de ahí y yo seguía sin tener nada que perder.

Voces narcóticas anónimas

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Clementina Saboredo de Hebert tuvo que sacar el número para la terapia de pareja que un afamado sexólogo daba gratis a quien sacara la figurita ganadora en los helados Portezuelo de a peso, sabor guiso de mondongo. Sin embargo, asistió no sola, si no con su pareja, ya que sin pareja la terapia de pareja tendría nulo sentido, a menos que el mismo sexólogo u otro efectivo de la clínica se dispusieran a ser o pasar por la pareja de Clementina Saboredo Hebert, con distintos grados posibles de compentración, por ejemplo el grado 1-juego de rol, el 2- me hago pasar por pareja insistiéndole mucho en también tener relaciones sexuales para darle más realismo a la representación, el grado 3- empiezo ya el trámite de divorcio y pido la partición de bienes, etc.
Es así, que Clementina Saboredo de Hebert y su marido Amaicardo Rovela de Lara se sentaron frente al sexólogo que les preguntó que mal los aquejaba, mientras los acogía muy gentilmente convidándoles una bandejita con croissants, vigilantes, pan con grasa, margaritas, galleta dulce, borla de fraile, torta de After Eigth y otros bizcochos de formas más o menos fálicas según Freud.
-Todo se remonta al año 2014, cuando ya llevábamos unos treinta y cinco años de casados -dijo con seriedad de conductora de Talk Show, Clementina Saboredo de Hebert- y él empezó a disculparse para no tener sexo conmigo diciéndome que su pene “funcionaba como el culo”...
-Ajá -dijo con solvencia profesional, el profesional.
-Y... Y... Bueno... ¿Le sigo contando? ¿Me va siguiendo?
-Ajá -dijo el profesional, con un contenido semántico completamente distinto al de la anterior interjección afirmativa, generado por la diversa utilización de haces significantes en los fonemas y la curva de entonación.
-Resulta que a partir de ese entonces, como al pastorcillo mentiroso de la fábula al cual ocurrióle que luego de mentir acerca de la presencia de un lobo que devoraba su rebaño tantas veces, dicha mentira terminó convirtiéndose en verdad, acaecióle a mi marido que su pene empezó a funcionar literalmente como el culo y empezó a cagar por el meato en vez de eyacular semen como el resto de los mamíferos y también los toros y vacas, útiles animales que nos da la leche, el dulce de leche y la manteca que siempre le pongo al pan, también el queso que es insano y los hongos para mi hermano, señora vaca... ¡Ahora la vamo a faenar!
El afamado sexólogo, sin dudarlo un instante y dado que tenía un virus de pluriempleo en grado 5, como todos los uruguayos a raíz de la gran bonanza económica que atraviesa el país, golpeando con su martillo en el cosito por la rodilla que te golpean pa que le des una patada al médico y ahí digan con todos los dientes rotos “¡Pa! ¡Tiene los reflejos de Forlán el nene!”, sentenció:
-¡Desde hoy los declaro ex-marido y ex-mujer! ¡Puede besar a la novia (de su hijo)!

Josefina Bertonini de Neuhausser (que era nada más y nada menos que Clementina Saboredo de Hebert, la cual recuperó su nombre de soltera), tuvo como la mayoría de sus compañeras de sindicato una profunda depresión por su separación, seguida de un período de relativa “situación límite” que la dejó al borde de variadas preguntas de corte existencialista, con leves toques de lo que ciertos psicólogos gestálticos denominan como una situación en que el individuo ya no puede defenderse ante el medio con los mecanismos de resistencia que venían delimitando su personalidad hasta el momento (tampoco con los de influencia), generándose así una especie de “muerte”, en la que el ser debe reacomodar todas sus pertenencias en una casa más chica. Estos terribles estados le duraron como unos veinte minutos y luego de esto, comenzó a mandar mensajes de texto y a comunicarse por Facebook con todas sus amigas chongas, superficiales, sexistas y putonas y dedicarse a recuperar todas las cogidas que se había perdido desde que cometió la estupidez de intentar tener una relación mínimamente profunda, al casarse con Eleuterio Posadas Korzakowski (que era el nombre de soltero de su ex marido Amaicardo Rovela de Lara), durante la crisis del 2002.
Esa misma noche, Josefina Bertonini de Neuhausser se arregló utilizando un arsenal de cosméticos, sutienes con push up, planchas para el pelo y rizadores para la ropa, operación de colágeno en los labios de la vulva, implantación de siliconas en los senos y obviamente una cantidad de “armas” intelectuales tomadas de obras maestras de la superestructura como “Cosmopolitan”, “Oops!” y “Galería de Búsqueda”, sin olvidar algunas cosas que aún guardaba de su época en el Crandon. Cuando parecía ya una de esas desagradables muñecas huecas que aparecen en los reclames de programas de Punta del Este y a su vez tenía la actitud de una rea que va a Azabache a pegarle a otra con tres personas más, navegando en un mar de flujo, izó velas hacia ?
Sus amigas la recibieron formando un coro gospel, sin parar de cantar por más de vientidós horas y media “¡Se siente, se siente, la Jose está caliente/ ahora está soltera y le dan entre veinte!”, mientras la abrazaban y festejaban el haber vuelto a formar parte del clan de sus amigas, a las que había dejado tiradas al casarse y dejar de gastarse todo su sueldo en bailes, alcohol, merca y ropa de marca, mientras tenían trascendentalísimas conversaciones sobre el hecho de que los hombres fueran todos iguales y que había que usarlos por una noche y ta, sacarle plata a alguno con que te ennoviaras y cagarlo en el baile y también acerca de lo putas que eran algunas amigas que no estaban presentes. Josefina Bertonini de Neuhausser, estaba embargada por una emoción de rito de pasaje, tan sólo comparable a cuando los burgueses cavernícolas de sus padres habían festejádole un ritual de presentación en sociedad de la hija menor para que pudiese aparearse, que no se acordaba bien si se llamaba cumple de quince o algo así.
Esa noche, bailaron, consumieron potentes destructores de su salud y también de la “belleza” que luego sólo podrían reconstituir consumiendo productos y tratamientos de las mismas empresas que les vendían los productos destructores de su salud y “belleza” y también fueron muy felices al ver de nuevo entre ella a Josefina Bertonini de Neuhausser, participando, como no lo hacía desde hace años, de un rally caligulesco de chupadas de pija en el baño, refriegues con desconocidos, histerias, cantegrilereadas con cualquier otra que se cruzara y esnifadas de merca en estado de semi inconsciencia, que el proporcionador de merca aprovechaba para manosearlas y cogérselas en pelo filmándolas y subiendo los videos a internet al mismo tiempo.
Sin embargo, esa noche la luna llena estaba en la octava casa de Acuario (tenía una con su familia, tres de veraneo y las otras cuatro eran bulines para sus distintas amantes) y Josefina Bertonini de Neuhausser, que de seguro había hecho algo en contradicción con la moral cristiana no asumida por la sociedad (en la cual basan la mayoría de los programas de casos reales de la tarde) o había incumplido su voto con la Diosa Madre o algo de eso, ya retirándose en taxi con sus amigas, profirió una impía traslación de la página 48 de “Los fuegos de la envidia: la mímesis del deseo en las obras de Shakespeare” de Jan Kot, sellando su trágica y tenebrosa historia por siempre:
-¡Ja! ¡Vedlas, Diosas de la lujuria y la lencería erótica! ¡Con sus largas lenguas podrían afrimar en redes sociales que son las más salvajes devoradoras de hombres que han pisado la tierra luego de Cleopatra o quizás, mayores que ella en su deglución de masculino icor... ¡Mas, comprobad lo vano de sus palabras perfumadas en daikiri de frutilla, cuando al emparejárseles en la cruel batalla por la consecución de la mayor cantidad de penes en una noche, una ya dada por desahuciada guerrera de los templos de Venus, que desde hace cuatro años no aparecía en acción (habiéndose casado en el 2008), les arrebata todas las mieles de la victoria (Rodríguez), llevando en su cálido y apetitoso en demasía pecho, el trofeo de cuarenta masculinos miembros, arrancados luego de la consecución del placer carnal, de dóciles víctimas que se han rendido ante sus incomparables encantos!
- ¿Qué encajá vo? ¡No te hagas la que hablá en difícil... -díjole la Tamara Saenz De Agostini, que no habíale entendido ni jota de su alado discurso.
- Que yo levanté más que ustedes y si tienen algún problema, yo llamo a un escribano público y hacemos el recuento correspondiente, para que vean que yo les gané y no anden criticándome después, diciendo que yo soy una desgraciada que me tienen que sacar a ver si yo levanto algo porque me dejó mi marido, porque yo sé que son terribles víboras y así ven que yo tengo razón y yo. Yo.
-¡Andá! ¡Si yo me chupé cincuenta pijas hoy y sin contar los que me clavé en el parque y que tengo el celular de veintidós que los voy a ver en la semana! -Respondióle airada la Delfina Rodríguez Yankovich.
-¡Andá! Te chupaste sólo veinticinco tarada! Si yo estaba al lado tuyo, lo que pasa es que te chupaste dos veces cada una y encima todos los que estuvieron contigo me pidieron que después se la chupara yo porque vos estabas tan borracha que ni te la podías tragar!
-¡Pa! ¿Quién te ve mosquita muerta? -intercedió Paulita Chiappara Aguirregaray de Umpiérrez- Hasta hoy no habías salido más que a cunpleañitos de un añito y ahora porque dos o tres que estaban desesperados te puntearon un poco te venís a hacer la nunca vista... ¡Pero haceme el favor! No ves que te dieron de desesperados que estaban! A los veinticinco años ya sos una vieja querida... Sorry si te querés hacer la divina pero primero te vas a tener que hacer una tintura como la gente, que esa que tenés ya se te ven las raíces y después capaz que ponerte algo que no se te note que tenés las tetas caídas te vendría bastante bien ¿Eh? Y si querés yo le digo a mi suegra que te tome de empleada doméstica así te pasa la ropa que no le queda más a la hija y no tenés que andar con esas blusitas de Indian Outlet y la pollerita de la colección de Zara de hace dos años...
-Sí -agregó Daimara Clementini Russollo-, la verdad que no te vengás a hacer la masita de Las Gaviotas porque la verdad que a vos sólo te come uno con mucha hambre, como bizcochito de a peso que sos...
-¡¡¡Perdón!!! -retrucó nuestra heroína (Josefina Bertonini de Neuhausser)- ¿Quién es la vieja de veinticinco años? Yo que sepa acá la más vieja de todas es Paulita Chiappara Aguirregaray de Umpiérrez, que tiene veintiocho y que yo sepa veinticinco es menos que veintiocho... ¿No?
-¡Ja! ¡Eso quisieras vos! Pero para que sepas yo tenía veintiocho el año pasado, ahora cumplí para atrás y tengo 27, no como vos que cumplís años para adelante como todo el mundo y vas a tener veintisiete cuando yo tenga veinticinco...
-¡Ja! ¡Y yo estoy cumpliendo veinte hace cuatro años y aparte de ser más joven que vos, levanté mucho más -dijo Valentina Posadas Ungaretti – y mejor...¡Porque el tema no es cuantos te cogés no más, si no cómo están, porque vos te habrás chupado cincuenta pijas pero yo se la chupé al rubio que todas querían con él y vos tuviste que terminársela chupando como a seis del interior y a uno de la seguridad del boliche para hacer número!
-¡Verdad! -gritó Delfina Rodríguez Yankovich- ¡Para quedar como una sputas regaladas como vos n o andamos nosotras- Vos te habrás chupado 50 pijas pero yo se la chupé al Intendente de Maldonado, no a un jardinero de Balizas!
- ¡Ja! Y yo me acosté con toda la selección sub 16 de Canadá -dijo con resentimiento Paulita Chiappara Aguirregaray de Umpiérrez
-¡Y yo se la chupé al quinto utilero suplente de Tan biónica! -agregó Valentina Posadas Ungaretti.
Josefina Bertonini de Neuhausser que no sabía que no hay que apostar la cabeza al diablo, como nos lo enseña ese visionario cuento de Edgar Allan Moore, roja de ira gritó:
-Bueno, ya de frente y mano hacemos una competencia: el taxista va corriendo en picada borracho y drogado por una peligrosa avenida mientras le chupamos la pija al mismo tiempo y un camión de dos pisos de los que llevan autos con cuatro zorras de carga de dichos vehículos viene de frente a toda la velocidad hacia el taxi, la que suelte la pija, pierde y la que se trague la leche mientras le vuelan los sesos por la ventanilla y el parabrisas le atraviesa el esternón, gana...
Sus compañeras accedieron, aunque el taxista, un poco reccionario y con poco sentido de la aventura le decía cosas desalentadoras y exageradas como: “Chiquilinas, no se dan cuenta que en las picadas es másq ue evidente que te rompés la cabeza y más si va a venir un camión de frente y ustedes me están chupando la pija luego de emborracharme y drogarme”. Pero como toda persona madura sabe, por dinero uno tiene que hacer cualquier cosa aunque no le guste o viole sus principios, ya que en ello radica la profesionalidad, así que el taxista terminó diciendo que si mientras le metían un éxtasis a prepo por el culo y Josefina Bertonini de Neuhausser gritaba:
-¡No jodás tachero, yo digo “Garchacadabra” y te hago un pete mágico y si me mato lo primero que hago cuando voy al infierno es garcharme al diaaabloo! ¡Sabeeee!
Al ritmo de Metallica o alguna banda pedorra de esas que permiten decir a los fachos “mirá esos rockeros reventados e imbéciles son todos iguales”, el taxi arrancó a toda velocidad por Giannatassio, mientras que a unos kilómetros, a toda cumbia villera el camión fantasma pintado de negro arrancaba furiosamente conducido por las Culisueltas y una ex paquita que ahora se dedicaba a la pasta base. Las cinco muchachas se peleaban a lengüetazos sobre el pene del tachero para ver quien se la metía más hasta el esternón, cuando de pronto, por entre el velo de la abundante falopa cortada con cualquier mierda, comenzaron a escuchar el traqueteo infernal de la cumbia villera y los ruiditos inocuos del ciclópeo camión. Un segundo antes de la colisión, las amigas de Josefina Bertonini de Neuhausser, no soportaron el miedo y soltando la atribulada pistola del tachero (que ya le había pasado a nuestra heroína un papelito con su celular porque era la que se la mascaba mejor, sin que las otras vieran), saltaron fuera del vehículo pero Josefina Bertonini de Neuhausser, se aferró diabólicamente obstinada en ganar a la pobre pija. El tachero saltó, dejándole su miembro eyaculando metido en la boca, a la joven que saboreó la leche de la victoria riendo frenéticamente, mientras el ángel de la muerte cernía sus negras y membranosas alas sobre ella, pasándole también un papelito con su número.

El velorio de Josefina Bertonini de Neuhausser fue concurridísmo. Todas sus fieles amigas, su ex- esposo Eleuterio Posadas Korzakowski (que para soportar la culpa se había metido con una modelo de dieciocho años), el sexólogo, el mutilado tachero, Tom Bobbit, Tom Bombadill e incluso Guillermo Lockhart, lloraron como marranos sobre la tumba de tan trágica heroína, muerta por su honor. Y a los cinco munutos, decidieron irse a toma una a Gata Bacana, ya que la vida sigue y pensaron que todo había terminado.
Sin embargo, sin que nadie lo dijera al principio, todos comenzaron a recibir extraños mensajes de texto, algunos desde números desconocidos y otros del celular de la muerta Josefina Bertonini de Neuhausser, los cuales amenazaban a todos con vengarse brutalmente de ellos, cuando murieran y se encontraran con que en el Averno, la primera dama del Señor De Las Tinieblas (que es satanás, no el director de la U.T.E) prostituta oficial del mismo (el diablo) era nada más y nada dividido que ella ( Josefina Bertonini de Neuhausser), entre otras cosas horribles y escalofriantes como cadenas y sms del Ministerio del Interior. Y sin que nadie pueda dar una explicación racional a este fenómeno, aún siguen recibiendo sms de Josefina Bertonini de Neuhausser, que no para de subir fotos en que no cesa de garcharse al diablo (a Dios no, porque le dan asco los judíos y los asiáticos).

Texto y filosofía hindú: Jorge "Pollito" Manco

Selección literaria inedita de Piero Di Lorenzi y J. "Pollito" Manco

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Como Vd. sabrá (porque entra todos los días a piñazoefrente ni bien se levanta), el blog está inactivo desde Febrero, lo cual no significa que los mongólicos de Piero di Lorenzi y Jorge "Polito" Manco hayan dejado de crear magníficas y paupérrimas obras liteararias, inéditas hasta hoy, a causa de la sordera y ceguera de las editoriales y de  Yakira. aquí van algunas de ellas, casi todas ya editadas por piñazoefrente. SebaSTIÁN mARTÍNEZ, se encuentra internado en la colonia covisa, por lo cual no sabemos de él hasta la fecha aunque hay runores de que hizo este ost y que es guey. puede seer, sin embargo, que e post lo esté haciendo billgay, luego de hackearle la cuenta y ususrpar su personality.





Abanderado de los treinta y tres orientales

Ahora soy un empresario próspero de MTV
y tengo un buen sueldo y un buen puesto.
Hay celeste regalame un La.

7241: Soy Gabriela seria
bonita, buenas piernas,
buena cola, solo SEXO y
CELU.

8422: Soy Mariana mi novio está enfermo
sólo me mira las tetas pero no me toca
estoy desesperada.

Bombas de plástico que realizan heliocentrismo
y que el cantar de la bayoneta relizará en motociclo
lo que si sé es que
los pájaros reinarán en las tostadas del tabaco
y sus sub géneros musicales.

Sos profesor, tendrías que saberlo,
a las chicas de 12 y 13 años las raptan,
las prostituyen y cuando no les sirven
las matan y el castor que fracasó.

Piero Di Loreni y J. Manco

Vaso lleno de puchos escupidos y libélulas

Todo lo que se pueden meter en la boca,
los perros se lo meten.
Mi perrito favorito
mi canario multitudinal.

Oscuro el derroche sombrío
y su sábanas de arena occipital.
30 empanadas de aceitunas
un cincel y un alpiste cerebral.

Es como aquella serie que pasaban en canal cuatro
“Fiebre 39,7”.
Mi amor ¿dónde dejaste los cubiertos que nos regaló el feriante el otro día?
Vos sos profesor, vos tendrías que saber esas cosas.
¡Pero haceme el favor Rodolfo, no cantes temas de Sandro en el bosquecillo
luego del taller de danza árabe y la versión mandolina de dos minutos
y la salamandra al pan!

Cristo invadirá planetas.
Policía arroz hay que calentar la cebolla,
pero grindcore, el water de Ponyo,
pero a ver, o sea re out,
dejen los precios del chimichurri.

Voy a bailar con muchas hojas de teclado
final fantasy.

En Sí-Sí los precios son a la medida de tus glandes
y chicos.
Salchichas socializadas por Cacho de la Cruz.
¡Qué animales más porfiados!
La gata de Marcela es hermosa, es blanca y gris y se llama Olivia.
Todos deberían saberlo.

Piero di Lorenzi y J. Manco

La niña de Guatepeor

Quiero a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor,
no el de la niña de Guatemala;
la de Guatepeor.

3569: dora me gusta jugar
desnudita en la camita
algun juego que me deje
bien pero bien calentita...

Ella por volverlo a ver,
se compró un televisor,
él volvió sin DVD;
ella se guáter peor.

0159: soy Mirna casada y harta.
47 años muy buenas lolas
animatee. Con jalea
real Cabral 2 por día...

Ella compró para el baño,
una almohadilla de olor.
Él volvió con su mujer,
que era que el Gúalter peor.

6139: Soy Leticia, trabajo en la
policía y estoy sola
para vos, no querés que te
detenga en una camita?...

Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor.
Dicen que murió de frío;
sin una estufa Fagor.

1181: hola me llamo sofii de
tengo 19a?os y busco
chico q sea fogoso
q le guste gozar toda la noche besos donde mas les guste )

Callado al oscurecer
me llamó el rematador.
¡Nunca más voy a coger
muñecas a inflador!

J. Manco

Salven a las escuadras circulares

Aquella tarde, Jason Mc Cullough Pérez se decidió ir a la casa (o caza) de travestis. Bajó por las calles empedradas de la Avenida Fortson, a ritmo ligero, con lentes negros y una rama de anacahuita, acercándose sigilosamente hacia donde estaba el gordo entre comillas Robertson Johansson Gómez.
Sin medir las consecuencias (no tenía regla) le introdujo la rama de acacia en el oído derecho y luego, rápidamente despacio, le atravesó el cerebro y la córnea izquierda.
El gordo travesti dejaría esa esquina.
Para siempre (sincuenta pesos la hora).
No satisfecho con ello, Míster Jason Pérez siguió por la calle KLUCKerston en sentido horizontal y él caminando en vertical (ya que es muy difícil que la calle estuviera también en vertical, aunque, como lo dijo el amigo y premio emi a la música latina Albert Einstein “todo fenómeno es relativo al puto de vista del observador”, por lo cual si uno está acostado en la calle, la calle está en vertical.
  • Eso no es verdad.
  • Ta, pero no importa.)
conformando un ángulo exacto de noventa grados con la calle.
En un pequeño charco sobre la duodécima baldoza desde la tangente conformada por la rama de Citroen y la sangre del gordo Gómez, divisó el reflejo de la macabra figura de la carótida del “Manguera” Ferreira.
Sin medir refuerzos, con la empuñadura de su cuchillo “Taalmar” hecho en holanda alrededor de 1650, le atravesó la yugular y lo mató de tres disparos.
Volviendo a casa, Míster Jason se dio cuenta que ésta estaba rara, no tenía ventanas, era redonda, con unos cuadrados negros y blancos, y un orificio similar a un hoyo.
Detrás de él, desde dos árboles caían cabezas, botellas, banderas, ojos, personas, estaría soñando? No!!!!!!!, estaba jugando Uruguay. Jie jie jie.

Piero Di Lorenzi

Jarry Pote (una historia realista)

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Fernandito Ledesma Pedylla, el niño que años después fuera conocido como el gran mago Jarry Pote -pese a la lucha que mantuvo en contra esto su abuela de quien ya hablaremos- tenía una característica que lo hacía único y especial entre todos los demás niños; a saber: 1 -Era el nieto de Sandra Markovich Clavijo de Wiston, mujer con una vida trágica y aún recuperándose del dolor de que uno de sus hijos (el tío de Fernandito Ledesma Pedylla), en vez de recorrer el camino del Señor -como su familia, sus educadores del colegio privado y otros amigos y allegados, se habían procurado por medio del sacrificio y la entrega en pos de su bienestar que él hiciera-, siendo abogado, médico o diseñador web, erró el camino convirtiéndose en... ¡Me estremezco al tener que escribirlo! Lo diré aunque el rubor empañe mis mejillas: el hijo de Sandra Markovich Clavijo de Wiston (y tío de Fernandito Ledesma Pedylla) se hizo mago. Sí, de esos que animan fiestitas de cumpleaños y otros eventos, como el mago Ariel Jr. (hijo del mago Ariel sin Jr.) -Cerca de los ocho años, viendo que año tras año escolar, las maestras fueran quien fuesen y desde el jardín de cuatro años, eran siempre unas viejas o muy jóvenes chotas, frígidas y reprimidas pero a la vez emputecidas histéricamente, que hablaban como si fueran idiotas y trataban a los niños como si fueran idiotas, siendo a su vez asequible para ciertos niños con un mínimo de inteligencia, que de hecho ellas, eran bastante idiotas (e incluso a veces más que algunos niños a los que ellas trataban de idiotas); dedujo que todas las maestras eran la misma. Sí, un único ser con poderes mágicos del tipo de los que tiene Papá Noel, que por medio de técnicas no asequibles a los seres humanos comunes, año a año cambiaba de apariencia humana ante los ojos de niños y padres (su apariencia real era la de un monstruo gelatinoso y tentacular) y aparte de esto, se las ingeniaba para estar en varias clases al mismo tiempo, cambiando su aspecto físico de una a otra clase para que todos pensaran que era la maestra del otro salón. ¿Cómo hacía esto? Recordarán nuestros lectores, que en un momento de la clase, la maestra siempre se va a hacer pichí, buscar un material didáctico, salir a atender el teléfono o ir a chusmear con la maestra de al lado (que no es tal, si no ella misma), momento que por lo general demora bastante y el cual aprovecha para cambiar su apariencia externa, tomar una máquina del tiempo de C.U.C.T.S.A. y aparecer al principio de la clase de al lado, mientras a su vez, como ya había estado en nuestra clase, también estaba ahí pero sin cruzarse con si misma en este múltiple viaje en el tiempo, ya que si no se generaría una paradoja espacio temporal y el universo se destruiría. (También tenía la teoría de que La Maestra tenía la posibilidad de estar en varios lugares al mismo tiempo como Dios pero no lo convencía del todo). (No elaboró teorías similares al respecto de la directora, secretaria o limpiadores).(Esto explicaba definitivamente por qué en una escuela con 10 o 12 maestras la que cuida el recreo siempre es la misma pelotuda, porque claro: en realidad todas las maestras son una sola). 3) Cerca de los seis años, sin explicación o motivación previa (al menos a nivel conciente), como en una iluminación se dio cuenta que todos, TODOS menos él, eran extraterrestres. Lo que más le dolía de tal hecho, era que hasta su abuela, que era el ser que más quería en el mundo, fuera en realidad un extraterrestre disfrazado y que bajo la bonachona sonrisa llena de cirugías y de cosméticos de ese amado ser humano, en realidad se escondiera un malvado extraterrestre que lo estaba engañando (como todo el resto de la humanidad), con fines malvados, que aún no tenía claro si era conquistar la tierra o comérselo, aunque se decantaba más por esta última, ya que conquistar la tierra sería muy fácil siendo él el único verdadero humano. Después de empezar a acusar a todos sus compañeritos de ser extraterrestres al tener querellas de juegos con ellos y golpearlos y tirarles agua, jugolín, pichí y otros elementos para que delataran su constitución de extraterrestres y ver que estos seguían igual que siempre, pasó un traumático período depresivo, pensando que si sus compañeritos extraterrestres al ser atacados y rebelar su constitución extraterrestre seguían siendo niños comunes y corrientes como él, había una gran posibilidad de que él también fuera un extraterrestre; o peor aún: cabía la posibilidad de que si alguien le tiraba jugolín en la cara, él se convirtiera en un ser gelatinoso y tentacular y así se descubriese que el era él único extraterrestre malvado en la tierra que no se daba cuenta de ello. -A instancias de su abuela, ni bien comenzó a leer, La Santa Biblia fue su libro de cabecera. Fernandito Ledesma Pedylla, leyó con fruición ese disparatado libro de chistes noche tras noche, no teniendo el más mínimo asomo de duda con respecto a la existencia de Dios y de todas las cosas graciosas que se contaban sobre él y otras cosas en La Biblia, no tanto por ese tan difundido concepto de que la idea de un dios único y universal sea connatural a la especie humana, sino porque como todo niño razonable, Fernandito Ledesma Pedylla sabía que ningún adulto -con lo ocupados que siempre estaban- estaría tan al pedo o sería tan idiota de escribir que Dios creó La Tierra y todo lo demás si no fuera verdad o no tuvieran una total certeza al respecto. ¿Qué necesidad de mentir sobre algo tan insignificante? Que no es lo mismo que mentir que el gato tiró el jarrón cuando en verdad fuiste vos porque así, zafás de la paliza. Llegado un punto, al ver que Dios era tan misterioso que estaba siempre mirando, vigilando, interviniendo, castigando y rompiéndole las bolas al ser humano sin nunca mostrarse y expresando las cosas que quería por las claras, decidió que ya que estaba, le dejaba un dibujo de regalo, porque aparte le obsequiaba siempre dibujos de escenas de La Biblia a sus familiares y capaz que Dios se ponía celoso y lo volvía una estatua de sal, un monstruo gelatinoso y tentacular o algo así. Fernandito Ledesma Pedylla, comenzó entonces a dejar cada noche un dibujo de obsequio para Dios, que ponía apoyado en el piso y parado contra la pared de enfrente de su cama, cosa de despertarse y ver si El Omnipotente se lo había llevado o no. Su abuela, para no romperle la ilusión se encargó entonces de retirar el dibujo noche tras noche, generándose un estado de estrés que varias veces le hizo equivocarse y dejarle regalos de navidad al lado del dibujo o ponerle una esquela que decía “¿Dónde está el agua y el pasto para los camellos”, cosas que Fernandito Ledesma Pedylla entendía perfectamente que eran parte del ánimo chocarrero de Dios, como cuando casi liquidó la población del mundo para obligar a Noé y su familia a cometer cualquier tipo de incesto y después los bardeó mal por eso. D) Sabiendo, que Dios mismo estaba para la joda, no le extrañó para nada, que ya en el Liceo, sus profesores y profesoras, jugaran a enseñarle cualquier disparate, haciéndose que ellos creían que esos disparates eran verdad y tomándoles pruebas en las que los alumnos tenían que responder esos disparates, también como si fueran reales, aunque Fernandito Ledesma Pedylla sabía que nadie se creía pelotudeces tan grandes como: 1) El ser humano fue una evolución a partir de ciertos primates. ¿Si somos más evolucionados que un mono porque no tenemos pulgares oponibles también en las patas y tenemos que organizar ciudades, trabajos y todo eso para sobrevivir, cosa que ningún animal necesita? 2) La tierra es redonda y nadie se cae de ella por la fuerza de gravedad, la cual descubrió un tipo porque se le cayó una manzana en la cabeza. 3) Los escritores en vez de decir lo que quieren decir directamente, necesitan de un profesor de literatura que desentrañe lo que en realidad quiere decir lo que ya dice el texto, como si el autor quisiera decir otra cosa más allá de lo que escribió y el escritor no supiera como decirlo y el lector no lo pudiera entender sin lo que dice el profesor. 4) En Uruguay existieron indios y lo que pasa es que un puñado de blanquitos de mierda encabezados por Rivera los hicieron mierda a todos. 5) La gente es toda tan estúpida en todo el mundo que se pusieron a hacer dos guerras mundiales, tirando bombas atómicas, haciendo campos de concentración y todo eso, como si no se dieran cuenta que así iban a hacer mierda todo, etc. Muchos de sus compañeros le discutían el punto y le decían que lo que le enseñaban en el Liceo era cierto, haciéndolo dudar a veces, pero sin lugar a dudas, se reafirmó a si mismo que sus compañeros sabían que era joda y también estaban jodiendo, ya que NADIE podía creerse en serio eso de que una cosa tan grande como el pene entrara en la vagina para hacer que las mujeres quedaran embarazadas y todo eso. Él había visto el agujero de la vagina de su primita de tres años y era imposible que por ejemplo su pene (el de Fernandito Ledesma Pedylla), que medía como cinco centímetros entrara en una rayita que como mucho medía un centímetro. Mirando con atención las imágenes que su profesora de Biología Andrea Albarenga les mostraba, descubrió que era joda y que en realidad la fecundación se originaba cuando el clítoris de la mujer penetraba por el meato del pene del varón, siendo que estos eran de medidas relativamente aproximadas. La aceptación por parte de compañeros inteligentísimos de tal idiotez como que el pene penetraba la vagina, ante la tan evidente certeza de que el clítoris clitoreaba el meato, le confirmaba sin dudas que tal convencimiento era en joda. Ya presentado sobriamente por su característica distintiva, que nos muestra a Fernandito Ledesma Pedylla a su vez, como un personaje “tipo”, como conviene a toda historia realista (la nuestra lo es), pasaremos sin más a narrar la serie de acontecimientos que conforman su historia, deteniéndonos solamente para hacer descripciones de páginas y páginas acerca de cada ropa, habitación o microgesto en los rostros de los protagonistas, ya que si no nos quedamos sin lugar en el suplemento literario de “Boulevard”. Como dijimos, Fernandito Ledesma Pedylla era el nieto de su abuela. Su abuela estaba tan traumada con que el mismo no fuera un mago, que llegó a tomar las medidas más intransigentes para que su querido nietito no transitara el camino de las galeras y conejos. Era común ver que en su más tierna infancia, nuestro héroe caminara por una plaza con su abuela y al ver que las palomas atravesaran su camino, la anciana sacara un arcabuz (reliquia familiar de la casa, donde eran descendientes de Garibladi) y comenzara a masacrar a los plumíferos gritando: “¡No intenten seducir a mi nieto a hacer trucos!” o que el niño mirara un serrucho de plástico dentro de un juego infantil de carpintero en una vidriera y su abuela los llevara de nuevo a su casa a patadas en el culo gritándole: “¡No sabés limpiarte el culo y ya estás pensando en meter una atorranta adentro de una caja, cortar la caja con un serrucho y después mostrarle al público que la puta de tu asistente sigue de una sola pieza! ¡Sos igual que todos los hombres!” También, varias veces se quiso tomar a golpes de puño y armó griteríos descomunales en Mosca del Shopping Tres Cruces, cuando buscando regalos de cumpleaños para su nieto, los empleados poco prudentes e incluso pecadores con una humillante remera de “mi primer empleo” (como por ejemplo, Piero Di Lorenzi), le ofrecían juegos de magia que a los niños les gustaban mucho. Fernandito Ledesma Pedylla encontró una vez un palito en su día de picnic con los hermanos de la Comunidad Salesiana y comenzó a agitarlo en el aire, ya que algo instintivo (la mala influencia de su tío seguramente), lo impelía a ello, ya que como en todo relato realista, sabemos que el ser humano es un macaco de mierda, totalmente determinado racial, genética, sociológica o psicológicamente por todo y todo lo que hace tiene una razón “a” por lo tanto “b”, como gusta a la mentalidad cientificista-burguesona-que-se-hace-la-socialista. Sin embargo, su sexagenaria abuela, al divisarlo cometiendo tal blasfemia con el palito, castigólo gritando “¡No aprendiste nada acerca de la Simonía! ¿Para qué La Santa Biblia dice: “No serás mago ni levantarás palitos en el aire y el que así lo hiciere se condenará al hambre y la miseria y la muerte, a si mismo como a los hijos de sus hijos y aquellos de sus mayores que aún sigan vivos” Eusebio 66:69? ¡Para que vos ya andes ofreciendo espectáculos sacrílegos que induzcan a la idolatría y la veneración de falsos dioses! ¡Te voy a dar, guacho de mierda!” También ocurrió, que bajo de la tutela de su responsable abuela, Fernandito Ledesma Pedylla tuvo una seria limitación con respecto a los dibujos animados que podía mirar. El catalogo de dibujos para niños de la comunidad religiosa ya era bastante corto y desactualizado, cuando Sandra Markovich Clavijo de Wiston, la abuela de Fernandito Ledesma Pedylla, descubrió que el supuestamente inocente programa de los “Looney Toons”, era en realidad una trampa demoníaca, en la cual uno de sus personajes principales era un conejo, criatura maligna si las hay, ya que son una representación simbólica del diablo saliendo del infierno para reconquistare el mundo, al ser sacados de la galera. Lo mismo ocurrió, cuando luego de por razones similares a la antes expuesta, los programas permitidos para Fernandito Ledesma Pedylla se limitaban a sólo lo más clásico de la famosa productora “Disney” y la abuela del nieto, supervisando hitos de su filmografía, descubrió que “Fantasía” mostraba al ratón Mickey travestido como mago e incluso en “Blancanieves” u otros inmortales de la compañía, había brujas, hadas, magos y hechiceros (aparte de que muchos de los animales que eran protagonistas, hablaban como por obra del diablo y estaban íntegramente desnudos o desnudos de la cintura para abajo). Luego, al revisar en internet, la anciana constató de que muchas de las canciones de esas películas tenían mensajes subliminales de tipo satánico y también imágenes ocultas alusivas al sexo. Esa misma tarde, ante los llantos de su nieto y por el bien del mismo, Sandra Markovich Clavijo de Wiston, redecoró la infantil habitación, la cual había ostentado hasta entonces un enorme cuadro de Jesús en la cabecera de la cama, flanqueado por un poster de Mickey y otro de Minnie (los cuales le habían comprado a Fernandito Ledesma Pedylla, en un sacrílego viaje a Disney que hiciera con el colegio), empapelando las paredes con el Genésis y pidiendo inmediatamente una audiencia con el Obispo para encargarse de la Disney y su plan de conquistar las almas infantiles para el rey de las sombras. Las lecturas del niño, también fueron limitándose cada vez más hasta permitírsele casi exclusivamente La Biblia y algunos clásicos decimonónicos como Paul Bourget o Faustino Sarmiento, luego de que su abuela, desesperada porque en Mosca siempre le ofrecían juegos de magia, decidió regalarle para su cumpleaños un libro en vez de un juguete. Luego de haber oído a sus amigas del Rotary Club, hablar tanto de la alegría de sus hijos y nietos al ser regalados con los libros de Harry Potter, la anciana, al ver dicho libro, decidió que sería una excelente lectura para su nieto, ya que sus amigas nunca cometían blasfemias, ni infringían normas sociales y aparte de esto, el libro salía bastante caro, lo cual siempre es un indicador de que algo es bueno, incluso cuando sale diez o veinte veces más que algo igual o incluso mejor que sale más barato. ¡Oh, pobre mujer, aquejada y perseguida por la maldición de la magia! Cuando quiso recordar, encontró en la mesita de luz de Fernandito Ledesma Pedylla su diario íntimo, el cual revisaba periódicamente en busca de menciones hacia drogas o pensamientos sucios y encontró la siguiente anotación: “H. P. Lovecraft = Harry Potter Te hechiza con amor? Harry Potter = Mezcla genética entre una jarra y un pote? Cursos de magia de Hoggarts – Habrá similar en la O.R.T? Averiguar Consultar precios acordarse de levantar la tapa para hacer pichi” Sandra Markovich Calvijo de Winston, casi con un síncope, miró por la ventana y al divisar a Fernandito Ledesma Pedylla jugando con su primito en el jardín, escuchó una sarta de blasfemias en que los niños representaban a Harry Potter y Voldemort y se lanzaban poderes, hacían hechizos y hablaban de una tal Hermione, que de seguro debía ser una prostituta diabólica que los conducía al pecado. Fue entonces que la abuela no sólo el prohibió a Fernandito Ledesma Pedylla la lectura del maldito Harry Potter, si no que además distanció para siempre al niño de su primito, que al momento era también el único amigo que le permitía. Así transcurrió la infancia de Fernandito Ledesma Pedylla, entre palizas por ir a la fiesta de disfraces caracterizado como Harry Houdini y sermones que el obispo le daba por recomendación de su abuela. Cuando el niño había llegado a la edad en que debía empezar a definir su futura carrera, para así optar bien por la orientación de bachillerato y también para los cursos paralelos que haría en la O.R.T. (además del inglés particular, ajedrez y estudios bíblicos), su abuela se sorprendió mucho al saber que el niño quería ser musicólogo e incluso pensó en enviarlo a tomar clases de piano o incluso de órgano, para que pudiese tocar en las celebraciones de la Iglesia. Fernandito Ledesma Pedylla fue obsequiado con un gramófono (no hacía sonar el pasto ni tampoco un gramo) y una colección de discos de pasta pertenecientes a su santo y ya fallecido abuelo (Dios lo tenga en la Gloria), que el niño se encerraba a escuchar en su cuarto con fruición. Una noche, durante la cena, su abuela le preguntó que estilos o intérpretes le interesaban más y que tesis tenía planeado hacer cuando finalizara su carrera aún no comenzada, pensando en que seguramente el niño, que era muy inteligente, se decantaría por la música sacra o las obras religiosas de autores insignes como Bach o Mendelson. No obstante, con total desparpajo, el niño le contestó: “¡Voy a estudiar la obra de Carlos Gardel! ¡Qué impresionante: El Mago cada día canta mejor!” De más está decir que la utilización de equipos sonoros quedó completamente prohibida en la casa, además de que Fernandito Ledesma Pedylla fue obligado a pensar otra carrera de inmediato. Lo más irónico fue que a medida que Fernandito Ledesma Pedylla iba creciendo, quizás la prohibición de aquello que le vedaban le hizo generar a nivel inconsciente o intuitivo, un casi inevitable y perniciosos interés por la magia, que hacía rabiar a su abuela. Aunque también puede ser que Fernandito Ledesma Pedylla pensara que su abuela estaba jodiendo y que ser mago no tenía nada de malo y para seguirle el juego, la hacía rabiar. Es justamente en momentos como este en que el narrador en tercera persona y omnisciente, tiene algunos baches que promete solventar averiguando los hechos exactos ni bien le sea posible, comunicándolo a los lectores a la brevedad. Lo cierto, es que cuando la abuela de Fernandito Ledesma Pedylla, había llegado a un cierto estado de calma y falta de culpabilidad al encontrar que Mc donalds era un lugar lo suficientemente alejado de los peligros del pecado y la magia, a su nieto (Fernandito Ledesma Pedylla), no se le ocurrió nada mejor que decirle “¡Abuela! ¡Ronald es mágico!” Y poco tiempo después, como si la supuesta inocencia del niño de dieciocho años llevara en si una semilla del mal, cada vez que la nonagenaria le pedía que le alcanzara un pañuelo, aguja de coser o talonario de cheques, en vez de alcanzárselo y ya, como cualquier niño normal, como si fuera un impulso inconsciente, Fernandito Ledesma Pedylla lo rompía en cuatro y lo prendía fuego adentro de un pañuelo, le pedía a su abuela que eligiera una ceniza y después de guardarse el pañuelo en un bolsillo y sacarlo con otro color por la oreja de su abuela, adentro estaba el otro pañuelo, aguja o talonario en cuestión. La octogenaria, que ya no sabía qué hacer para aislar a su nieto de la influencia de la magia, se sintió sumamente feliz, cuando el niño le comentó que se había decidido a hacer la Licenciatura en Letras en la Universidad Católica, ya que deseaba ser un escritor reconocido mundialmente. Fernandito Ledesma Pedylla tenía excelentes calificaciones y casi no volvía a su casa en época de parciales y monografías, cuando un día, su abuela, sintiendo un extraño presentimiento, aunque ya había aflojado un poco en sus temores con respecto a la magiafilia de su nieto; entró a su cuarto y comenzó a a revisar los archivos inacabados en la computadora del mismo. Sin poder creer el poder del mal en el universo, leyó con terror dos de los trabajos finales de su nieto (los cuales un tiempo después le granjearían varios doctorados Honoris Causa): “Harry Potter: la magia y la hechicería en la literatura infantil y su vinculo con la Kaballah, la Masonería y los Iluminatti: un estudio deconstructivo acerca de las maniobras anti-lucha de clases en la sociedad posmoderna (y la Iglesia Católica)” y “Ray Bradbury: Estudio psicocrítico de la escritura de un adulto que en su infancia quería ser mago y la inválidez de la Ciencia Ficción como corriente literaria aceptada en las academias por su posmodernidad anti-intelectual orgánico (y la revolución de las masas)”. Sandra Markovich Clavijo de Wiston cayó en la cama de su propio nieto, presa de un ataque al corazón. La cincuagenaria vestía un camisón de satén rosa claro, con ribetes de puntilla color salmón que contrastaban con el tono rosado del resto de la prenda, acentuando los pliegues generados por el tejido concentrando las sombras generadas sobre el mismo por la tenue luminiscencia que le llegaba desde la pantalla del cercano monitor plasma de una de las tantas laptotp de Fernandito Ledesma Pedylla, la cual se posaba no muy lejos de allí, sobre un rac de caoba negra, cuya molicie semejaba en la semipenumbra, la de un antiguo altar de sacrificio de negro granito. Sandra Markovich Clavijo de Wiston, llevaba además del camisón por el cual se traslucía apenas su amplia ropa interior de un purísimo blanco neutro, unas pantuflas velludas de un beige similar al de los labradores que la sexagenaria sacaba a hacer sus necesidades y pasear al parque por medio de un muchacho al que le pagaba para ello, que sin embargo tenían el forro interno de un terciopelo suave cual pétalo de rosa de un tono celeste desteñido. Su cuello estaba adornado por un hilo de material resistente en el cual se habían ensartado una serie de esferas formadas por un cúmulo de moléculas de carbono con cuatro enlaces, también conocido como collar de diamantes y también con un antiguo relicario que en su interior ostentaba la foto de su difunto esposo y del otro lado la del Papa Joseph Rassinger, conocido como Benedicto XVI. Al caer sobre la cama de una plaza, que medía aproximadamente 1650 mm. Por 1000 mm y 600 mm de alto, que era de un marrón oscuro, sumamente brillante por el periódico pulido con lustramuebeles en spray de la marca “Blem”, perteneciente a la compañía multinacional “Jhonson & Jhonson”, la cual albergaba un sommier cómodo y mullido, unas pulcras y perfumadas sábanas importadas de Brasil y una colcha fina de verano de un color beige muy claro, sintió como su recogido cabello, no muy largo y teñido de un rojo opaco como convenía a una señora de su edad, caía, regándose sobre la almohada rectangular que se hallaba unos 34 grados torcida con respecto a la recta que trazaba el cabezal de la cama. Luego de sentir como sus cabellos se soltaban del moño al que los había sujetado, por medio de un aro conformado por una tira más o menos rectangular de elástico la cual se había recubierto por un corte de algún tipo de tela sintética de la misma forma geométrica, el cual se cosió alrededor de la antes citada banda elástica y luego se unió por los extremos utilizando una máquina de coser industrial, generando así la forma de “gomita para el pelo”, comenzó a sentir un profundo dolor en el medio del pecho, que en el caso de esta señora en particular, estaba ubicado en la región del cuerpo de un ser humano sin deformidades, mutaciones o mutilaciones, que abarca aproximadamente unos 500 mm por 700 mm, por debajo de la cabeza, entremedio de los dos brazos que por lo general penden a los lados de él, sujetos de los hombros, un poco más arriba que éste y a su vez, se encuentra unos centímetros arriba del vientre, debajo del cual un puede apreciar en orden descendente la cavidad pélvica y las extremidades inferiores, que son dos y por lo general del mismo largo, conformadas por diversos músculos y tendones, sistema de irrigación venoso y arterial y están sólidamente asentadas en un par de pies, los cuales cuentan con cinco dedos sin pulgar oponible, coronados por uñas, las cuales están formadas por pequeñas láminas de queratina, no así como los huesos, que constan de tejido óseo y no sólo se encuentran en el pie, si no en la pierna de la que hablábamos al principio de esta oración, en alusión a la ubicación del pecho, siendo los huesos en dicha parte anatómica no más que la tibia y el peroné, no obstante lo cual, otras partes del cuerpo (por ejemplo, el pecho del que hablábamos al principio), tienen unos cuantos huesos más. Los huesos, como la tibia y el peroné, tienen una oquedad en su centro en la cual se encuentra un tejido medular y adiposo, que al ser ingerido se denomina “caracú”, aunque vale a aclarar que el “caracú” de Sandra Markovich Clavijo de Wiston (la abuela de Fernandito Ledesma Pedylla, que se cayó en la cama presa de un infarto hace una líneas atrás), al no ser comido, seguiría siendo denominado por quien se refiriera al mismo como “médula” y no como “caracú”, ya que si bien podría alguien comérselo, no es de las costumbres más comunes o por lo menos socialmente aceptadas en comunidades occidentalizadas, judeocristianas y con un sistema económico capitalista y una forma de gobierno democrática y por lo general, incluso, puede ser considerada un crimen e incluso una desviación o tabú, que por lo general se conoce como “canibalismo”. Las piernas de la anciana quedaron un poco inclinadas hacia arriba y al caer, generaron un susurro lúgubre en la tela del acolchado de la cama y eso se generó porque el medio fue alterado generándose ondas de sonido, seguro que por el movimiento brusco de la pierna de la señora, primero en el aire y después sobre la superficie del acolchado. Tanto el aire como el acolchado estaban formados por átomos, los cuales tenían un núcleo formado por neutrones y protones, alrededor del cual orbitan electrones y que en algún momento de la historia de la física, se creyó que eran los corpúsculos subatómicos más pequeños de la creación, aunque luego, la física cuántica garantizara por medio de ecuaciones irreprochables (aunque no todas comprobadas empíricamente), que dentro a su vez, los corpúsculos subatómicos están constituidos por qartz, dentro de los cuales se generan una cantidad de movimientos impredecibles, “caóticos”, aleatorios (se le llama movimiento browniano) que niegan toda la teoría de la física mecánica y del orden y regularidad de los fenómenos físicos, ya que aparte de tener órbitas impredecibles, Incluso los qartz pueden estar en varios lugares al mismo tiempo y sin embargo, este caos a nivel tan ínfimo, es lo que en un nivel macro, genera justamente el orden antes considerado como inicio de toda explicación física. Dentro de estos átomos como dicen algunos especuladores de la teoría cuántica, dentro de la insignificante filigrana de las cositas aún más pequeñas que los qartz, pueden estar en pequeñísimos planos, una cantidad de cosmos llenos de personas, animales, civilizaciones y etc, etc, etc. de la misma manera que nuestro cosmos, en otro plano es solamente una ínfima parte de unos corpusculitos sólo conjeturables en dichos planos en que todo nuestro universo no es más grande que un átomo (esta es una teoría bastante negada, no como la de los múltiples universos, sin embargo su verificación será constatada en el año 2042, cuando la teoría de cuerdas determine que aparte de las doce dimensiones conjeturadas hay muchas más de ellas, la mayoría determinadas por estructuras fractales y que de esta manera estos hechos que aún son incomprensibles para nuestro pensamiento son explicables por la existencia de muchas más cuerdas fundamentales y dimensiones de las que nosotros consideramos hasta el momento). Justamente, en uno de los átomos que había movídose por la caída de Sandra Markovich Clavijo de Wiston (abuela de Fernandito Ledesma Pedylla), dentro de uno de esos macrocosmos microscópicos en un corpúsculo subatómico más chiquitito que un qartz, había un sistema solar de un sólo un planeta de un radio aproximado de unos -13456776756666666666666688947584362 micronanomicras de radio, cuya composición era básicamente de un gas noble similar al Xenón y algunas conformaciones líquidas que daban a los seres vivos del planeta las mismas utilidades que el agua en el nuestro. En una de las localidades más alejadas del centro de dicho planeta, instalado en un volcán de musgo verde iridiscente, donde se concentraba el poder político, administrativo y sacerdotal , basado en una sociedad organizada jerárquicamente por la cantidad de penes con que nacían los especímenes de la raza fgorhgytuoirscong (que era la dominante en el planeta) y leyes basadas más que nada en respetar ciertos tabúes relacionados a la ingesta de frituras y otros que apuntaban a la domesticación y producción ganadera de seres similares a dinosaurios de la era jurásica, había una pequeña casa instalada en algo similar a la madriguera de un topo que midiera unos 20 kilómetros nuestros. Dicha casa estaba conformada por una serie de troncos de una conífera perenne de un color violeta oscuro, casi negro, los cuales se habían dispuesto en forma de círculo y coronada con un techo conformado por una sola pieza de marfil del diente de un animal autóctono, llamado hiplogarto, que era una especie de mamífero marino volador, que se acostumbraba cazar en las costas suborientales del único continente de dicho planeta. La casa, bastante modesta, tenía una sola puerta principal, adornada con guirnaldas de calzontio (alga gigante que crecía en el hábitat del hiplogarto, de un color rojo punzante, que se consideraba de buen augurio en los hogares) y su hoja estaba constituida por varias láminas de un árbol semi fungoso de extraña composición química y gran dureza y resistencia, llamado asfggortofiojhno. En dicha casa, la familia enfrentaba el caos de tener una hija embarazada por un padre no conocido, la cual debió ocultar la gestación de su crío por los cuarenta y ochomil meses (equivalentes a un nanosegundo de nuestro tiempo) que la misma duró, para luego constatar que si bien habían podido salvarla del empalamiento en ramitas de anacahuita por la quinta oreja por tener un hijo sin las ceremonias de himeneo acostumbradas en su cultura, por más que dijeran que el recién nacido era su hermano y no su hijo, no sabían cómo explicar ante las autoridades que el mismo fuera un híbrido con la raza Saddehythgijtrf, enemiga mortal de la civilización y que presentaban una apariencia física asaz similar a la de un camello mezclado con vaca y geranios en la cabeza. Luego de deliberar durante varias horas, decidieron ir a sacrificar al recién nacido dentro de un volcán de ácido bórico que quedaba cerca de su casa, lo cual, la madre del híbrido (una joven de bellas y largas piernas arácnidas, con una decena de hermosos ojos púrpura y una boca vertical grande y pulposa, que se vestía con un pobre, pero pulcro y bello vestido de pieles de Gargartinuokgho, pájaro mamífero de aspecto similar al cocodrilo, sin alas y que volaba gracias a la expulsión de gases por su ano) insistió en hacer sola, para cargar con el peso de su falta y no sacrificar a su familia por el pecado cometido. No obstante ello, la chica no volvió más y tanto su familia, como su pueblo la dio por muerta, devorada por hestegosaurisopapo silvestres en los bosques de titanio adyacentes al poblado. De todas maneras, años después, la propia familia de la chica, perteneciente al clan de los Fergutyhionbcuhjmnumi, fue arrasada por la invasión de una tribu de nuevos seres híbridos, progenie de la chica escapada con su híbrido hijo, que terminaron conquistando la capital y cambiando el orden mundial vigente hasta ese entonces, por un patriarcado exclusivamente agrícola, basado también en la utilización de gases nobles como forma de combustible. Todas las pequeñas pelotitas más pequeñas que un qartz que estaban alrededor (o incluso dentro del planeta antes mencionado), así como en las dimensiones paralelas que abarcaban el pequeño espacio donde se mueven nuestros protagonistas, tenían a su vez sagas y problemas históricos, que seguiremos relatando en las próximas seiscientos veinticuatro mil entregas de este relato realista, para luego continuar la trágica relación de hechos que atañen a la historia de Fernandito Ledesma Pedylla y su entrañable abuela, en lucha incansable contra la conversión en mago de su nieto.

PROYECTO DE LEY DE LEGALIZACIÓN DE LA PASTA BASE

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Cómo sabrán los fanáticos seguidores de este humilde y exitoso blog (con más vistas que las páginas de One direction, Justin Bieber y La Tigresa Del Oriente), siempre que el mismo tiene un período de aridez y no se postea nada por meses y meses... ¿Quién viene a salvarle el pato a estos ignorantes y comunistas de Piñazo e Frente? Nada más y nada menos que Yo, doña Pocha, que con mis consejos útiles para el hogar, alivi ano el trabajo no remunerado de las amas de casa esclavizadas a un falo golpeador con billetera.
Así es, en este caso (dado que ya nadie sigue el blog (ni este ni ninguno) y la internet entera es un conglomerado de estúpidos que pasaN eN el Facebook y miran pornografía), podemos con total impunidad decir cualquier disparate sin que nadie se ofenda ni nos manden a investigar por la policía por terroristas. Bomba bomba bomba corán. Es por eso que hoy, el consejo en particular es para una de las amas de casa más queridas de todo el Urugay: Popo Mujica Topolanski, aunque otras amas de casa que lean el bló y que tengan el mismo problema que el Popo podrán aplicarlo en sus casas alquiladas a docemil pesos por mes con un sueldo de catorcemil.
Cuando ud. tenga una sociedad en crisis y decadencia, un estado nación ficticio y decadente desde su fundación y que luego, se agarra un cáncer neoliberal que lo introduce en la primera liga del mundo y encima después, se le complica más, porque dentro de esa sociedad neoliberal ud. hizo creer la mitología del socialismo (y que ud. la representa) a una horda de lúmpenes retardados con el cerebro lavado por la izquierda y conchetos neofrenteamplistas, enfrentados en guerra civil con un montón de lúmpenes retardados entrenados por la derecha y conchetos neofascistas; no se preocupe: la historia nos da la solución. ¿Cómo se ha vuelto a ordenar la casa en períodos económicos de crisis, cómo se ha hecho olvidar y confundir la historia a la población para lograr votos tanto desde la derecha como desde la izquierda y se ha hecho olvidar impunemente la resolución por parte de la Justicia de crímenes atroces, además de violar todo tipo de derechos ante la pasiva mirada del pueblo, que mira el futbol mientras la policía corre a los limpiavidrios de las esquinas como si fuera dictadura y estos fueran subversivos en potencia?
Acá nos llega un mail de Victoria Rodríguez de Carrasco que dice: Hola Doña Pocha, para lo que se está planteando hay varias alternativas y casi todas necesitan de los medios de comunicación para manejar fácilmente la mente de la gente que después se preocupa de distraerse sola repitiendo estupideces por facebook pero la más efectiva, es (como dijo ud., recordando la historia), dándole opio religioso con sabor pan y circo al populacho, para que además los intelectuales teoricen sobre él y tampoco puedan ser contra.
¡Muy bien Victoria! Te has hecho acreedora a un programa de televisión en canal doce, que tendrás que pagar haciéndole un pete a toda la producción nada más.
Antes de la pausa, saludo a Kraken. Buenas tardes Kraken ¿Cómo estás (no me importa)? ¿Cuál es la pregunta para la audiencia hoy? Ahora haganse los que escuchan otra voz porque no nos dio la plata para contratar una locutora ¿Ta? ¡Hola doña Pocha! La pregunta de hoy para que voten por el 1777 Telechat por el sí y 911 por el no, es: ¿Crees que legalizando la marihuana el Popo Mujica Topolanski ya logró dejar al país entero en camino a volverse un paraíso de zombies, no sólo dependientes del fútbol, el capitalismo, el carnaval y la política, si no que ahora en vez de consumir drogas con criterio y de forma beneficiosa para su salud física y mental, como con todo lo fomentado por el estado, el mismo pueblo va a generar un agujero negro en el que caerá perdido para siempre cualquier atisbo de inteligencia o resistencia ante el atroz estado de las cosas? También se pueden comunicar enviándonos un mail a reformaseducativas@anep.edu.uyo via twitter @comisionpatrioticadelsauce.twitter o también dejándonos un mensaje en nuestro facebook: stalin vive_ saká?
Bueno, ahora dejen de imaginarse la voz de Kraken, que voy a hablar como si fuese Doña Pocha again. Abriendo la palabra a nuestro panel: ¿Qué opina el turco Binladen? Ahora también piensen que es la voz del panelista citado. Bueno Doña Pocha, yo pienso que en realidad la gente por más que fume porro todo el día no va a estar tan alienada como para no darse cuenta de que no se solucionaron los detalles más importantes y que quedaron más minimizados en todo esto, como es el tema de que la marihuana se legalizó básicamente para luchar con el narcotráfico y además para que la gente no fumara pasta base, porque para estos asnos minimalistas sin la más mínima capacidad de lógica o sentido común, como viejos ignorantes de bar, piensan que el porro es lo mismo que la pasta base y que además la pasta base es la causante de la inseguridad, de la misma forma que piensan que legalizando el porro van a poder con los cárteles internacionales de drogas, que es la empresa de atrás de todas las multinacionales con las que están tranzando y vendiéndoles el país de a poquito (incluyendo el almacén que le pasaron ahora al Francisco Primero este)... Así que ahora, lo que está proponiéndose en el parlamento es legalizar la pasta base, para que los pasteros no tengan que robar para conseguirla, que era lo más lógico desde el primer momento, si la inseguridad se provocaba por la pasta base. El parlamento la va a aprobar hoy a las siete y a hacer un show en El Molino de Pérez, a la misma hora que está planeada la manifestación en contra de la monopolización y transgenización de la marihuana por el estado y la persecución nazi de todos los que planten y no voten al Frente o vayan al estadio nuevo de Peñarol.
Ahora soy Doña Pocha de vuelta ¿Ta? ¡Nos quedamos sin tiempo! ¿Cuál es el resultado de la votación Kraken? Ahora soy Kraken: Victoria, muy despareja la votación, que inteligente y cuestionadora nuestra gente y que útil la democracia... 99 por ciento vota que está de acuerdo con que a partir de hoy, como todo está resuelto gracias a la nueva ley del gobierno, sólo nos dediquemos a ver programas argentinos de chusmeríos entre trolas y morboseadas de crímenes reales y un uno por ciento vota que no le gusta Notevagustar. Ahora soy Doña Pocha de vuelta ¿Eh? ¡Pero qué chupapija ese uno por ciento! ¿Eh? Lamentablemente por un pequeño número de personas intolerantes y no comprometidas es que el país no avanza. Para mí que hay que matarlos a todos. Nos despedimos y ya les dejo el adelanto del tema de mañana: Chasqui de cincuenta pesos: ¿Hay que fumárselo de una o te sirve pa llenar dos escopetas? Nos vemos... ¡No se olviden de comprar los productos que promocionamos!

Educación e inseguridad: Los chorros acompañarían a los maestros en la huelga

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¿Wath you make value? Acá tamo de vuelta, con los consejos útiles para el hogar de Doña Pocha, un programa que como todos los programas de mierda de este país, que hace poco discutían sobre “Llifting: ¿te harías uno?”, ahora se hacen los comprometidos y con conciencia social y ponen a cualquier asno a opinar de lo que no sabe generando a su vez opinión en gente aún más ignorante, no va a ser menos y se propone abarcar un tema candente. Exacto. Vamos a abarcadabra un tema que tenemos que agarrar con manopla pa no quemarno, el tema de la educación y la inseguridá.
Ya tenemos el primer mensaje de un estúpido sin fundamentos que replica que no es un tema, si no dos. ¡No señor! Hágame el favor de ir a la universidad a foros cínicos de derechos humanos y eso, así piensa bien, como todo el resto de la sociedad y nosotros! Es un sólo tema. Y para que hable un profesional, cayendo en la fácil falacia (aliteración) de apelación a la autoridad, invitamos a el economista de tres cabezas Belial Freak Sinatra Mammón Jorge Manco Zaconetti Schultze Piñera Danilo Astori, que como es lógico nos va a hablar de educación. Buenas noches Belial Freak Sinatra Mammón Jorge Manco Zaconetti Schultze Piñera Danilo Astori ¿que análisis de la educación y sus fallas y nueva reforma para hundirnos aún más en el servilismo a las entidades financieras internacionales vas a hacer ahora, aprovechando los reclamos sindicales y el descontento público para salir a hacer que los padres estén a favor del estado y piensen que los trabajadores son unos comunistas de mierda que no quieren trabajar y no piensan en los alumnos?
-Hola doña Pocha. Muchas gracias por la invitación y espero que la polaca me regale un kilo de Yerba Jatelabombachita. Mirá te la hago breve porque sé que al populacho no hay que hablarle en difícil: no es verdad que la educación esté en el horno porque el estado se haya endeudado cada vez más con organismos internacionales que le dan directivas hasta de cuando pueden ir al baño los alumnos con cistitis, sumado a esto el declive natural de todas las instituciones públicas uruguays, llenas de burrócratas sin el más mínimo interés por lo que hacen y con una falta de ética y abulia detestables. Tampoco es cierto que la educación como se viene desarrollando, falazmente hable de crear ciudadanos, pensamiento crítico y generar igualdad social, cuando justamente, lo que hace es crear ciudadanos, lo cual en nuestra sociedad significa crear un zombie que cree que tiene conciencia crítica y que la única igualdad a la que puede aspirar es a la de tener el mismo celular que uno de Pocitos aunque viva en un rancho. Más falso es aún que los docentes deban cobrar más y nada tiene que ver que no se les pueda dar más dinero porque la educación ya no tiene medio peso y esto nada tiene que ver con el malgasto y administración de fondos, por ejemplo en el plan de llenar de computadorcitas de mierda (que ya rompieron) para entrar a Facebook a un montón de niños que no saben leer, no tienen agua corriente en la casa y cuyas escuelas no tienen techo. (También es falso que si no se gastara en ejército, cenas show para los presidentes cuando se juntan en cumbres al pedo, proyectos de extensión de facultades de mierda, propaganda ideológica de estado bajo diversos disfraces ministeriales, etc. Habría dinero, no sólo para los docentes, que como buenos burgueses reclaman para sí mismos, si no para toda aquella gente que gana seismil pesos en la mano). La única verdad con respecto a la educación y su lamentable estado, es que los docentes se están equivocando y tienen la culpa, ya que creen que ellos saben de educación y no. Nosotros los economistas somos los que sabemos de educación, mientras a la inversa, cuando hay una crisis económica, los docentes no pueden ir al banco central a arreglarla porque no leyeron los librillos fotocopiados de Bensión.
-A ver pero aclaranos un poco... ¿Qué tendrían que enseñar los docentes, ya que la educación entera está supeditada a la economía y no esas equivocadas ideas de la capacidad de pensar y eso...
-¡Es obvio Doña Pocha! La educación estará sirviendo como tal a la sociedad, cuando el niño al volver a su casa no diga: “aprendí el nombre de un Río que nunca voy a ver” o “el docente también me educó luchando”, si no cuando el niño llegue a su casa y diga: “aprendí cinco pesos” u “hoy me enseñaron diez euros”...
-¡¡¡¡¡Claro!!!! (aprovecho para decir que las recargas valen la mitad durante todo este bloque del programa, no te pierdas la oportunidad!!!) ¡Qué ciegos fuimos! Así cuando el niño termine la escuela, habrá sido una inversión neta en dinero y cada liceal será un montón de plata ambulante y más aún el universitario... ¡Es lo que el país necesita (bueno y que los que nunca terminan de estudiar sigan siendo nuestra mano de obra barata)!
-Obvio Doña Pocha. Cuando la vecina va al almacén y vienen cinco menores y masacran a toda la clientela para robarse cincuenta pesos que hay en la caja para un chasqui y entonces la vecina llega a la escena del crimen, patinándose en la sangre y las vísceras y se da cuenta que no va a poder jugar al cinco de oro porque están todos muertos y dice: “la culpa de que la sociedad esté así es por causa de la educación”, tiene razón. Primero que nada, porque la educación es responsabilidad sólo de los docentes y no tiene nada que ver con los padres, los medios de comunicación ni la misma vecina que pasa tratando a todo el mundo como el culo, chusmeteando y prejuzgando a todos y fueron esos docentes los que no le enseñaron cincuenta pesos a los jóvenes que tuvieron que robar para obtenerlos, ni les inculcaron que había que gastarlos en... “¡Mc donalds! ¡Para darte el gusto siempre, ahora con la cajita feliz de Hello Christi!” y no en drogas (ilegales). A su vez, la inseguridad sí que es culpa de los docentes... todos los crimenes y robos son su culpa, directamente, incluso la gente a la que lastiman y matan...
-¿Sí? ¿Cómo?
-Los docentes, en sus horas libres, tienen que dejarse de hacer reclamitos al gobierno que los amparó y les dio todo y tienen que ir corriendo a las escenas de crímenes violentos (sobre todo) o ya estar esperando ahí y cuando ven que viene el joven a matar para robarse cien pesos para pasta base decirle: “¡No pibe, mirá no delincas! ¿Qué te parece si mejor hacemos un par de trabajos de geografía?” o “no mates a tu mujer... ¡Mirá! Acá tengo unos poemas de Delmira Agustini que están buenísimos! y para esto es muy importante que aplique las Tics y le haga trabajos interesantes y que no lo hagan pensar mucho ni nada, lo más rápido y parecido al Facebook o Twitter posible... ¿Sacá? Es evidente que la falta de preocupación y compromiso en este sentido son lo que hace que los docentes no puedan captar a ese gran sector de la sociedad que delinque y no la falta de medios, apoyo o sueldo digno. Además, de esta manera, la policía estaría más libre y podría dedicarse a su real cometido en la sociedad: operativos de seguridad en el estadio.
-¡Pa bo! ¡Qué salado! ¡Me re iluminaste y me canataste la posta bo nieri! ¡Voy a etiquetarle todas tus publicaciones a mis amigos en fb!
-De nada Doña Pocha. Mi vocación mesiánica me obliga a ser tan genial. Muchas gracias por la invitación y aprovecho a decirle al público que no se olvide darle “me gusta” en FB a mi página “fotos de víctimas del cine snuff en los balcanes”, que es una de las principales fuentes de ingresos en dicha región.
- Bueno, va pa ahí. Mañana: los chorros: ¿Esta bien que hagan huelga hasta que no les reconozcan sus aportes al B.P.S?

Camiòn bonus:

Oda a Edward Snowden

Vivir en un avión no es tan malo,
cuando sabés que abajo
siempre estás vigilado
(Aunque volando, aún te siga el ojo),
Judío Errante de este Gran Hermano.

Calles

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- Buenas tardes, señor vecino. Vengo para informarle que la empresa ya ha enviado los obreros y estamos listos para dar inicio a la construcción de calles asfaltadas.
- Ah, no estaba enterado de nada. Pase, por favor.
- Muchas gracias. Como le venía diciendo, la empresa ya ha dispuesto los recursos humanos para dar inicio al asfaltado de calles. Con ello se logrará aumentar el bienestar y la productividad de toda la región, al permitir un tránsito más cómodo y acorde a estos tiempos. No se puede permitir que la gente siga transitando por calles de tierra.
- Me parece muy bien.
- También vengo a informarle que usted deberá pagar por el uso de las nuevas calles asfaltadas.
- Sí, por supuesto, nunca se me ocurriría usar algo sin pagar por ello. Y dígame, ¿cómo van a implementar el sistema de cobranza? ¿Van a instalar puestos de peaje?
- Justamente de eso venía a hablarle. Es mediante una tarifa bimestral. A usted le llegará la factura a su casa directamente.
- Ah, es una cuota fija. Bien, veré si esas calles me son de utilidad y me suscribiré al servicio.
- No se preocupe, usted ya ha sido suscrito automáticamente.
- ¡Espere un momento! Yo no pedí suscribirme a nada, y no pienso pagar sin antes saber si las calles son verdaderamente buenas. Exijo que me den de baja hasta que pueda decidir si quiero el servicio o no.
- No se puede dar de baja.
- ¡Cómo que no puedo darme de baja! ¿Y si considero que no son de buena calidad, o no les hacen el mantenimiento necesario, o el recorrido que hacen no me lleva adonde yo quisiera?
- Si usted considera que las calles no son de la calidad necesaria, o que no lo llevan adonde usted quisiera, podrá presentar una queja pero no darse de baja.
- ¿Y si yo directamente no quisiera usar sus calles? ¿No tengo derecho a abstenerme?
- No se preocupe que le aseguro que sí usará nuestras calles. Tenemos planeado rodear la manzana donde usted vive con ellas. Así que cada vez que salga de su casa, ya las estará usando.
- ¿Y quién les dio permiso? ¿Y si yo quisiera que fuera otra empresa la que construya las calles alrededor de mi casa?
- Sea cual fuere la empresa que lo haga, igual usted deberá pagarnos la cuota a nosotros.
- ¡No pueden obligarme a hacerlo!
- Claro que podemos. Si usted no lo hace, contraerá una deuda con nosotros. Y cuando la misma sea muy alta, nos quedaremos con su casa.
- ¡No pienso entregarles mi casa!
- Si no lo hace voluntariamente, enviaremos guardias armados para que lo saquen de la misma. Y si se resiste, quizás lo encerremos en una celda.
- ¡Eso es extorsión! ¡Ustedes son unos mafiosos!
- Nada de eso. Ya hemos hablado con sus vecinos y la mayoría están de acuerdo conque procedamos de esta manera. Así que no se trata de un acto mafioso sino del deseo de la sociedad.
- Claro, usted lo dice como si la sociedad fuera la fuente suprema de razón y moral, ¿no? Pero bueno, es verdad que no puedo oponerme al deseo de la mayoría, al menos no viviendo en sociedad. Aunque siga considerando que es un acto mafioso, es una mafia demasiado grande como para que yo me oponga. Y dígame, ¿de cuánto será esta cuota?
- Es un porcentaje de sus ganancias. Un porcentaje pequeño, no se preocupe por eso.
- ¿Y qué sabe usted cuánto son mis ganancias?
- Usted nos lo informará. Además pondremos gente a vigilar cuánto gana usted, y si vemos que nos miente quizás enviemos a nuestros hombres armados nuevamente.
- ¿O sea que también estarán vigilando mi vida privada?
- Solamente para saber cuánto gana usted.
- Mire, quiero que quede en claro que si acepto todo esto no es en forma voluntaria sino porque usted no me deja opción. Dígame cuándo me estará llegando la primera factura.
- Aquí la tiene. La traje conmigo. La primera cuota vence este mes.
- Espere un momento. Recién acabamos de venir de afuera y no recuerdo haber visto ninguna calle construida ni gente trabajando en ello. ¿En qué concepto me trae entonces la primera cuota?
- Ya le dije, estamos listos para iniciar la construcción, pero aún necesitamos el dinero para los materiales y para pagar los sueldos de la gente.
- ¿Usted me está diciendo que yo debo pagarles una cuota vitalicia por un servicio del cual ustedes tienen un monopolio, aunque no lo quiera usar, y que usarán la fuerza para obligarme a pagarlo, y encima que debo pagar por adelantado el dinero para que ustedes puedan iniciar su pseudonegocio conmigo? ¡Así cualquiera hace negocios! Usted no me está brindando ningún servicio. Solamente está esperando quitarme mi propio dinero para luego lucrar con él.
- Pero piense en todo el beneficio que las calles le traerán. Aumentarán su riqueza y la de toda la región. Si nosotros no organizáramos todo esto, usted nunca tendría las calles y se perdería de todos los beneficios que ellas le generarán.
- Si es tan beneficioso como usted dice, ¿por qué no me dejan elegirlo voluntariamente en vez de imponérmelo por la fuerza?
- Porque usted evidentemente no sabe qué es lo mejor. Confíe en nosotros, es por su propio bien.
- ¿Y por qué cree usted que yo no estoy calificado para saber cuál es mi propio bien pero que ustedes sí?
- No se preocupe que un comité de expertos en el tema son los que han decidido sobre esto. El comité sabe qué es lo mejor para todos.
- ¿Y quién certifica que ese comité sea tan bueno como usted dice?
- Han sido elegidos por votación de la mayoría de sus vecinos.
- ¿Entonces mis vecinos están indirectamente decidiendo qué es lo mejor para mí?
- Más bien están decidiendo qué es lo mejor para la sociedad, y como usted es parte de la sociedad, es por lo tanto lo mejor para usted también.
- ¿Y si mis vecinos decidieran que lo mejor para la sociedad es asesinarme, eso sería lo mejor para mí también?
- A veces uno debe sacrificarse por el bien de todos.
- Claro, usted lo dice cómodamente porque no es usted la víctima del sacrificio sino quien lucra con ello.
- Yo no lucro con ello.
- ¿No cobra acaso un sueldo por hacer este trabajo?
- Sí, así es.
- ¿Y ese sueldo no sale del dinero que usted me está cobrando con esta factura?
- Sí.
- ¿Entonces cómo me dice que no está lucrando?
- De algo debo vivir.
- ¡Eso no es excusa para la extorsión!
- Mire, si no le gusta puede irse a vivir a otro lado.
- ¿Y abandonar mi casa?
- De todas formas nos quedaremos con su casa si no nos paga. Así que si está disconforme puede dar su casa por perdida directamente.
- ¡Ustedes son una banda de ladrones, mafiosos y esclavistas!
- Usted no tiene autoridad moral para acusar a nadie de ladrón, ya que ha demostrado ser un codicioso que espera aprovecharse de los beneficios de las nuevas calles que estamos construyendo sin pagar por ello.
- ¿Ah, ahora resulta que el codicioso soy yo por no querer pagar por algo que no pedí? ¿Y qué hay de ustedes, que cobran sus salarios del dinero que me piensan quitar por la fuerza? Imagino que ese comité también cobrará de mi dinero, ¿no es así?
- Si, y de hecho cobran un salario bastante alto. Pero nadie aquí es codicioso. Nadie hace esto por la ganancia sino para poder vivir y por el bien de la sociedad.
- ¿Acaba de decir que el comité cobra un salario bastante alto, pero que no lo hacen por la ganancia?
- Claro que no. Ellos no tienen intereses egoístas. Ellos hacen todo esto por el bien de la sociedad. Por eso es justo que cobren unos sueldos altos. Además, al cobrar estos sueldos se evita que puedan tener intereses de lucro.
- Todo esto que me está diciendo no tiene el más mínimo sentido. ¡Es algo inaudito! ¡No es posible algo así dentro de un Estado de derecho!
- No, usted no entiende. Yo vengo de parte del Estado.
- ¡Pero hombre, lo hubiera dicho desde un principio! Tome, aquí está mi dinero.
- Muchas gracias.
- No, gracias a usted.

Gabriel A. Tarsetti


Samudio Van Korg Ramírez y la Doncella Bettina (una historia de amor, pasión y muerte al estilo del Romanticismo)

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Samudio Van Korg Ramírez vivía de rentas y hace años, dedicaba su vida a un refinado arte de su creación, el cual, en los últimos días de existencia intentó reivindicar y volver una de las “bellas artes”, sin que las necias academias lo reconocieran como tal. Samudio, se dirigiera a dónde se dirigiera, asistiera dónde asistiera o incluso, caminando para hacer las compras (por ejemplo, al supermercado La Clave, cito en Propios y Pantaleón Arti-gas), acechaba a toda mujer con ropa llamativa y fuera de lo común. Luego de esto, aplicando unas refinadísimas técnicas de seducción y conquista, aprendidas en el Sur de la India y en libros acerca de Atila el Huno, lograba obtener una noche de sexo casual con la mujer en cuestión, no revelándole nunca su verdadera identidad y utilizando nombres y profesiones falsas como “Edmundo Rivero, productor musical”, “Sancho Bermúdez, alcanzador oficial de pelotitas del Carrasco Lawn Tennis”, “Segismundo Schubert Gutiérrez, recolector de mariposas para la National Geographic”, “Mario Clever Galeanetti, escritor y artista plástico”; etc; Personalidades, las cuales adecuaba al tipo sociológico de la fémina a la que abordaba, con arreglo a fines de poder impresionarla, seducirla y acostarse con ella. Antes que nada, debemos aclarar (para que no se malinterprete la noble vocación de nuestro querido personaje), que el fin último de su accionar, no era el de acostarse con muchas mujeres, como lo haría cualquier vulgar hombre mediocre, para el cual el sexo es una de las metas más ansiadas en la vida y las mujeres y las relaciones sexuales, una especie de consumismo vacío y alienante que mueve casi todas sus acciones y al que se prestan fuera de todo cuestionamiento ético, como si se tratara de comprar celulares o hacer plata, sin saber incluso por qué y sólo por seguir lo inculcado por el medio (digamos, la mayoría de la gente). Samudio Van Korg Ramírez, utilizaba las noches de placer desenfrenado que podía concretar con bellas (y bien vestidas) mujeres, para luego de extenuarlas con unas refinadísimas técnicas de sexo tántrico aprendidas en el Sur de la India y en la revista “Cosmopolitan”, robarles la ropa y escaparse sin ser nunca más visto, por medio de unas refinadísimas técnicas aprendidas en el sur de la India y en el penal de Libertad (oxímoron). También vale aclarar, que la mayoría de las veces, esa misma ropa se la regalaba a su mujer para engrosar el cada vez más ecléctico, llamativo y refinadísimo ropero, cuando no se quedaba con algunas prendas para sí mismo, como por ejemplo un gorro con cara de perrito o unos porta ligas rosados y otras prendas de lencería, que usaba debajo de los pantalones, en la más secreta intimidad. Y finalmente, para aquellos lectores que opongan a nuestra cierta y bien intencionada historia un cuestionamiento moral del tipo: “sin ver la responsabilidad ética que significa escribir historias que puedan influenciar negativamente (sobre todo a las mentes más jóvenes) mostrando sin censurar éticamente cosas como el robo y la promiscuidad, publicaron esta aberrante narración de Samudio Van Korg Ramírez, destruyendo así los positivos cambios de idiosincracia logrados por Tinelli, todas las campañas derechohumanistoides del Estado robadas a la pedorrez demócrata yanki y el Plan Ceibal, tras largos años de ininterrumpido y esforzado trabajo”; también tenemos unas palabras que decirles a nuestro favor. Si bien desde tiempos inmemoriales -y sobre todo desde el advenimiento de la moral judeo-cristiana como dominante-, la mentira y el engaño han sido condenados, dando piedra libre a que cualquier estrategia encasillable en estos “males” como la actividad secreta de Samudio Van Korg Ramírez sea mal vista, es también cierto que desde varias filosofías, campos epistémicos e incluso lingüísticos, la condena maniquea de la mentira también ha sido cuestionada e incluso, se ha reivindicado dicha práctica milenaria y connatural a la especie humana. Sin irnos demasiado lejos de los hechos a referir, sólo rescatamos de dichos planteos algunos puntos. Por ejemplo, si bien -como decíamos- desde un punto de vista de la moral dominante, la mentira es un mal o incluso un “pecado”, debemos deconstruir el concepto de mentira y ver que desde un punto de vista metaético, la mentira no es más que un acto verbal y que sólo una de las posibles formas de abordarlo es el de equipararlo con el supuesto concepto de “verdad” fuera del hablante y que no es nada más y nada menos, que una verdad también incontrastable, un constructo idiomático más y que ni siquiera existe para quien es engañado, ya que éste al creer la mentira, la cree como verdad y por tanto sería falso, decir que la verdad es única e indiscutible. Cabe aclarar que el concepto mayoritario de lo que es la “verdad” y que es la vara con que se mide y condena la mentira fuera de su esencia de acto de habla y en contraste con el antes mencionado concepto de “verdad”, es la más de las veces, también un acuerdo social (diría Nietzsche “la verdad es una mentira aceptada socialmente”), más si consideramos que todo acto de habla y las categorías de pensamiento humano que derivan de éstos, son nada más que metáforas que no designan la cosa en sí más que por desplazamientos semánticos. De esta manera antes de condenar la mentira, así deconstruída, debemos preguntarnos ¿mentira para quién? Muchas veces la mentira es una profunda convicción del mismo hablante, que va transformando su pensamiento a la vez que transforma o adapta el referente del que habla en sus propios pensamientos, como forma de aprehensión epistémica y también como forma de autonarración vital. Otras veces, el hablante acude a la mentira sabiendo que hay un “doblez” en cuanto a su propia percepción del referente pero con una intención pragmática (¿Quién no dijo ignorar la hora a un pastero en la calle para no sacar el puto celular?) Y en este caso, corresponde al propio pragmatismo establecer los límites de no violación de las “verdades del mundo físico”(que el hablante no se mienta a sí mismo sobre la verdad de volar desde un décimo piso) y ahora sí, a la ética y a la moral, analizar si los resultados pragmáticos de la “mentira” pueden llegar a ser nocivos para segundos o terceros, lo cual tampoco implica que tenga en sí una capacidad de censura o punitiva. Y finalmente ¿qué podrían decir nuestros detractores acerca de los abundantes ejercicios socialmente aceptados de mentira a la que se le da credibilidad momentánea o incluso prolongada, como por ejemplo, las ficciones artísticas, la publicidad o el discurso político? Ahora ¿podemos condenar a Samudio Van Korg Ramírez solamente por mentir, seducir, engañar, mantener relaciones sexuales interesadas y robar a bellas y bien vestidas mujeres, aparte de serle infiel a su mujer? El lector imaginará que nuestra narración versará acerca de distintas peripecias relacionadas con el diario accionar de Samudio Van Korg Ramírez, una secuencia de micronarraciones encadenadas o no causalmente, llenas de erotismo, picardía, procacidad sexual y este tipo de condimentos. Pero no. Resulta que Samudio Van Korg Ramírez, llevaba años -como dijimos-, practicando esta noble y no reconocida bella arte, cuando caminando por Ocho de Octubre y Santa Lucía, sintió clavada en él la insistente mirada de una chica. No demasiado atento a lograr una nueva conquista que le facilitara prendas de vestir, ya que parcialmente en su accionar aplicaba refinadísimas técnicas de no accionar y desprendimiento aprendidas del Budismo Zen y en el Sur de Boulevard y Colorado, observó a una mujer de unos 28 años, aunque bastante arruinada, con cara de psicótica, histérica, mediocre y frustrada pero que de seguro le echaría la culpa de todos sus males a la sociedad, la maldad de las personas que no cuadraban en sus exigencias psicóticas, las serruchadas de piso de las personas que eran más vivas que ella en criticar y armar chusmeríos con todo el mundo, el capitalismo al que detestaba pero alimentaba consumiendo cigarrillos, Coca-cola y una larga lista de productos de origen multinacional y no demasiado artesanales, la derecha y el machismo de los amores de su vida, que cambiaban cada semana luego de que se enamoraba de ellos por mensaje de texto y facebook y después de cogérsela como una puta borracha fumaporro y merquera en los bailes de fin de semana, dejaban de contestarle cuando les hacía una escena de telenovela o se indignaba porque la trataban de cualquiera, invitándola a formar un trío con el “Manguera” Ferrerira. Tenía una hermosa cara algo angulosa (por no decir cuadrada), con un atractivo color de piel pucho escupido adentro de un vaso, un pelo grasiento y chuzo sumamente estirado para que no se le notaran los genes africanos en su ondulación, una ropa de mierda comprada en una expo de Dieciocho de Julio para que pareciera que estaba divina, tan apretada que dejaba notar a ojos vista sus rollos sumamente atractivos para el ideal de mujer con sobrepeso del Renacimiento y un pin en la mochila que decía “Comisión Pro Derechos Humanos”. También en su cara de general desquiciamiento, se notaba un 25 por ciento de deterioro generado por la lucha ética y moral consigo misma cada tarde, al empezar a joder a sus compañeros de oficina pública -que sí trabajaban- con horas de quejas del tipo “¡Ay tengo, hambre quiero comer bizcochos pero estoy gorda! ¡No voy a comer bizcochos, mirá la panza que tengo, tengo que salir a caminarr... ¡Ay! ¡Pero decime algo! ¿y si me como uno o dos no más?” que luego amenizaba, yendo a comprarse y comiéndose como un kilo de bizcochos, luego de lo cual comenzaba el cuestionamiento filosófico que sigue: “¡Ay, mirá como me quedó la panza! ¡Estoy re gorda! ¡Ahora me siento culpable! ¡Ah! ¡Estúpido! ¡Te estoy hablando! ¡Decime algo! ¿No ves que estoy mal? ¡Consolame! ¡Los hombres son todos iguales! ¡No les importa nada!” Lo cual no le dejaba tiempo para hacer su trabajo (lo poco que hacía lo hacía mal y lo tenían que arreglar los demás, mientras ella los puteaba, porque ella no había hecho nada mal y no tenía por qué arreglar nada), el cual (como dijimos (unos sintagmas antes)) tenían que hacer los demás, mientras ella les exigía atención a sus charlas filosóficas y requerimientos de consuelo ante la tragedia de su vida amorosa y bizcochal. Aparte de esto, para más información, se llamaba Bettina, aunque no podemos dar su apellido, porque no la conocemos ni trabajamos con ella. Samudio Van Korg Ramírez, iba a desviar su mirada de la de la hermosa mujer y seguir caminando sin más, cuando de pronto, se encontró con una cascada voz histérica que le decía: “¡Vos sos igual que todos los hombres, miran a las mujeres sólo como si fueran un cacho de carne! ¡Qué! ¿Cómo no soy rubia de ojos celestes y flaca y alta ni me mirás, claro! ¡Ja! Total, ni que fueran Miss Universo esas que mirás vos, de seguro te debe gustar la jovencita rubiecita esa, que es una putita y una tarada... ¡Claro, porque con que estén buenas ya está! ¡Después se tiene que fumar a cualquier histérica...” Nuestro querido Don Juan posmoderno, iba a intentar replicarle a la Señorita Bettina que no la conocía y por lo tanto, no era del todo habitual ni deseable siquiera que lo abordase de esa manera para tener una conversación y menos aún, cuando esa conversación era básicamente un reproche, censura o algo así, además de que no sabía a qué rubiecita putita se refería y de que cómo él manejase sus gustos en cuanto a mujeres era un asunto completamente privado, en el que ella no tenía por qué inmiscuirse. Pero no pudo. Sus palabras eran ahogadas por torturantes chillidos de la joven, mientras toda la gente se paraba a mirar a Samudio, como si fuera un golpeador o algo así. Bettina, comenzó a recriminarle si no la iba a consolar porque el fin de semana había perdido su cuadro y a decirle que tenía que ir con ella al bar a ver el partido de no sé qué y que el sábado tocaba Buitres ¡Sos un mal amigo! ¡Nunca me podés acompañar a ningún lado! ¡Nunca tenés tiempo para mí! ¿No se puede quedar sola tu mujer para que tengas una insustancial charla en un bar conmigo, cuando estás cansado de trabajar, tenés que ir a atender tu vida (vos sí tenés) y ni si quiera te dejo hablar o escucho lo que me decís? ¡Está buenísimo Buitres, lo que pasa es que vos siempre querés hacer lo contrario a la sociedad pero ya es una estupidez que escuches esa música sólo para hacerte el raro! ¡Y un asadito de vez en cuando te comerás, porque no podés vivir sin comer carne! ¡Qué! ¿No vas a comer fiambre? ¡Si el fiambre no es carne! ¿Qué? ¿Y pescado tampoco comés? ¡Haceme el favor! ¿Cómo va a ser carne? ¡Si los pescados no tienen sistema nervioso! ¡aparte no votar es como votar a los colorados o a los Blancos porque el Frente habrá hecho pila de cosas mal pero de última es lo mejor que hay!¡Ay! No sabés lo que me pasó! El fin de semana me enganché a un pibe ahí en el baile y se me rompió el preservativo! ¡TARADOOO! ¡Pero mirá si voy médico y me dice que tengo Sida! ¿Por qué? La pastilla la tomé cinco días después ¡Ay! ¡No! ¡No ves! ¡Sos un sorete! ¿Cómo me vas a decir eso? ¡Yo cómo iba a saber que tenía que tomarla en seguida! ¿Y que tiene que ver que se llame del día después? ¿Qué? ¿Tengo que saber todo? ¡Pero consolame, no me digas que utilice la razón y me haga un control de V.I.H! ¡Mirá si voy al médico y me dice que tengo Sida! ¿y si me hago un test tirando una moneda funcionará? Necesito saber si tengo Sida, no quiero ir al médico, decime a otro lado que pueda ir. ¿Pero por qué te vas a ir? ¡Recién son las 3 a.m! Y bueno, mañana llegás tarde o pedís el día...¡¡¡¡¡Sos un idiota!!!!!! ¡¡¡AAAAAAAAAAAAhhhxhhhhhhhhhhhhhhhhhHHJJjjjjJKKlrsg!!! Samudio Van Korg Ramírez, al ver que unos policías se paraban frente a él y comenzaban a mirarlo dijo algo como “¡Vamos a tomar unas a un bar y comemos unas pizzas, mientras miramos el partido!” y siendo perseguido por la joven y exuberante Betina, que ahora le decía “Ay yo te adoro sos mi mejor compañero ¡Haceme el aguante hasta las tres de la mañana, que no joda tu mujer tu casa y tu vida, así me hacés el aguante hasta la hora del baile, no seas sorete!” y cosas así; entróla a una pizzería en la esquina de dieciocho de Julio y Gregorio Sanabria. La joven, que luego de unos minutos de haberle dicho que el pescado no tenía sistema nervioso, le explicaba que ella no entendía la gente que comía carne, que sufría viendo animales abandonados y quería ir a ayudar a un refugio (al que él también tendría que ir), mientras pedía una pizza con jamón, estuvo muy ocupada sobre todo después de la decimoquinta cerveza, contándole estupideces garrafales, como para escuchar que veintidós veces, a la pregunta acerca de quién era y qué hacía, Samudio Van Korg Ramírez le contestaba : Soy Samudio Van Korg Ramírez, estoy casado, vivo de rentas y practico una bella arte de mi creación (aún no reconocida como tal por la academia), que consiste en seducir bellas y bien vestidas mujeres, acostarme con ellas y robarles la ropa y aparte de que soy un amoral que no te sirve para nada como persona, no me interesás en nada, ni eróticamente , ni como amiga, ni en nada. Te deprecio, no esperes nada de mí y dejame ir, perdés tu tiempo.” Esto provocó, que antes de irse de la mejor cita que tuvo en su vida, Bettina (que ya estaba pensando en contarles a sus compañeros de oficina que había conocido un flaco que re encaraba y que esta vez iba en serio y se habían quedado los dos re copados), le pidiera su número de teléfono y lo agendara como Silomón Tolomeo. Vale aclarar, que Samudio Van Korg Ramírez intentó no darle el número y también mentírselo pero no pudo hacerlo, porque Bettina comenzó a armar un kilombo monstruoso por el hecho en el medio del bar y también lo llamó en el acto, para ver si le daba minutos gratis. Samudio Van Korg Ramírez, huyó como una exhalación a su domicilio, donde por primera vez encontró a su mujer esperándolo al borde del llanto sentada en la cama y comiendo helado: - Llegaste temprano... -dijo su mujer con un tono que no se sabía si era pregunta afirmación o eufemismo de “¿Por qué llegaste temprano?” -Sí. -contestó Samudio Van Korg Ramírez, ya que no le pareció adecuado contestarle 1) “No” 2) “No, lo que pasa es que estaba en la otra franja horaria y pensé que ya eran las diez de la mañana” 3) “¿Qué te parece?” 4) “¿No me digas, en serio? 5) “Lo esencial es invisible a los ojos” o 6) Cuando estudiamos las dinámicas caóticas encontramos que existe una gran dependencia de las condiciones iniciales. Más aún, una característica de las órbitas caóticas vecinas es que su separación está dada en promedio por una función exponencial (no necesariamente una función exponencial exacta). Es por esto que en la práctica se hace imposible predecir el comportamiento futuro de una solución caótica. Esto se encuentra en contraste con el comportamiento de una órbita cercana a un punto fijo o a una solución periódica. Su mujer (cuyo nombre era Debora Meltrozo), estalló en una crisis de nervios, llanto y anonadamiento ante tan lógica respuesta y comenzó a reprocharle: - ¡Llegás temprano de tu trabajo, casi seis horas antes y sin traerme ropa, de otra mujer, pelos y perfume de tus compañeras de trabajo y no entrás discretamente y sin hacer ruido! ¡No tenés pelos en la ropa! ¡Yo sabía! ¡Me estás engañando con una pelada! Por eso... ¡Por eso siempre decís no hay dos sin tres! Yo sabía: siempre te revisaba tu celular y nunca encontraba nada raro, eso demuestra que te comunicás telepáticamente con tu amante... ¡¡¡¡¡¡¡Me estás engañando!!!!!!! Etc., etc., etc. Samudio Van Korg Ramírez, que se empezaba a sentir un personaje de “Pará bola”, intentó mentirle pero lamentablemente sólo le salía cuando sí la engañaba. Al mismo tiempo, en su celular empezó a sonar insistentemente una llamada de la doncella Bettina. Dada la presión y los gritos de su mujer hubo de atender el llamado de la doncella con el altavoz puesto, donde la joven lloraba y le reprochaba que no la había llamado en toda la hora y que ella estaba sola en la casa y él en vez de decirle para ir con ella, había preferido irse a bailar con sus amigos y le decía todo esto con llantitos entrecortados y luego gritos de asesina en serie, repitiendo cada dos segundos el nombre “Silomón Tolomeo”. Nuestro héroe (al cual a partir de ahora llamaremos S.V.K.R, para abreviar tan largo nombre), con mucha paciencia le explicó a la hermosa Bettina que era imposible que él le propusiera acompañarla a su casa, ya que ella nunca le había informado que estuviera sola en la misma y que además, de haberlo hecho, él le hubiera dicho que no, ya que estaba casado, no le interesaba para nada y además se llamaba S.V.K.R. (o sea, Samudio Van Korg Ramírez). La joven y hermosa doncella Bettina (o sea, la J.H.D.B), no podía afrontar tanto dolor y desengaño, tanta traición y mentira de parte de un hombre que la había amado tan tiernamente y le había sembrado tantas esperanzas y secreción de flujo. Entre llantos lastimosos e histéricos (sobre todo histéricos), le reprochó las ilusiones que le había generado no diciéndole nunca que estaba casado, haciéndole tener esperanzas invitándola al bar y conversando con ella de temas profundos e interesantes y haberle dicho que se llamaba Benito Camela. S.V.K.R., decidió entonces contarle a su mujer toda la verdad, tanto de su bella arte, como del encuentro con la doncella Bettina, que consistió en el único día de su vida de casados en que no la había engañado, ante lo cual, su mujer, comenzó a llorar y a pedirle por favor que ya no le mintiera, mientras llamaba a su madre para irse a pasar unos días en su casa. Sería ocioso narrar los pormenores de esa noche para S.V.K.R. (Samudio Van Korg Ramírez) pero como el lector imaginará, los resultados previsibles corroboraron la probabilidad estadística de un 99,9 por ciento de que: 1) su mujer (D.M.) lo abandonó luego de un largo y tortuoso divorcio, con todo tipo de idas y venidas, reproches, histerias, intervención de familiares y amigos con los que defenestro a su ex marido (S.V.K.R, o sea Samudio Van Korg Ramírez), aparte de que embargó la mitad de sus bienes y se hizo pasar una pensión, no sólo por ella si no por los hijos imaginarios que habían proyectado tener en el futuro hasta que estos tuviesen dieciocho años de imaginados. 2) La doncella Betttina (D.B.) no cesó de acosarlo por celular, redes sociales, pesquisas policiales y persecuciones callejeras, hasta que S.V.K.R. (Samudio Van Korg Ramírez), acudió a una cita en un bar que está re bueno y pasan el partido en terrible plasma ,porque las mujeres también miramos futbol, claro, si fuera un hombre irías conmigo, donde luego de continuar por horas y horas una absurda discusión en la que S.V.K.R. (Samudio Van Korg Ramírez) intentó razonar infructuosamente, fue perdonado por la D.B. (doncella Bettina), cuando esta lo llamó llorando y diciéndole que lo amaba y había estado muy mal, cinco minutos después de irse del bar donde discutieran, instándolo a ir inmediatamente a otro bar a reconciliarse. Nuestro personaje (o sea, N. P. (también conocido como S.V.K.R. (Samudio Van Korg Ramírez))), mientras duraba este “período de cambios y crisis pero que luego nos llevan a ver una vida nueva y comprender nuestras nuevas posibilidades como seres humanos en armonía con el cosmos” (también conocido como “p.c.c.p.l..ll.v.v.n.c.n.n.p.c.s.h.a.c.”), llegó a un récord de abstinencia de dos semanas sin practicar su bella arte no reconocida por la academia, ya que cada vez que estaba a punto de seducir, acostarse y robarle la ropa a una bella y bien vestida mujer, para luego robarle la ropa (S.A.R.B.B.V.M.P.L.R.R), recibía una llamada de su ex-mujer (o sea su E.M, también conocida como D.M. (o sea, Debora Meltrozo)), los abogados (L.A., o sea, Los Angeles) o de su amada doncella Bettina (A.D.B). Mientras corría por las calles de Montevideo, San José y Empalme Olmos, intentaba atisbar alguna pendeja estúpida y putona del Centro de Diseño Industrial (C.D.I.) con ropa cara y sin cerebro (o sea, una P.E.P.C.D.I.(C.D.I.)R.C.S.C) o una profesora de Literatura aburguesada que se hacía la liberal y era una fakin macaquita del sistema, que se creía cool por presentar un Flash y analizar temas de cumbia y villera y se reía todo el tiempo de nada, denotando que estaba tapada de antidepresivos, también conocida como profesora de Literatura medio joven común y corriente (digamos en otras palabras, o en este caso en una sola y extensísima sigla, una P.L.A.H.L.F.M.S.C.C.P.F.A.T.C.V.R.T.T.N.D.E.T.A.T.C.C.P.L.M.J.C.C.), con las manos temblando por el mono (M.), los testículos hinchados por la acumulación de semen (T.H.A.S.) y la psiquis destruída por la tensión y la no concreción del robo consuetudinario (P.D.T.N.C.R.C.), intentaba esconderse en la U.T.E. (Usinas Teológicas del Estado) la O.S.E (Osos Sedentarios del Estado), ANTEL (Administración Nacional de Tujos Encargados del Latrocinio), FUCKVAM (Frígidas Uríes Caliginosas Kármicamente Veneradas Ante Meridiam) y CODICEN (Compañía De Otarios Dicharacheros Imbuídos de Constante Estado Nemofilíco), sin nunca conseguir lograr su tan ansiada S.A.R.B.B.V.M.P.L.R.R. ni evitar los llamados, quejas, reproches, citas y demás ni de su E.M (D.M), L.A. ni de su A.D.B. Finalmente, según el parte policial (P.P. (José)), N.P. (S.V.K.R.), que había accedido a alquilar un apartamento para vivir con su A.D.B, a pesar de que él no vivía allí y de que no paraba de explicarle que no la amaba, no era su pareja, ni quería casarse con ella, aparte de que no se llamaba Armando Fasos (A.F.), tuvo que acudir al mismo por una nueva presión de la misma de juntarse a tomar unas y conversar sobre su relación. Una vez en él, S.V.K.R. (N.P.), intentó explicarle nuevamente la realidad objetiva de su no relación a su A.D.B. pero esta, diciéndole que ella también ardía de deseos `por él y que quería que fuera el padre de sus hijos, comenzó prácticamente a violarlo, instancia tan asquerosa que ni a este humilde y osado narrador nos da para contarlo (y mire que hemos escrito asquerosidades de cualquier tipo (A.C.T) antes, eh). Samudio Van Korg Ramírez (N.P.), que ya estaba tolerando lo intolerable en las últimas semanas de su vida y que aparte, estaba con los terribles efectos de no consumir droga (en este caso, S.A.R.B.B.V.M.P.L.R.R.), no pudo sin embargo afrontar algo tan terrible como tener que acostarse con su A.D.B (A.A.D.B.). Escapándose de la joven, que estaba toda bañada por algún líquido viscoso desconocido, pensó en proponerle ir a comprar un kilo de bizcochos y ponerles preservativos antes de que se los comiera, para que así se le enredaran en el intestino y muriera pero le pareció que necesitaba un método de defensa más rápido. Bajo tanta presión, se le ocurrió que también podría matarla a pijazos, sólo por un segundo, ya que luego se dio cuenta que justamente estaba intentando evitar tener que penetrarla. Finalmente, no vio otra alternativa y procedió a suicidarla en un clásico caso de violencia doméstica, aunque después no se mató él como se acostumbra. La prensa dio a conocer los testimonios de varias personas en contra de N.P., oriental, divorciado de 39 años (O.D.39.A.), entre ellos, el de dos amigos gueys de la fallecida D.B (F.D.B.), Elber Gamasca y Rosamel Fierro Delgado, que adujeron que S.V.K.R era un intolerante, porque no toleraba lo intolerable y le decía mariquitas a los San Antonios en vez de coccinélidos. También atestiguaron Jesica Gazo y Elba Gallo, las cuales fueron víctimas de que el reo no se las levantara y cogiera en un baile, luego de haberlas sometido a acoso sexual laboral (en dónde el acusado no trabajaba), diciéndoles “Hola. ¿Cómo están?”, mientras hacía gestos de respiración con las narinas, se acercaba innecesariamente para darles la mano y luego les hizo comentarios sexuales como “¡Qué calor!¿Eh?” y finalmente, les mandaba mensajes de contenido sexual, habiéndoles enviado varios mails que decían por ejemplo “¿Ya está pronto mi trámite?”, en clara alusión a tener relaciones sexuales. La Doctora de la Policlínica de Sauce, también explicó que el mismo día que le dijo que no necesitaba un pase al psiquiatra, había advertídole a la F.D.B. que N.P. (S.V.K.R.) era violento, alcohólico y drogadicto, además de que la gente que estaba maquinando todo el tiempo (mientras decía esto, hacía extraños gestos con las manos y hacía un ruidito similar a “chic, chic, chic”), molestaba a la gente y que ella había tenido una paciente que al final el marido la mató y se suicidó de tanto que lo molestaba. Aunque S.V.K.R (N.P.), argumentó legítima defensa (no se le concedió por no haber proporcionalidad entre las armas, ya que al ser atacado con una vagina, a lo sumo se podría haber defendido con otra vagina, ya que un pene, por ej., era un objeto ya más punzante), finalmente, la jueza de cuatrigésimo octavo turno vespertino, Blanca Mercapide, sentenció a S.V.K.R. a cadena perpetua de por vida, evitando así que lo lincharan al quedar en Libertad, por lo cual lo mandó a Santiago Vázquez. Durante su presidio, N.P. compartió su celda con Tomas Orines Della Fuente, Tomas Aboreala y Venite Arqueando y Caminame En Puntitas De Pie Por Todo El Tronco Della Pija, en quien encontró tres fervorosos compañeros en su lucha por volver una bella arte el S.A.R.B.B.V.M.P.L.R.R., arte que al fin la academia reconoció como tal después de que le dieron premios al mejor guionista de cómics a Santullo y el Grammy al Cuarteto De Nos. Y la justicia reinó en La Tierra (L.J.R.L.T.)

El ectoplasmático mundo de Clive Barker

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como nadie le daba bola al blog hicimos un facebook, ahora cmo nadie le da bola tampoco al facebook, hacemos las publicacioes combinadas, asi es mas complicado y nos dan menos bola, que es la unica forma en que nos reconozcan luego de muertos. acá va el texto del articulo y en facebook las imagenes jjajajajajaj imagenes en https://www.facebook.com/media/set/?set=a.720773624639991.1073741834.613695428681145&type=3 EL ECTOPLASMÁTICO MUNDO DE CLIVE bARKER El hijo de mil putas de Clive Barker fue mal parido por la argolluda de su madre un nefasto y glorioso 25 de octubre de 1952 en Liverpool, Inglaterra, cuna también de los payasos mediáticos de los Beatles. Lo nefasto de ese día se limita a ser que cuando mediocres que tienen que sobrevivir a duras penas de cualquier cosa, porque con el arte sólo pierden pata y ganan enemigos, como yo (que héroe romántico incomprendido que soy), conocen la historia de este señor, se sienten frustrados y olvidados por los dioses. Lo glorioso es que dicho día comenzó la existencia de una persona que ha logrado una alta calidad y un estilo personal en tan diversas artes como diversos son los estilos que utiliza y las diversas maneras que encuentra para trasmitir un mensaje perturbador y profundo a la vez. Escritor, pintor, performer, creador de juguetes perversos para adultos y de videojuegos, guionista e ilustrador de cómics, así como es director, guionista, decorador y a veces actor de cameo en películas propias y ajenas, el culón de mierda de Barker fusiona en una fantasía oscura y exquisita sus estudios de filosofía, la influencia del terror cósmico de Lovecraft y sus experiencias vitales (hay mucho de su homosexualidad en su obra) y consigue crear adicción en miles de fans que siguen su obra alrededor de toda la faz del mundo y; quizás debajo de la misma también. Es muy difícil estudiar por separado sus distintos abordajes artísticos, que se influencian y superponen unos a otros, pero para no hacer harto bardo, vamos a intentar ver el árbol y el bosque al mismo tiempo, aunque éste se encuentre lleno de figuras siniestras y acechantes. Artes plásticas como seres ectoplasmáticos: Como el buen amigo Gigger, Barker tiene un estilo sumamente único y también variable. Como dicho suizo, también ha sido poco reconocido o mal clasificado por la academia (más aún que Gigger) y como a éste, le importó una mierda fosilizada de ser del espacio exterior convertida en meteorito que luego destruye la ciudad de Arkham, y siguió haciendo lo que su conciencia artística le dictaba. Como verán en los cuadros reproducidos, sus técnicas principales son la acuarela y la tinta, aunque a veces hace óleos también. Las temáticas de sus cuadros muchas veces están vinculadas a la parafernalia de seres y mundos extraños que pueblan sus libros, películas y videojuegos. Su estilo se caracteriza por una expresividad exaltada, lograda a través de las líneas cuidadamente descuidadas y de cierto dejo expresionista (real y no inventado por otros como en Gigger), con algunas influencias del surrealismo en la utilización de imágenes dobles, delirantes e irreales y con una gran carga de humor, que no impide luego lo terrorífico, choqueante o directamente repulsivo. La mayoría de sus criaturas han pasado por el lienzo antes de ser filmadas, escritas, pixeladas o hechas molde. No obstante, el desagraciado no se conformó con ello y siendo fanático del comic, se dio el gusto de sacar su propio superhéroe en Marvel Comics, “Ectokid” y otra cantidad más de historietas, como ilustrador de salados como Larry Wachowski (uno de los que después haría el film Matrix, plagiando impunemente el anime Gosth in the shield entre otros). También llevó algunas de sus novelas y películas al comic, dedicándole una serie entera de viñetas, obviamente a su personaje preferido, “Pinhead”. La letra con sangre… se nutre: Quizás uno de los perfiles menos conocidos de Barker es el de su carrera como escritor. Considerado muchas veces como un escritorsucho de terror barato, su obra extensísima fue calificada por él mismo de “Dark Fantasy” y es una muy buena metarreflexión sobre su literatura, porque de alguna manera excede el terror best selleresco que hace décadas pudre las librerías y justifica a los zapallos que califican el estilo como algo menor, olvidándose de los grandes escritores que lo practicaron a través de los tiempos. En sus novelas y cuentos, nos encontramos no sólo con seres monstruosos, maldiciones y rituales de sangre, si no que detrás de cada argumento se esconde una profunda crítica y reflexión acerca de la condición humana y sobrehumana, donde temas como el poder de la sexualidad, la locura y la defensa de lo anormal como algo más puro que lo bien visto por el hombre, aparecen recurrentemente. Sin embargo, quizás el tema en Barker es el de la existencia de mundos paralelos al nuestro, o muy cercanos al nuestro y desconocidos, la reiterada sugerencia de que el humano desconoce mucho más de lo que cree y de que a cada instante está observado y acechado por criaturas no siempre santas, que pueden tentarlo a través de aquello no del todo santo que vive en cada uno de nosotros. En este sentido, si bien la tónica de su narrativa puede ser de terror (es evidente la influencia de Lovecraft aggiornada por Clive), muchas veces llega casi a lo tolkienesco, en la creación de detalladísimos y vívidos mundos fantásticos y desconocidos, con geografía, genealogías, dioses, flora, fauna y habitantes propios. Al leer la primera colección de relatos de Clive “Libros de sangre”, Stephen King dijo que Barker era el futuro de la literatura fantástica, pero nadie le dio bola. Entre sus novelas más conocidas se encuentran “Cabal” (comentada en Culturra numero 1, primera publicación, ya fuera de circulación y de culto, de proto-piñazo e frente), “The Hellbound heart”, “El juego maldito” y su proyecto de quinteto de novelas “Abarat”. Sus libros son lindos porque también tienen dibujitos que él les hace especialmente como cuando los hippies hacen dibujitos en el borde del cuaderno. Matinée con Pinhead: Cuando tenía siete años vi por primera vez en “Viernes trece” el film “Hellraiser” (así quedé) y si bien no entendí un pomo del argumento, una serie de imágenes que me fascinaron quedaron grabadas en mi mente, hasta que volví a verla de más grande y me di cuenta de que las recordaba en forma exacta: cadenas y ganchos despellejando a quién jugaba con lo que a mi me parecía un cubo rubbic medio egipcio, luces y fuegos de ultratumba contrastando con fondos lóbregos, imágenes pesadillescas con un colorido atrayente y morboso al mismo tiempo y seres de fuera de este mundo que por más que intenté no encontré ni debajo de la cama ni adentro del ropero. Mi experiencia no fue algo anormal (un sicólogo no diría lo mismo), ya que la principal característica de las películas de Barker, es tomar de su carrera como artista plástico una fuerza visual que a la vez que impacta se fija en la memoria, reactivando imágenes del sueño (o pesadilla) colectivo, de la infancia personal y de la especie humana. Así, nuestro querido héroe como director, le devuelve al cine un hecho constitutivo de este arte, que sin embargo la comercialización norteamericana le arrancó y sustituyo por diálogos para tontos, tetas y bandas sonoras con estrellitas de quince minutos: la capacidad de que la imagen trasmita por sí misma. Esto se puede apreciar en su mayor magnitud en sus dos primeros filmes experimentales, que estuvieron perdidos mucho tiempo y ahora la BBC relanzó con una cantidad de introducciones y boludeces al pedo. Estos son “Salomé” y “The forbidden”. Cine mudo y en blanco y negro, solamente basado en imágenes que toman del expresionismo y del surrealismo buñuelesco muchos elementos y le agrega un toque de crueldad y terror aún mayor y obviamente algo de estética de “cuadros en movimiento”. Hechas con dos pesos y luego de que Barker y sus amigos se encajaron un ácido, visualmente son perfectas y “the forbidden” tiene una escena de deshollamiento tan realista que Barker fue acusado de haber filmado uno real y detenido para averiguaciones. De su trabajo literario, Barker toma sus argumentos casi siempre. Basando en su novela “The Hellbound heart” el film antes mencionado “Hellraiser”, que lo catapultó a la fama y tuvo unas cuantas secuelas no siempre muy buenas, Barker ya demostró otra de las características principales de su faceta artística más conocida: la pérdida de calidad argumental y temática con respecto a los textos en que basa sus films, que a veces suele ser muuuy acentuada. No obstante, repetimos que su calidad visual es increíble y que en cada nuevo film tiene la inteligencia de rodearse de quienes más puedan acentuar sus virtudes personales, como en el caso del diseño de los demonios. El puto fue contratado para sacar una adaptación de los primeros tomos de su serie “Arabat” con la Disney, pero obviamente por diferencias creativas con la compañía abandonó el proyecto. Oí que iba a hacer una película basada en su línea de juguetes “Tortured souls”, pero no sé que pasó al final. Otras de sus películas son “Nigthbreed” (Hijos de la noche), basada en su novela “Cabal” y “El señor de las ilusiones”, además de “Libros de sangre”. Otras parafernalias del submundo: No contento con todo esto, Barker dejó aún que su creatividad se siguiera expresando y para peor, consigue quien le pague suficiente por ello, como para vivir cómodamente. Entre otros pires ha hecho compilados de música que sólo por el hecho de tener su nombre se vendieron a cara de perro monstruoso, en los que se puede escuchar entre las preferencias barkerianas, obviamente algunos tracks de sus bandas sonoras por lo general compuestas por Danny Elfman, junto con Fred Astaire, Judy Gardland, el tema de “Dumbo” de Disney, la demente Diamanda Galas (quien se merece una criticaca musicacal) y artistas clásicos como Rachmaninov y Sibelius. Relacionado con la música también ha hecho portadas de discos, no muy vinculados a sus gustos musicales, como es el caso de los Tumor circus. Después, un día que estaba de mala suerte, vino Dreamworks y le dijo: “¿Che Clive no querés diseñarnos un videojuego?” y al tiempo estaba en la calle “Undying”. Barker se emocionó y al poco tiempo sacó también el escalofriante “Jericó” y ahora estaba trabajando en un juego relacionado con Frankestein, pero no sé si salió y ni me quiero enterar por mi propia salud mental. Para aquellos que crean que los juguetes y los juegos no son sólo para niños (como los integrantes de Piñazo e frente), el grandísimo creador de la virgen que lo alumbró, tiene una serie de muñecos hechos por MacFarlan y basados en su nouvelle “Tortured souls”. Y vaya a saber que más. No me extraña que el desgraciado dentro de poco sea contratado por Calvin Klein para hacer una línea de ropas con estructuras viscosas y elementos de sadomasoquismo o algo así.

Article 2

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Una historia de ciencia ficción


-¡A las tazas! ¡A las tazas del Real Madrid! ¡Cuando les hecha agua caliente la taza grita: “¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!!! ¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!!! ¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOL!!! ¡Vamos que se terminan, más que una oferta un verdadero regalo… Se las puedo dejar dos por diez o tres por veinte… Señora, la tacita de Real Madrid que le hecha agua caliente y grita: “¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!!! ¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!!! ¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOL!!!” Para regalar o regalarse, deleitan la tos, perfuman la sed y aplacan el paladar… ¡Cómprenme por favor, que me quiero ir!
-Pero… Discúlpeme joven… ¿No le parece que su oferta debería ampliarse? Digamos, pretende vender un lote de 250 tazas del Real Madrid, estando en Uruguay… ¡No pensó en Peñarol, Naacional? ¡Oh! ¡qué poca sensibilidad social tengo, es el lote que usted consiguió barato para poder alimentar a sus hijos y pagar la pensión…
-No, no… No se preocupe. Soy un caurentón desquiciado por hacer dinero de clase media tirando a alta. Eso sí, embargué el futuro de toda mi familia invirtiendo en investigación tecnológica, materiales y manod e obra en Corea del Sur para diseñar estas tazas, con el fin de…
-¡Oh! Entiendo… Usted es un visionario. Pero a un visionario, siempre le hace falta un socio capitalista. Yo podría introducir unas pequeñas mejoras en su producto. Por ejemplo: las ya mencionadas tazas de Peñarol y Nacional y otros cuadros locales según el lugar donde las vayamos a vender (además de las tazas de la selección con la voz de Kesman), tazas de artistas de Pop coreano, que al vertérseles el agua caliente gimen y tienen orgasmos insoportablemente agudos y similares al sufrimiento, aún  peores que cuando cantan, tazas del Frente Amplio que dan un discurso para simular que no hay una dictadura ya casi no latente y  no declarada y tazas de la oposición fallando en emular la estrategia que otrora utilizara el actual poder, etc. Todas ellas con wassap, internet, posmodernidad, facebbook, twitter, instagram, smart phone, google glass, control mental e invasion de la vida privada.
-¡Wow! ¡Me encanta!
-¿Bueno, lo invito a mi nave espacial armada, a tomar un té (en uno de esos inapropiados prototipos por los que no cobrará un céntimo) a disfrutar de placeres de la vida que sólo los de mi casta poseemos, mientras ustedes viven en la miseria creyéndose afortunados por comprarnos tecnología así muerde el anzuelo  y cerramos el trato?
-¡Hay que aprovechar las posibilidades de progresar materialmente! ¡Claro!
-¡Qué hombre tan razonable! ¡Así da gusto hacer negocios!
Próximamente en todos sus cines: “Upzwartho, el joven rebelde que se negaba a tener su taza parlante”.


Article 1

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Las aventuras de Gog y Magog, los gemelos primordiales capítulo I: Génesis
El señor Philip Nulty Gómez, se encontraba en su restorán favorito de raw food. Mientras masticaba lenta y distraídamente las hojas más altas de un secuoia, no paraba de pensar en su deuda con el banco hipotecario, su auto que ya estaba pasado de moda, lo bueno que estaría practicarle cunnilingus a la napolitana en pleno período menstrual a una joven pobre, sucia  y desnutrida de unos 12 años que siempre se cruzaba por la avenida de retorno a su domicilio y en como el aumento del tiempo de casados con su mujer la hacía cada vez más insulsa e insufrible, lo cual consistía en una función directamente proporcional. Esas y otras amargas ideas, de forma recurrente y continua, lo embargaban durante el día y la noche y no le dejaban acceder a los 14 minutos de sueño para que su biología lo tenía preparado. Ah, me olvidé de decirles que El señor Philip Nulty Gómez era una jirafa. Ya está.
 En eso estaba, cuando por entre las ramas que se movieron con un tímido murmullo, se encontró con la cabeza y parte del cuello de Greg Brastack López, el cual lo saludaba con alegría dicharachera y algo de resentimiento a la vez. Philip Nulty Gómez, que hace tiempo había cambiado de enfoque social con su amigo e incluso ya no le hablaba más que por compromiso cuando no tenía más remedio, lo saludó, no obstante con gran camaradería viril, preguntándose mentalmente que aguinaldo estarían pagando en la constru para que Greg Brastack López, mancillara con su falta de clase el restorán en que insólitamente coincidían. Más sin embargo, le sorprendió no encontrarlo acompañado de  su inseparable hermano gemelo, John Brown Pérez.
-Ah, es que John tuvo que volver a casa porque se olvidó de la cédula y no le dan el pasaje. ¡Nos vamos a ver a Airon Maiden a Argentina! ¡Bo, venite con nosotros, no sale tan caro, bo! Yo te vi por la ventana y entré a decirte, llegamos hoy de noche, vemos a la bestia y nos volvemos en el barco de la madrugada y ta… si pintan unas minas, nos da el tiempo; yo me compré unos condones de Peñarol y mi hermano unos de Unicef, con agujeros para la respiración del pene… mañana ya estás de vuelta pal laburo. ¡Dale!
Philip Nulty Gómez, pensó en que podría ponerle la excusa de una salida laboral  por razones de negocios a su mujer (que no aprobaba a sus mugrientos y degenerados amigos de  antes de casarse (A.C.)) y a sí mismo, la excusa de ir a ver a Airon Maiden, sin embargo, algo le daba miedo, ya que sabía que su mujer era telépata y podría descubrirlo. En caso de que la tecnología telepática de Ancel fallaba por causa del viento o quizá de los rayos cósmicos o ella estuviera muy distraída viendo Breaking Bad o neouruguayeando con sus amigas mientras tomaban cavernet suvignon en copones, estando en Buenos Aires, no cabía tampoco la posibilidad de que algún chusma de mierda de los que habitaban en su aldea lo pudiese delatar intentando introducírsela alguna morochita por la plata para la droga o yendo a un prostíbulo bonaerense, los cuales tenían mejor clase y minas. Sin embargo, algo le daba algo de desconfianza o temor y aún no se decidía, ya que en realidad, su profunda mente matemática le indicaba que las probabilidades negativas con respecto a su plan, eran bastante elevadas también y que dependían mayoritariamente de variables que él no podía controlar o predecir.
-¡Dale bo! Pasá por el cajero y nos vamos juntos, si precisás algo en casa hay ropa pa prestarte y eso…
-Es que no me bañé…
-¡Dale Philip! ¡Qué te pasa! ¡Vamoo a rockear como cuando éramos jóvenes, loco! ¿Qué pasó con el metal y la unidad?
Esta última puya de su camarada, le hizo ponerse en una autopresión psicológica de necesitar sentirse joven nuevamente haciendo todo tipo de estupideces, cosa que le pasaba seguido, lo cual sin embargo, disfrazó psicológicamente con algo como una añoranza de ver fragmentariamente a Bruce Dickinson androide y Steve Harris Zombie nuevamente interpretando sus temas por entre un mar de cabezas de cavernícolas reventándose entre ellos ya todos los demás, cagándose de calor y siendo reventado a palos, mientras olía los sobacos y genitales de la multitud pogueando.
-¡Dale! ¡Vamos para ahí!
-Avísale a tu mujer…
-¡Mi mujer que se maneje! ¡Aguante el metal!
Los dos tomaron decididamente el camino de cuatro cuadras hacia la casa de los gemelos y treinta y dos cervezas. Pero cuando iban a abrir la número treinta y cinco, algo terrible hizo que de golpe, Philip Nulty Gómez se atragantara con su propia risa.
-¡Hijo de puta! ¡¿Vos te pensás que no sé la contraseña de tu facebook mental! ¡Así que te vas a ir “a ver a Arion Maiden”, para en realidad después irte a  “Cachorras” ambiente climatizado o a “Abi y Sofi” promo 100 pesos, somos todas mayores sabemos lo que hacemos, no arrojar en vía pública?!
Greg Brastack López, se meó arriba y se puso más nervioso que nunca, intentando inventar una excusa que salvara a su amigo y también pensando que la mujer de este, podría saber telepáticamente que él y su hermano pensaban ir a “Shi y Noe” Completitas promo 70 pesos ambiente climatizado  y que podría decírselo a su madre, con quien aún vivían. Philip Nulty Gómez, agradeció en su fuero interno que en realidad su mujer leyera mal y no supiera que él en realidad pensaba ir a “Sabry Completita” ambiente climatizado 24 hrs. Promo 100 pesos o a “Cami y Naty” Solitas. Full time. Prohibido para menores de 18 años. Volante entregado en mano. No lo arroje en la vía pública-Ley 260, mientras comenzaba a correr de su mujer, quien enceguecida por la ira de estar llegando a los treinta, comenzó a perseguirlo con un cuchillo eléctrico para cortar pizza de última generación, que sólo les salió 864, 99 más I.V.A. pero ta, de última lo pusieron en la tarjeta y a parte sumaron puntos para cambiar por la mezcladora de té con azúcar digital con Usb y Wi-fi.
La carrera por la selva no dejaba tregua ni al perseguidor ni al perseguido. Ambos se movían como rayos rosados (ah, me olvidé de decirlo, eran jirafas rosadas), quebrando los jóvenes brotes de la frondosa vegetación, como si una información atávica e ineludible en sus genes los empujaran a ello, perseguir y ser perseguido. Intentar asesinar y huir para vivir.
Philip Nulty Gómez estaba a unos pocos metros de la meta, ya se veía la cosa esa de papel que hay que romper pa que las cámaras registren que la rompió uno antes que el otro y así dictaminen que ganó la carrera, aunque siempre queda la duda de si n fue la cosa de papel que corrió hasta el ganador mientras este estaba quieto. Ya veía la prensa y un tipo con una copa como un wáter y como haciéndole la paja a una botella de champaña que eyaculaba para todos lados y unas putonas con tetas como pan de a kilo y unas caras de putas que no podían más, medio saltariqueando con las tetas subiendo y bajando rítmicamente por un efecto relacionado con la gravedad. “¡Pa! A la  rubiecita esa le pongo yoka en la concha, se la lleno de leche y le chupo el culo hasta sacar yogurt Claldy ”, pensaba para sus adentros, apretando el paso para llegar a la meta.
No obstante,  casi ya con un pie atravesando el muro de  la embajada donde le darían asilo y protección diplomática, el otro pie se le enganchó con la puta raíz de la cantidad de baobabs, secuoias y esos árboles de mierda que dios se le había dado por plantar en abundancia en ese barrio, sólo pa que cuando Salgari no sabía que hacer en sus textos, algún boludo se enganchara el pie en una raíz salida pa afuera del suelo del puto árbol y le diera tiempo a pensar que hacía. “¡Van a ver! ¡Me voy a quejar a la Intendencia y a la comisión pro-derechos humanos! ¡Yo no los voto más!” se distrajo pensando, no sin percatar que su mujer lo tenía agarrado de las wampas y con el cuchillo eléctrico para cortar pizza de última generación, que sólo les salió 864, 99 más I.V.A. pero ta, de última lo pusieron en la tarjeta y a parte sumaron puntos para cambiar por la mezcladora de té con azúcar digital con Usb y Wi-fi, le cortaba los testículos, que salían volando por el aire y quedaban muy lejos, tirados y huérfanos, al costado de la Ruta 67, pasando un poquito el parque.
Ambos testículos estuvieron  inconscientes y doloridos por un momento. Luego, comenzaron a levantarse lentamente y a mirar la infinita Ruta 1, en dirección a los accesos al Cerro, pensando que aventuras les depararía el destino, no sabiendo a dónde ir y teniendo que moverse obligatoriamente, como era ley entre los testículos gemelos huérfanos.
-Che Gog ¿Esta mierda es la historia de nuestro génesis? –dijo Magog a su hermano.
-Y sí, boludo… ¿Qué querías, que Phill Collins y los demás se juntaran por plata y te dieran un recital en el fondo de tu casa mientras te comés un asado? ¡Pelotudo de mierda! ¡Entrá a caminar que tenemos que encontrar una heladera antes que se nos pudra la leche!

Fin

Proximamente: Las aventuras de Gog y Magog, los gemelos primordiales, capítulo II: Welcome to the jungle.



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Crítica literaria sobre Philip K. Dick , profeta de la Zen-cia Ficción por  Jorge "Pollito" Manco


Muchas personas, fans o no de la ciencia ficción, vieron El vengador del futuro, de Paul Verhoeven, con la actuación de Arnold Schwarzeneger, Informe minoritario de Steven Spielberg, con Brad Pitt, Next, con Nicolás Cage o Blade Runner de Ridely Scott, protagonizada por Harrison Ford. De seguro, una gran mayoría de ellas, ignora que sean adaptaciones de textos de Philip K. Dick y luego, de entre los que lo saben, sólo unos pocos profundizaron en su obra. Este es un fenómeno curioso. Tanto estas películas, como las quizás menos conocidas Una mirada a la oscuridad, Asesinos cibernéticos, y Departamento de ajuste entre otras, se basan en un autor casi desconocido por las grandes masas, paradójicamente generando productos masivos, así como en forma menos directa, los textos, vida e ideas del autor, fueron fuente de inspiración de Dark city, Waking Life, o Abre los ojos e incluso de un éxito de taquilla como Matrix. 
En cierto sentido, muchos textos de Dick, luego de limpiar más o menos sus barrocos elementos temático-argumentales, sus tintes metafísicos y también los psicóticos, sirven como plots sumamente originales y llenos de peripecias rápidas y continuas, como conviene al cine comercial de Ciencia ficción. La industria agrega efectos especiales, actores taquilleros, escenas de acción, finales felices y de esta manera, la obra literaria, sintetizada y de alguna manera, más tendiente a su universalización, cambia de lenguaje y se hace masiva.
Esto no es una guerra contra el cine, personalmente valoro positivamente la mayoría de estas películas y su calidad, depende en gran medida de cada una de las adaptaciones y también del discernimiento del espectador. Lo que es claro, es que en este proceso de vulgarización, hay que tener cuidado con la vulgaridad, intentando que no se desdibuje la fuente, porque a veces esto es complaciente con quien sea que le interese debilitar ciertos mensajes, hacerlos un comentario intelectualoide al pasar, un medio de mero entretenimiento, evasión, etc.


¿Esta toma de Blade Runner con casi 33 años de antigüedad les suena a algo?

Dick, nacido en el 28, comenzó su producción literaria de Ciencia ficción en los cincuenta, momento en que el subgénero, salvo pocos autores, se había convertido en la aplicación hasta el cansancio de una serie de clichés que hasta hoy son los que perviven en el imaginario colectivo de las masas, con el agregado de que en Estados Unidos, donde vivió nuestro autor, sus colegas se empecinaron en bombardear al mundo con miles de novelas de bajo costo y alta distribución, en que los robots y extraterrestres enemigos eran en el fondo no más que comunistas y la especulación de adelantos científicos no pasaba de proyectar en el futuro, tecnología que hoy nos resulta ridícula y anacrónica, apenas rozando su incidencia en el ser humano, más que nada siendo formas de asegurar una cierta fe positivista en el triunfo de un camino impuesto a todo el planeta. El mismo autor, no creía demasiado en la caracterización de la Ciencia ficción, como historias acerca del futuro o de ciertos avances tecnológicos. Para él, acercándose al carácter cuestionador de dogmas que tuvo en su inicio la ciencia y también la filosofía, la Ciencia ficción es: “…una forma artística rebelde y necesita escritores y lectores con actitudes erróneas, actitudes de ¿por qué? ¿Cómo? ¿Quién lo dice? …esto se sublima en temas …en mi literatura, tales como ¿Es real el universo?”
En dicha coyuntura, Dick es un suceso único. Presentar profundamente al autor, que más allá de su núcleo de seguidores no es aún tan conocido o valorado en el medio, sería muy largo, no intentarlo en lo posible, volvería estas palabras un lenguaje de iniciados. Sobre su biografía, en relación a su obra se podría escribir y se están escribiendo muchísimos volúmenes y no es para menos, ya que el autor parecía uno de sus mismos personajes: sumamente pobre y poco reconocido toda su vida, casado y divorciado cinco veces, obsesionado con la muerte de su hermana gemela poco después de nacer, con tendencias paranóicas, esquizoides y psicóticas, que lo llevaron a un intento de suicidio, adicto por más de diez años a las anfetaminas, experimentador del LSD, amigo de los jóvenes hippies, contraculturales, drogadictos y traficantes de Berkeley, perseguido por el F.B.I. y aparentemente contactado por la U.R.S.S. profundamente interesado por el cristianismo primitivo y la el gnosticismo, pero también por el pensamiento pre socrático, el hinduismo, la psicología Jungiana las ciencias de vanguardia de su época y mucho más. Para colmo, tuvo una experiencia mística bastante llamativa en el 74, que lo marcó hasta su muerte en el 82. Ya está.
De su obra en general, digamos que Dick desarrolla en menos de treinta años, cerca de 120 cuentos y cuarenta y cinco novelas donde –en su gran mayoría- realmente se crean universos, no siempre en el futuro, que a veces funcionan como dimensiones paralelas u ucronías, donde estados totalitarios y sistemas distópicos gozan del poder y alejan a la gente de la verdad, utilizando pseudorealidades impuestas y artilugios propios de la creatividad de la ciencia ficción, que con el paso del tiempo, siguen funcionando, ya que en el fondo, encarnan incluso simbólica o alegóricamente ideas a veces platónicas. En estos universos, los personajes sufren siempre las fuerzas entrópicas que resquebrajan lo concebido por realidad y en forma muy similar, cuando no directamente por medio de ascensos místicos, que ya no tienen imágenes medievales, si no tecnológicas, psicodélicas o espaciales, descubren que la realidad es una impostura, perciben otra u otras realidades que permanentemente son resquebrajadas y vuelven a ser cuestionadas, no habiendo una que permanezca definitivamente. En los desenlaces, nos queda como certeza sólo el tener que cuestionar la esencia de todo, de desconfiar del lenguaje, del poder, de las percepciones, de nuestros más preciados pensamientos y sistemas de ideas, de limpiar todo en busca de, en palabras del autor: “… el ser humano auténtico quien más importa, el organismo viable y elástico que puede rebotar, absorber y hacer frente a lo nuevo”, la búsqueda incesante de esa realidad que el autor definió como: “…aquello que no se esfuma cuando dejas de creer en ello”. 


Como docente no me gusta imponerle mi pensamiento a nadie y está más que claro, que ciertas corrientes de la crítica ya hace años, nos permiten proyectar cualquier cosa sobre los textos y convertir a Harry Potter en una metáfora de la crisis adolescente o ensalzar el valor contracultural de Corin Tellado. Sin embargo, para que nos hagamos una idea cabal de lo que puede ser Philip K. Dick, se me ocurrió llamarlo profeta, ya que como veremos, sus elucubraciones ficcionales, se asemejan muchísimo al mundo actual en forma cada vez más creciente, lo que lo hizo en cierta medida uno de los precursores de la corriente cyber punk. Pero no creo que sea cualquier tipo de profeta o un profeta a secas, si no que su obra, me recuerda al zen, que no le gustaba demasiado, al cual el mismo Dick satirizó en su cuento “Cadbury, el castor que fracasó”. Mal que le pese, su personaje alter ego de la novela Valis dice: “…quizá no comprenda lo fundamental. Tenemos aquí entre manos una paradoja zen. Lo que no tiene sentido es lo que más lo tiene. Estoy cometiendo un pecado de la mayor magnitud; incurro en la lógica bivalente aristotélica: «Una cosa es A o no-A». (El principio del tercero excluido.) Todo el mundo sabe que la lógica bivalente aristotélica ha ido a parar a la mierda.”; y cuando dice esto, describe perfectamente el esquema de sus obras y un poco la situación del lector, al que a veces no le alcanzan sus categorías de pensamiento para desentrañarlas. Obras, que a la manera de los koanes del budismo zen, plantean una paradoja en que el velo de aquello creído por realidad se quiebra y nos encontramos por medio de cuestionamientos muy complicados y a la vez sutiles, ante un abanico de posibles realidades explicativas, sin poder decidirnos por ninguna; o como aparentemente dijo el mismo Buda, miramos la montaña para darnos cuenta de que no es para nada una montaña y cuando volvemos a ver lo que no es montaña, vemos una montaña nueva.
Tomo como ejemplo su novela “Los tres estigmas de Palmer Eldritch” de 1965, nuestro planeta se hizo casi inhabitable por el calentamiento global, exceptuando la Antártida, por lo que la omnipotente O.N.U., coloniza todo el sistema solar y obliga a los ciudadanos a emigrar a estas colonias, sobre todo al árido Marte, donde la vida no ofrece el más mínimo interés o aliciente. Es por esto, que la O.N.U. por medio de la empresa equipos P.P., distribuye la droga, el Can-di, única motivación para vivir entre los colonos, por supuesto, de manera ilegal, curiosamente, sólo asumiendo la distribución legal de los sets de muñecas Perky Patt junto a su novio Walt y un sinfín de accesorios, que justamente, sirven a los consumidores de Can-Di para trasportarse al mundo idílico y cincuentero de estos personajes, como si fuese un mundo real. Las empresas que gobiernan casi a la par de la O.N.U., como en “Ubik” y otros textos del autor, cuentan con mutantes precognitores, para asegurar los resultados de sus emprendimientos y el triunfo ante la competencia, instaurando un retorcido sistema de espionaje y contraespionaje o directamente una guerra de tipo comercial. Y si bien, existen mutantes que lo son desde su nacimiento, existe la posibilidad de someterse a tratamientos de evolución, que en esta sociedad sirven como un símbolo de estatus y prestigio, aunque puedan fallar y culminar en el efecto totalmente contrario, una involución hacia un idiotismo casi animal e incluso, aunque quienes la reciben, cobren un aspecto grotesco, que los hace ser llamados “cabeza de melón”.
En este contexto, Leo Bulero, dueño de P.P., que se está sometiendo a un tratamiento de evolución, despide a su jefe de precognitores Barney Mayerson, además de que este es forzado a emigrar a Marte. Mayerson, tiene serios problemas con su ex-esposa y también problemas de trabajo -entre otros-, con Roni Fugate, una nueva precognitora y amante, que siempre tiene desavenencias con sus visiones del futuro. Mientras, reaparece la misteriosa figura de Palmer Edlritch, que volviendo de Próxima Centauri, luego de diez años de viaje, es protegido por la O.N.U., copando el mercado con una droga legal (o sea, legalizada por la O.N.U.), el Chew-Zi, promocionada bajo el lema “Dios promete la vida eterna. Nosotros la proporcionamos.” Este personaje, además presenta tres extraños estigmas. Un brazo robótico, dientes de acero y anteojos Jensen por ojos. Los consumidores de esta nueva droga, experimentan algo muy similar a los mundos trascedentes de muchas religiones, un mundo eterno y sin límites, sumamente elástico y variable. Pero notan en muy breve tiempo que el Chew-Zi es mucho más potente y casi imposible de abandonar y que Eldritch es quien controla las “realidades” a las que se trasladan los consumidores. Y también, que Eldritch los contamina o toma parte de ellos, haciendo que estos tengan sus mismos estigmas: un brazo robótico, dientes de acero y ojos que son lentes metálicos con ranuras. Una precognición, compartida por Mayerson y por Roni Fugate, plantea que Bulero matará a Eldritch. Bulero, cree confirmar que asesinará a su competidor, durante un viaje forzado de Chew-Zi, en que incluso viaja al futuro y ve que esto sucedió. Mientras, Mayerson, intentando por medio del Chew-Zi, viajar a una realidad en que aún esté con su ex-esposa, cambia de cuerpos con Eldritch, estrategia que a este último le sirve para librarse de que Bulero lo mate y en cambio mate a Mayerson, quien queda atrapado en su cuerpo . Sin embargo, Mayerson vuelve de la alucinación un momento antes de ser asesinado y se encuentra con que esto no ha ocurrido y que es nuevamente él mismo. Los personajes siguen pensando que en el futuro, Bulero matará a Eldritch, como única esperanza, aunque no se sabe cómo ocurrirá esto, ya que el mismo Bulero presenta los “estigmas” de Eldritch, está contaminado, es un poco el mismo Edlritch y a su vez, pese a o por los efectos de la terapia evolutiva, presenta un razonamiento muy precario. Y así, más o menos termina la novela.


Dejando de lado muchos elementos de la trama, que aún depurada es retorcidísma, esta novela nos muestra constantes de la narrativa dickiana: un futuro mundo paranoide y pesimista, tanto con respecto al propio ser humano, como al capitalismo, las organizaciones sociales autopromocionadas como benéficas, la propaganda y las apocalípticas consecuencias ecológicas del progreso. Vemos su crítica a la complacencia y el consumismo, tanto en estos futuros Barbie y Ken que encarnan los prototipos de la vida deseada por una humanidad despojada hasta de un planeta adecuado. Amén, de que ante cambios tan asombrosos como esta evolución del ser humano de poder ampliar la conciencia incluso hasta el conocimiento del futuro, la reacción general es banal y mercantilista. También vemos, que aún interesado en las implicaciones epistemológicas de la cultura psicodélica de los Estados Unidos de su época, Dick no alienta la alienación de los drogadictos, ni menos aún, el matiz ya no de adictos, si no de “adeptos” de los consumidores de Chew-zi, una droga con perturbadoras referencias a la religión, suministrada por Eldritch, quienes los propios portagonistas y el lector, pueden preguntarse varias veces si es un Dios benéfico o un dios inferior, como el demiurgo del gnosticismo que Dick tenía tan presente. El Can-Di, tan parecido a los mundos que los medios de comunicación aún nos imponen, tiene la capacidad de generar un retorno mediocremente idílico, a algo así como “el paraíso”, que en este caso, no es más que un estándar de vida frívolo en el planeta originario que los seres humanos han perdido o dejado perder, constituyendo una realidad falsa a la que sus consumidores se entregan a conciencia y cuyos efectos, eliminan las principales coordenadas de la realidad a la que escapan, situación, tiempo y espacio, generando una realidad que hoy diríamos “virtual”, perceptivamente convincente. El Chew-Zi, luego, proyecta a sus consumidores, a lo que el antropólogo Terence McKenna, en un artículo sobre Dick de 1991, relaciona con ciertas experiencias con alucinógenos que provienen del más antiguo chamanismo, en que el infinito regresa en una forma de sí mismo de una manera fractal, el megamacrocosmos se entiende como un sistema de resonancias y niveles en espejo sin fin, el tiempo como no lineal y donde el mismo yo se desdibuja, viendo que su realidad objetiva no es tal y que a su vez, los universos subjetivos pasan a ser interpersonales. Dicho de otra manera, hay un quiebre de todas las categorías ontológicas de lo que se considera real y a su vez que esto genera terror, al reabsorberse esa información antes vedada, se siente un éxtasis, que muchas religiones nombran de distintas formas. Esta experiencia, que no se puede casi expresar con el lenguaje, se representa en palabras del propio McKenna, como algo “…completamente ajeno y extraterrestre” y cada uno le dará la forma que pueda o le convenga. Esto, es quizás lo que nos genera lo inasible del personaje de Eldritch, quien incluso tiene estigmas como Jesús pero bastante intraquilizandores, a la par que desafía a Dios en su campaña publicitaria, ese Edlritch, acerca del que la mayoría de los personajes dudan si entender como un mesías, el propio dios, un dios inferior, quizás satán, (etimológicamente el enemigo) o una entidad extraterrestre que suplanta al Eldritch real para invadir nuestra galaxia. Así mismo, hasta el final de la novela, nada nos queda claro acerca de las precogniciones, que al parecer funcionaban tan bien, cuando sólo eran una mezquina herramienta del comercio. Las predicciones de Fugate que tanto chocan con las de Mayerson, coinciden en mostrarnos como el mesías opuesto a Eldritch a un Bulero poco creíble y nunca vemos la concreción de ese acto predicho. Lo que parece ser un hecho, desde varias percepciones nunca ocurre o no sabemos bien si es retardado por el control de la realidad de Eldritch. Podemos plantearnos si es que el futuro es uno y se puede conocer, si hay un destino o un libre albedrío, sospechar si tal como existen tantas dimensiones de la realidad, pueden existir también presentes, futuros y pasados alternativos, a los que los sujetos son sustraídos, colocados y recolocados por Eldritch, manejando de esta manera los acontecimientos. Podemos, en suma, acceder a eso propio de lo fantástico, más allá de definiciones constrictivas: la de ver las fisuras, los términos excluidos en nuestra concepción de la realidad y por medio de la ficción, mutar nuestro concepto de ciencia, etimológicamente conocimiento.
No estoy ni rozando las miles de interpretaciones posibles de una novela no muy larga, que pueden ir desde lo socio-político hasta lo religioso, pasando por la filosofía más abstracta. Eso sí, queda dicho que para quienes adentren en el mundo de Dick e incorporen profundamente su lectura, queda un interesante desafío por delante. En otro nivel de lectura, se puede también disfrutar de obras atrapantes, originales y que invitan a participar al lector activamente en su comprensión y siempre admiten re-lecturas que aportan novedades.
Vuelvo entonces a Dick como un profeta zen. Sus obras, como koanes, cuestionan mucho la solidez del mundo, la naturaleza del tiempo lineal y más que nada lo que pensamos como realidad y nos obligan a una atención especial y liberadora, a una “mente búdica”. De tenerla, podremos ver y cuestionar, creo que toda la historia de la humanidad pero por sobre todo, nuestro presente, que leído de manera lineal es el futuro de Dick, así como seguramente muchas cosas en los tiempos venideros, ya que si estamos atentos, las oscuras distopías del autor no nos son tan ajenas.
Para ser breve, cuento que los fenómenos cibernéticos actuales, que no estoy condenando más que en su aspecto de realidades impuestas, apócrifas y alienantes, fueron bastante bien imaginados por Dick, antes aún que se escribiera el Neuromante de Gibson. Lo mismo pasa con la hipervigilancia y la total perdida de la vida privada, que tanto particulares como oficinas estatales tienen tendidas sobre todo nosotros, incluso con nuestra anuencia, en pos de la comunicación, el entretenimiento o la seguridad. De la misma forma, las atravesadas realidades paralelas, las paradojas perceptivas, las dimensiones alternativas y el tiempo no lineal que a muchos entrevera y molesta tanto como si fuese la creación de un chiflado, son en el campo de la neurociencia y sobre todo de la física cuántica, hechos comprobados algunos y casi comprobados otros, basta con leer algo del popular Stephen Hawkin o mejor aún del físico especializado en teoría de cuerdas Michio Kaku. En “Sueñan los androides con ovejas eléctricas”, Dick planteó la existencia de robots tan parecidos al ser humano que no se los podía distinguir del mismo, más que con un test que comprobaba si el testado era capaz o no de empatía y esto complicaba muchísimo el discernimiento. No quiero hablar en forma general de la poca moda de la que goza la empatía, esta característica esencial, distintiva y constitutiva del ser humano para no ser injusto o soberbio pero sí voy a decir que se puede acceder fácilmente en varios medios a videos, por ejemplo los del especialista en robótica David Hanson, donde veremos androides tan realistas que dan miedo y que encima ya tienen una cierta capacidad de conversación cognitiva autónoma, que incluso a veces toma por caminos bastante escabrosos y philipdickianos. Irónicamente, uno de ellos es un androide del mismo Philip K. Dick, que para que este pobre autor sufra más desde ultratumba, presentaron en la premiere del film “Una mirada a la oscuridad”, sobre su novela homónima.


Si Dick, más allá de sus presuntos o reales problemas psiquiátricos y su consumo de droga fue realmente un iluminado o un real profeta, cada uno lo puede llegar a discernir accediendo a los textos de lo que Pablo Cappana llama su “Época mesiánica”, por ejemplo, la ya mencionada novela Valis y en su “Exégesis” u otros textos no literarios, como cartas, ensayos o entrevistas relacionados a su experiencia mística, llamada por él “suceso 03 02 74”.
Cierto cine, que no es necesariamente malo, al igual que cierta literatura, puede ser una herramienta para imponer una forma de percibir la realidad, por eso quería hablarles de Dick como un escritor original y un profeta zen, amén de que sea el inspirador de ciertas películas.

Jorge Pollito Manco

P.D: no quiero que me rompan los huevos con el copyright, así que si no lo hicieron consíganse el cómic "la experiencia religiosa de philip k. dick" por robert crumb
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